Además de disfrutar de la naturaleza, en Aller se pueden realizar un sinfín de actividades sumamente interesantes y recreativas. Aquí proponemos algunas.
Un viaje a la prehistoria
Los estudios aún no han determinado su verdadero origen por lo que el Moyón de la Corralá se encuentra envuelto en un halo de misterio. ¿Te lo vas a perder?
En una pequeña plaza del pueblo de Pola de El Pino se encuentra un curioso monolito de piedra de arenisca hincado en el suelo, con forma fálica de casi dos metros de altura conocido como el Moyón de la Corralá. Al estar enterrado se cree que la mayor parte de su estructura permanezca oculta bajo la tierra. Sus lados miden aproximadamente cincuenta centímetros y en ellos se pueden distinguir distintos símbolos grabados entre los que se encuentran varias cruces y una figura antropomorfa, un personaje con los brazos abiertos, de pie y una especie de tocado o sombrero en la cabeza. Aunque no se sabe con seguridad, la teoría más extendida considera que nos hallamos ante un menhir prehistórico. Si realmente se demuestra, sería uno de los más importantes del norte de España.
Barroco en el Camino de Santiago
En Soto de Aller, cerca del cementerio del pueblo, se encuentra en medio de una bonita campa arbolada la capilla barroca de la Virgen de Miravalles, patrona de Aller. Se trata de un edificio del siglo XVIII con nave única que tiene en su interior un maravilloso retablo del escultor asturiano José de la Meana, que alberga la imagen de piedra policromada de la virgen con rasgos en su rostro que transmiten espíritu maternal. Este lugar además de ser paso de peregrinos también fue escenario del levantamiento de los alleranos contra las tropas francesas en la Guerra de la Independencia. Un lugar con historia.
Fortaleza medieval
Aunque parcialmente destruida y ahora en vías de restauración, la Torre de Soto de Aller bien merece una visita. Se trata de una fortaleza construida en el siglo XII aunque los restos que se pueden ver ahora -la torre y partes de un muro almenado- datan del siglo XIV o XV. Se encuentra situada en las proximidades de esta localidad y fue declarado Bien de Interés Cultural el 10 de julio de 1975.
Espectacular desfiladero
Podría tratarse de una ruta de treeking por los Alpes pero no es así. Es la senda Escú Zarréu y forma parte de la ruta de Las Brañas, un sendero marcado por PR AS-30 que parte de Felechosa. Un itinerario de gran belleza paisajística donde se entremezclan bosques, arroyos y brañas, esos lugares donde los vaqueros suben a pastar al ganado durante el verano donde además de praderías se pueden encontrar cabañas y corrales.
La ruta parte del área recreativa de Las Moyás siguiendo una antigua calzada empedrada que luego se convierte en camino. A partir de un momento, las brañas se van sucediendo regalándonos bonitas estampas. Dejamos atrás el valle de Cellero, y nos adentramos en un precioso bosque de hayas, atravesamos varios arroyos hasta alcanzar la Braña de El Otero, una braña donde además de pequeñas cabañas de pastoreo se encuentran varios fresnos. A partir de aquí cogemos un sendero que por la margen derecha del río nos introduce en el Escú Zarreu. A partir de este punto el camino se estrecha y nos lleva a este tramo espectacular, un desfiladero que solo se sortea a través de una senda labrada en la roca, suspendida por espectaculares riscos desde donde se pueden admirar unas bonitas panorámicas de los valles de los alrededores.
Después de deleitarnos con estas vistas, un camino llano y una bajada suave nos llevan hasta el Alto de la Vallina. Aquí se toma el camino de la derecha que nos conducirá de nuevo hacia Felechosa.