Ahora que ya estamos en verano y viendo cómo se está calentando la península (ya roza temperaturas de máximos históricos), nos volveremos a convertir un año más en ese refugio climático al que todos desean venir para disfrutar fresquitos de sus vacaciones.
Todo parece indicar que lo volveremos a petar. A juzgar por los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, Asturias ha sumado en mayo 220.200 turistas y 434.789 estancias, unas cifras de récord, casi un 20% más que en años anteriores en el mismo período de tiempo.
Además del clima tenemos otras fortalezas que juegan a nuestro favor: playa, montaña, naturaleza exuberante, turismo cultural, turismo activo, gastronomía de primer nivel, en definitiva, un paraíso para descubrir, pero que no está al alcance de todos.
Acabo de leer que más de la mitad de las personas con discapacidad no se va de vacaciones porque encuentra barreras en algún punto de la cadena turística, es decir, algo falla en el alojamiento, el transporte, los servicios, el entorno, los lugares de ocio o rutas turísticas. Personas con movilidad reducida, de tercera edad o familias que se mueven con niños renuncian a visitar ciertos sitios por las trabas existentes. Por eso, ciudades y destinos están poniéndose las pilas para eliminar barreras y proporcionar entornos asequibles para que, al fin y al cabo, todos nos podamos beneficiar.
El Gobierno del Principado de Asturias y la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) acaban de publicar un guía de turismo inclusivo con rutas accesibles para personas con discapacidad, principalmente con movilidad reducida.
Esta guía de turismo, de cerca de 60 páginas, propone recorridos por los municipios de Avilés, Gijón, Ribadesella, Oviedo, Valdés y Villaviciosa. Además de variadas rutas por estos concejos, la publicación incluye otros recursos turísticos para completar esos itinerarios: visitas a equipamientos culturales, establecimientos de ocio, restaurantes, alojamientos… y también otros recursos complementarios para visitar localidades cercanas.
Sin duda una buena noticia, a pesar de que esos recorridos se encuentran en tan sólo un puñado de concejos frente a los 78 que conforman la región. Este es un importante primer paso, pero Asturias ha de ser más ambiciosa, más accesible para todos sus ciudadanos. Debe trabajar para garantizar que todos, con independencia a la edad, movilidad o capacidad, puedan tener las mismas oportunidades a todos los recursos y placeres que hay para descubrir en nuestras ciudades, pueblos y entornos.
‘Accesible’ puede ser una fortaleza más que se sume a las que ya tenemos, pero para conseguirlo hace falta la colaboración de todos: Administración, empresas, asociaciones. Porque además de la parte social y de derechos, la más importante a nuestro entender, el turismo accesible de personas con discapacidad y personas mayores puede ser también una importante fuente de ingresos por varias razones: normalmente no eligen los destinos o alojamientos por sus costes o atractivos, sino en función del nivel de accesibilidad y servicios que ofrezcan; son multiclientes, es decir, vienen acompañados de amigos o familiares y no aprovechan especialmente el verano para viajar sino que lo hacen en cualquier época del año, a veces para evitar las aglomeraciones; y por último, como consecuencia de los especiales cuidados que necesitan y del gasto que realizan, el turismo accesible también genera empleo.
Vamos, que la accesibilidad tiene toda la pinta de convertirse en un valor diferenciador en la calidad de los equipamientos y los destinos turísticos y creemos que Asturias no debe perder este tren.