El cuarto concejo de Asturias mantiene una actividad industrial, empresarial y comercial nada desdeñable en el contexto de la región. Una mirada a sus polígonos permite esbozar una radiografía de las diferentes posibilidades de agrupación y la salud de estas zonas en el contexto actual.
Para dibujar el complejo mapa de Siero, más allá de lo geográfico, hay que tener en cuenta múltiples facetas: la tradición comerciante y mercantil, que se remonta a la Carta Puebla original de finales del siglo XIII; la hospitalidad histórica, nacida del Camino de Santiago; la agraria y ganadera, que sigue teniendo un importante peso en la economía local; y por supuesto la industrial, nacida en el siglo XIX a la sombra de las vías del ferrocarril.
Según explica Jacobo Blanco, profesor de Sociología en la Universidad de Oviedo, en su trabajo «Siero: una economía en la encrucijada metropolitana», esta complejidad económica tiene mucho que ver con la complejidad de su territorio, que compone un mapa urbano casi insólito. La importancia y diferenciación de determinados núcleos de población -una lista encabezada por Lugones, La Pola, El Berrón y, a una cierta distancia, La Fresneda- ha hecho que la personalidad sierense se diluya en cierto modo en la personalidad de cada lugar.
Una actividad mantenida y cambiante
La actividad económica viene impulsada por el propio auge demográfico y «sobre todo, por el coste de oportunidad que supone instalarse en los polígonos de la zona, bien comunicados. Actividad que atrae actividad: hasta el 80% del tráfico ligero de mercancías de la zona se hace entre polígonos». Sin obviar, claro, la importantísima actividad de los centros comerciales que son foco de atracción de miles de personas al mes.
Esta combinación bien equilibrada de la vertiente residencial con la industrial y empresarial da como consecuencia que la renta por habitante en Siero sea ligeramente superior a la media asturiana.
Es difícil llegar a una cifra concreta, porque las fronteras son difusas, pero se calcula que el número de polígonos del concejo de Siero se acerca a los treinta.
Echando un vistazo por sectores, el de servicios es el que más empleo mueve, especialmente los comerciales. Aquí se dibuja un amplísimo abanico que va desde las grandes superficies comerciales -Eroski, Carrefour-, hasta las más especializadas -mueblerías, centros de bricolaje, tiendas de deportes…-. También hay medianas superficies y pequeño comercio que tiene su cuota de mercado dentro de los centros comerciales o en el comercio de proximidad, dentro de los núcleos de población. Todo el mosaico está representado en Siero, en mayor o menor medida.
Por otro lado, la actividad industrial también mantiene un peso nada desdeñable, destacando la rama alimentaria y en segundo lugar la industria de la transformación metálica. Evidentemente, la crisis ha incidido de forma clara en estos sectores, con EREs o directamente cierres; aún así, la actividad se mantiene por encima de la media asturiana. La buena situación geográfica sigue ejerciendo un importante efecto de atracción y mantenimiento de la industria, aún en el panorama global.
Los polígonos industriales, una fórmula vital
Es difícil llegar a una cifra concreta, porque las fronteras entre una y otra área industrial son a veces cuestión de una simple calle, pero se calcula que el número de polígonos del concejo de Siero se acerca a los treinta. Esto es, contando tanto las zonas ya consolidadas como las que contemplan algún tipo de expansión, o incluso las que están pendientes de urbanización. Meres, Granda y Colloto concentran una de las dos grandes bolsas de suelo industrial del concejo; la otra está en la zona de Lugones y Viella. Un panorama que cambiará cuando se lleve a buen puerto el Polígono de Bobes, un macroproyecto que acumula retrasos pero no se da por perdido.
Cada uno es estudiable en sí mismo, pero también es cierto que presentan ciertos rasgos comunes: en todos preocupa la seguridad (y toman medidas en función de sus posibilidades), los accesos a las grandes vías de comunicación, la ordenación del tráfico y las zonas de aparcamiento (aunque con la crisis económica los problemas en este terreno se han reducido), la limpieza y mantenimiento de las zonas comunes (que varía enormemente según la naturaleza jurídica de la zona en cuestión), la eficiencia y optimización de recursos (la factura del alumbrado público ha subido puestos en la lista de preocupaciones), o el acceso a los servicios básicos (la conectividad es fundamental; la fibra óptica no llega, ni mucho menos, a todas las áreas industriales).
Para marcar las diferencias, en cambio, influye mucho la edad de las instalaciones: las más antiguas suelen tener problemas en el planteamiento urbanístico, ya que han crecido en función de las necesidades, ofreciendo respuestas sobre la marcha sin un proyecto a largo plazo. Las más recientes suelen contar con un plan más racional, lo que no quiere decir que estén libres de problemas.
La propiedad, un tema a resolver
El carácter jurídico de cada polígono -público, privado o usando una fórmula de gestión mixta- es uno de los factores que más condicionan el funcionamiento diario. Los polígonos públicos cuentan con una serie de servicios proporcionados por la Administración; en cambio los privados deben proveerse solos, de modo que la mayor parte de ellos invocan la palabra mágica: la recepción por parte del Ayuntamiento. Incluso hay algunas zonas en una especie de «limbo» legal, ya que las empresas están instaladas y funcionando, a veces desde hace años, sin licencia o ningún tipo de reconocimiento.
La gran dispersión geográfica y la variedad de situaciones legales dificulta enormemente el planteamiento de acciones coordinadas.
La gran dispersión geográfica y la variedad de situaciones legales dificulta enormemente el planteamiento de acciones coordinadas. Desde el Ayuntamiento se plantea la creación de Entidades de conservación conjunta, pero sería un proceso a largo plazo. Para ello hay que definir primero la situación jurídica de cada polígono y fomentar el asociacionismo, ya que muchas de estas áreas ni siquiera tienen agrupación de empresarios, con lo que no hay una interlocución con peso a la hora de plantear cualquier medida en conjunto.
Con todo este panorama, para bien y para mal, los polígonos industriales de Siero son un espejo válido donde mirarse a nivel regional. Los problemas y soluciones que aquí se pongan en marcha sirven como medida para tomarle el pulso a la empresa asturiana, una referencia que hay que tener muy en cuenta.
Viella / Viella Estación. El rural reconvertido
Entre Naón y Granda, el área industrial de Viella ejerce de nexo entre ambas zonas pero también tiene suficiente entidad por sí misma como para ser objeto de atención, ya que las tres facetas principales del territorio -residencial, comercial, industrial- conviven aquí con naturalidad.
La parroquia de Viella alberga uno de esos oasis rurales que, por sorprendente que parezca, aún existen en el concejo de Siero. No hay que olvidar el profundo papel que la ganadería mantiene aún en la economía local, pero es lógico que entre tanta nave industrial sorprenda a veces encontrar zonas verdes o pueblos casi preservados del paso del tiempo. Y así ocurre en Viella, donde aún hay pequeños lugares como El Cogollo o La Belga, que no llegan a los quince habitantes; a cambio y como contraste, la parroquia alberga la urbanización de La Fresneda, que se ha convertido en el cuarto núcleo de población del concejo y va poco a poco haciéndose con los servicios necesarios, como un centro de salud, colegio público de educación primaria, polideportivo, zonas verdes… Hace un par de décadas, poco imaginaban sus habitantes que la zona iba a despuntar hasta los niveles actuales, en los que se combina la vertiente residencial con la alta ocupación industrial y la cercanía de grandes centros comerciales como Azabache o Parque Principado, el mayor de la región.
Para un mejor servicio
La carretera de la estación de Viella une Naón y Granda y se ha convertido en un acceso secundario al centro comercial Parque Principado, el que se usa desde la zona de Lugones. Las malas condiciones de este vial son desde hace años motivo de protesta, ya que su estado no se corresponde ni con la cantidad de tráfico que maneja desde la apertura del centro comercial, ni con el tráfico de peatones, que lógicamente también ha aumentado. Por comodidad y seguridad, es necesario un reacondicionamiento de la vía.
Dentro de esta área industrial se distinguen dos zonas principales: la de Viella propiamente dicha y la llamada Viella Estación por razones obvias, ya que las vías del tren pasan por su territorio. Esto facilita las comunicaciones pero impide un crecimiento urbanístico ordenado, ya que es imposible sortear las infraestructuras ferroviarias. Tampoco pasa nada: la incomodidad se toma como seña de referencia, y eso no ha impedido la abundante ocupación de pymes y micropymes en régimen de alquiler, que proveen de servicios tanto al concejo como a las grandes urbes cercanas.
Pese a los problemas, las buenas comunicaciones siempre han sido el punto fuerte de esta zona, y los empresarios han sabido sacarle buen partido al escaso espacio disponible, organizándose en torno a una asociación que se ocupa de los temas básicos de la gestión diaria.
Naón, mejorando
Es uno de los primeros polígonos surgidos en Siero, y como tal adolece de un ordenamiento moderno, y sufre los problemas de la discutible titularidad del suelo. Sin embargo, los inconvenientes no esconden la idoneidad de esta área industrial, a un paso de Parque Principado y con acceso cercano a las grandes autovías.
Lo de Parque Principado es a la vez ventaja y problema. Lo primero porque esa cercanía se nota en el movimiento de potenciales clientes, y lo segundo porque el tráfico se agudiza y los atascos en las horas de entrada y salida al trabajo son habituales. Naón fue creciendo sobre la marcha, y eso se nota en la situación de las naves, que dibujan un plano abigarrado y limitado por la vía del tren.
Pero no todo son problemas: una de las reivindicaciones históricas de la zona va a tener respuesta en los próximos meses, ya que el saneamiento del polígono de Naón y el núcleo rural de Viella está en proceso de licitación. Se trata de una obra que los vecinos llevan reclamando desde hace doce años, y que dará servicio tanto a los residentes como a las empresas de la zona. La obra, impulsada por el Ayuntamiento de Siero, tiene un presupuesto aprobado de 503.117 euros para 1.700 metros de saneamientos, articulados en dos colectores. El plazo de ejecución se calcula en cuatro meses, aunque el inicio está aún pendiente de determinados trámites, que se espera resolver con celeridad. En cualquier caso, tener una partida concreta en los presupuestos y un proyecto en marcha es buena señal de que la obra se va a llevar a cabo satisfactoriamente, y en un plazo de tiempo razonable.
Mientras se concreta esta mejora, el funcionamiento diario en el polígono continúa sin incidencias, con un listado de empresas de lo más variado: construcción, electricidad, transporte, automoción, alimentación… Muchas de ellas llevan aquí desde el principio, y forman parte de la Asociación de Empresarios de Naón. Contar con una organización de este tipo es el primer paso para solucionar los problemas y plantear metas más ambiciosas.
Perográn, pionero
La presencia de cámaras de videovigilancia ejerce un importante efecto disuasorio y, en el momento en que se produzca un posible robo, las imágenes obtenidas pueden ayudar a esclarecerlo. En cualquier caso, este sistema aumenta la sensación de seguridad entre los usuarios del polígono, aunque no ha solucionado todos los problemas.
El letrero amarillo situado a la entrada de este polígono industrial deja bien claro que ésta es una zona videovigilada. Es un anuncio cada vez más frecuente, de modo que el usuario casi no se da cuenta de que detrás hay un complicado proceso que va desde conseguir la financiación para instalar toda la tecnología, hasta encontrar una fórmula legal y viable para el tratamiento de las imágenes.
En el polígono de Perográn, la iniciativa surge por parte de los propios empresarios,que veían con preocupación el aumento de la inseguridad y decidieron buscar soluciones. Con la labor de mediación del Ayuntamiento, y la financiación conjunta de la Asociación de Áreas Empresariales de Asturias (ÁREAS) y el Instituto de Desarrollo Económico del Principado (IDEPA), se llegó a un sistema pionero en el concejo en aquel momento, que con el tiempo han copiado otros polígonos, bien de la misma forma, bien adaptándolo a sus propias circunstancias.
Se trata de trece cámaras de última generación, que permiten la grabación de imágenes nocturnas. Su objetivo principal es disuasorio, desde luego: a nadie le interesa que haya problemas de seguridad o intentos de robo en ninguna de las naves. Sin embargo, y como ya ha ocurrido, las imágenes conseguidas han sido útiles a la hora de investigar robos, demostrando así su eficacia. Aún así, el tema es difícil y sigue vigente. Con la crisis, en los últimos tiempos han aumentado los hurtos y los problemas de seguridad.
Nuevos proyectos
Perográn nace de la unión de tres áreas industriales: Les Peñes, Las Rozas y Promogranda. La coordinación de tres zonas vecinas pero diferentes no fue fácil, sobre todo porque el polígono resultante es de gran tamaño, y la asociación de empresarios ha necesitado desplegar una gran capacidad organizativa para llevar a buen puerto determinados proyectos. La instalación de las cámaras es un buen ejemplo, pero antes supieron resolver un importante reto: conseguir la recepción del polígono por parte del Ayuntamiento. Gracias a eso, Perográn es una de las áreas organizadas del concejo, y el gobierno municipal trabaja de forma coordinada y fluida con la asociación de empresarios, que se encarga de gestionar la limpieza y mantenimiento, además de poner en marcha proyectos puntuales.
El polígono se encuentra en la orilla sur de la carretera Oviedo-Santander, y cuenta con un enlace a dos kilómetros del polígono. Tiene tres entradas señalizadas, necesarias para un área de estas dimensiones y de alta ocupación empresarial. Los servicios son correctos: aceras pavimentadas, alumbrado, servicio de mantenimiento y limpieza, contenedores de basura y reciclaje, acceso a ADSL, zonas de aparcamiento… Como proyecto futuro y muy necesario se busca conectar la zona de Les Peñes con la N-634. Esa inexistente conexión da problemas especialmente a los camiones que no son del polígono y no esperan encontrarse aquí con una vía muerta, que les obliga a complicadas maniobras para salir de ahí. El proceso de expropiaciones está abierto, pero se desconoce la fecha de una obra necesaria y muy demandada.
Granda, dos en uno
El polígono industrial de Granda, junto a Meres y Colloto, forma una de las bolsas industriales y comerciales más importantes del concejo. Se encuentra bajo la influencia de la N-634 en su lado sur, pero con la A-64 (que lleva a Villaviciosa) como punto de conexión con el exterior al norte.
Los vehículos que pasan por la autovía de Villaviciosa tienen una vista clara de la alta ocupación de Granda: es un escaparate impagable para los empresarios, que se benefician de esta difusión en forma de visibilidad. El espacio en esta zona es limitado, y la posibilidad de ampliación es nula: Granda, en sus dos fases, forma parte de un intrincado puzzle de áreas industriales y no es fácil saber dónde acaba una zona y empieza otra.
La primera fase nació a finales de los ochenta, y está por tanto un poco más asentada que su compañera. Cuenta, por ejemplo, con un cerramiento de seguridad que permite controlar la zona de entrada y salida. Y también acaban de instalar farolas LED en todo el polígono. Granda II, en cambio, nació en la década de los noventa y durante su construcción surgieron problemas de base, incluida la quiebra de la promotora. Hoy en día, sin embargo y pese a determinados problemas sin solucionar, mantiene una actividad fluida.
Una y otra fase comparten nombre y zona, pero en realidad están gestionadas por diferentes asociaciones de empresarios, que se ocupan del mantenimiento, señalización y proyectos de mejora dentro de las posibilidades de cada una.
Motor de arrastre
La facilidad en las comunicaciones es la primera ventaja que surge a la hora de hablar de estos polígonos: una baza a favor que cualquier empresario valora como fundamental. Los problemas de tráfico que suele acarrear se han visto mermados por la disminución del movimiento en los últimos años, pero sigue siendo una preocupación, común a la mayoría de los polígonos industriales. Por lo demás, la presencia de grandes empresas como las instalaciones de Central Lechera Asturiana, fundamental en el desarrollo económico del concejo, se combina con otros negocios de servicios como talleres, tiendas de muebles, gasolineras, restauración y alimentación… un mosaico empresarial que sirve como argumento a la hora de demostrar la buena salud de una zona que, aunque ha sufrido la crisis como todos, continúa siendo motor de arrastre para la economía sierense y regional.