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jueves 25, abril 2024

Abigail Calzada Díaz, geóloga. “La Luna nos ayuda a llegar más lejos dentro del Sistema Solar”

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Cuando era niña miraba tanto al firmamento que en su casa le regalaron un telescopio. La Luna, el mayor astro a su alcance, se convirtió entonces en su vista preferida, y ahora Abigail Calzada sigue estudiándola en el Centro Europeo de Innovación de Recursos Espaciales de Luxemburgo.

Tras licenciarse en geología por la Universidad de Oviedo y estudiar en la Universidad Libre de Amsterdam, la avilesina fue la primera geóloga lunar que trabajó en la empresa privada iSpaceEurope, de origen japonés y con oficinas en Luxemburgo.

-¿De dónde te viene esta pasión por el espacio? ¿Tienes alguna influencia en tu familia o hubo algún momento en particular en el que te hayas sentido atraída por esta línea?
-No, no hay un momento en concreto, fue algo que estuvo siempre ahí desde niña. Siempre quise ser astrónoma o hacer algo relacionado con la ciencia. Me fascinaba el espacio y todo lo que tuviera que ver con él, y en especial la Luna porque cuando me compraron un telescopio para niños era lo que podía ver mejor. Manejar un telescopio es más difícil de lo que parece y la veía muy cercana, a eso hay que sumarle todas las historias del programa Apolo que escuchaba.

-¿Por qué te orientaste hacia la geología espacial?
-Como tenía que ser algo relacionado con el espacio primero pensé en la Física, pero las matemáticas se me daban bastante mal y la geología me gustaba, me gustaba estudiar las rocas y los fósiles, sobre todo por la película de Parque Jurásico. Quería alguna rama de ciencias que permitiese tener actividad de campo, que no transcurriese todo en un laboratorio, y la geología era lo que más se acercaba a mis intereses.
En la carrera no te enfocan a las ciencias planetarias, pero hice un Erasmus en Ámsterdam y durante ese tiempo una de las asignaturas era Geología planetaria. A partir de ahí empecé un proyecto sobre la exploración en la Luna que me permitió conocer y colaborar con el científico lunar Bernard Foing, en la Agencia Espacial Europea. Fue importante para mí, pues a partir de ahí vi que la geología era una opción laboral seria porque hasta entonces el espacio lo veía como algo lejano.

“Conocí y colaboré con el científico lunar Bernard Foing en la Agencia Espacial Europea. Fue importante para mí, pues a partir de ahí vi que la geología era una opción laboral seria porque hasta entonces el espacio lo veía como algo lejano”

-En tu casa, eso de que quisieras ser algo parecido a una astronauta y vivir tan lejos de Asturias ¿fue bien recibido?
-Ya lo veían venir. Cuando volví de Ámsterdam ya me lo tomé en serio y todos estaban súper contentos con la decisión, aunque con la carrera avanzada y buscando un doctorado, hubo momentos en los que mi madre estaba preocupada por que tuviese dificultades para encontrar trabajo, pero la preocupación le duró poco.

-Afortunadamente, en los últimos años las mujeres nos hemos incorporado a prácticamente todas las esferas de decisión, ¿en el campo espacial queda todavía mucho por hacer?
-Depende. En ciencias planetarias, en ciencias puras, hay muchas mujeres y con puestos importantes, pero en el ámbito más específico de los recursos espaciales (en el que yo me muevo, y que abarca una gran parte de ingeniería y de negocios), se va notando menos. Cuando estuve en la empresa privada éramos muy pocas, de hecho, en mi oficina yo era la única en el apartado técnico. Ahora hay más mujeres, pero aun así en la parte de recursos espaciales seguimos siendo muchas menos.

“En ciencias planetarias, en ciencias puras, hay muchas mujeres y con puestos importantes, pero en el ámbito más específico de los recursos espaciales (en el que yo me muevo, y que abarca una gran parte de ingeniería y de negocios), se va notando menos”

-En una de las entrevistas que te hicieron decías que tu mayor logro había sido poder entrar como geóloga en una empresa privada.
-Me siento bastante orgullosa sobre todo porque en la privada no contrataban a científicos geólogos y yo fui la primera en trabajar allí a tiempo completo. Había geólogos de la Universidad que aconsejaban, pero no estaban a tiempo completo como yo. Cuando me marché sé que ya contrataron a otros y ahora hay más empresas que lo hacen, así que de eso sí me siento orgullosa.

-¿Es difícil llegar a trabajar en temas espaciales? ¿Qué hace falta para lograrlo?
-Sobre todo que te guste el espacio, básicamente eso, porque ahora puedes entrar en el sector espacial desde muchos ámbitos. Obviamente la gente piensa primero en los ingenieros y en los científicos, pero hay personas trabajando en el Centro que vienen de otras carreras. Muchos vienen del mundo del Derecho, otros de la comunicación y el marketing, hay empresarios, economistas y también gente de relaciones internacionales para trabajar con gobiernos, incluso hay artistas, geógrafos e historiadores.

Abigail Calzada preparando el terreno de simulación lunar durante una competición de prospección robótica organizada por la ESA y el ESRIC, el pasado mes de septiembre.
Preparando el terreno de simulación lunar durante una competición de prospección robótica organizada por la ESA y el ESRIC, el pasado mes de septiembre.

-Imagino que requerirá mucha dedicación.
-Yo creo que como cualquier camino, lo que pasa es que la gente que hace una carrera espacial son personas que realmente tienen una vocación por esto. Es algo que les gusta y, normalmente, cuando es así lo llevas a todos los ámbitos, lo llevas a casa, con los amigos… al final, haces una piña y compartes esa pasión; pero en cualquier carrera necesitas muchísima dedicación y esto no es diferente.

-Una curiosidad… ¿cuál es el porqué del significado del término “lunático”?
-Hace muchos años se pensaba que la gente que tenía problemas mentales era porque la Luna le afectaba y que cuando estaba la luna llena tenían aún más, de ahí que lunático se asocie a loco. Hay una anécdota muy graciosa porque cuando estuvo funcionando el programa Apolo había un grupo de científicos que trabajaban las muestras que traía la nave y firmaban sus artículos como Centro Lunático, era muy gracioso ver los artículos con ese término.

-A pesar de que en estos últimos años se ha avanzado mucho respecto a nuestro satélite ¿seguimos teniendo muchas más preguntas que respuestas?
-Sí, no se sabe casi nada, por suerte para los científicos que si no nos quedábamos sin trabajo. Cuando hablamos de cosas técnicas la mayoría de las veces tenemos que responder ‘no sé’ a las preguntas, por eso tenemos que ir a investigar.

“Hace muchos años se pensaba que la gente que tenía problemas mentales era porque la Luna le afectaba y que cuando estaba la luna llena tenían aún más, de ahí que lunático se asocie a loco”

-¿Qué beneficios aporta a la humanidad el conocimiento de la Luna?
-Hay varias formas, primero porque es conocimiento científico y de por sí ya es algo valioso para la humanidad. Luego está la parte de los spin off porque cuando desarrollas tecnología para exploración lunar o para ir a Marte hay veces que esa tecnología puede ser aplicada a la Tierra. Tenemos un ejemplo en las perforaciones, que contaminan y requieren mucha agua, y por eso en ciertas áreas perforar es complicado. En la Luna no puedes usar agua porque no la hay disponible para esto, lo que te obliga a desarrollar otras tecnologías que te permitan hacer el mismo proceso sin agua. Esa tecnología a lo mejor puede ser utilizada en la Tierra en zonas en las que el agua es muy preciada y no se puede malgastar.
Otra cosa es lo que se mueve desde el punto de vista económico que genera puestos de trabajo, es lo que está ocurriendo en Luxemburgo desde que se puso en marcha esta iniciativa encaminada a los recursos espaciales. Se está invirtiendo mucho para que las empresas se establezcan aquí y desarrollen tecnología espacial; gracias a esto hemos venido mucha gente a trabajar. Todo el entorno de exploración lunar y de recursos espaciales somos gente de fuera y esto, obviamente, atrae riqueza.

-Y luego está el papel de la Luna como posible fuente de recursos.
-Claro, porque en el caso de los recursos espaciales la Luna nos ayuda a llegar más lejos dentro del Sistema Solar con menos dinero. Resulta más barato salir a explorar desde la Luna que desde la Tierra porque su gravedad es menor y nos permitiría recargar allí lo que necesitamos en vez de tener que salir del pozo gravitacional de la Tierra con todo. Abarataría el coste de la exploración espacial y planetaria.

“Resulta más barato salir a explorar desde la Luna que desde la Tierra porque su gravedad es menor”

-¿Como, por ejemplo, poder utilizar agua lunar como combustible para cohetes?
-Sí, hay distintos tipos de cohetes, pero hay uno que utiliza hidrógeno como combustible y oxígeno como oscilante para crear la combustión y que funcione. Por eso se piensa que se puede utilizar el agua lunar, aunque no es necesariamente el agua que nos imaginamos, en este caso nos referimos al radical hidroxilo, la molécula OH, que también se considera agua porque en ella hay oxígeno e hidrógeno juntos. Solo tenemos que coger esta molécula, romperla y ya tenemos las dos partes que se necesitan. Normalmente para los cohetes se necesita mucho más oxígeno que hidrógeno, el hidrógeno -que es mucho más ligero- se podría llevar de la Tierra y utilizar el oxígeno que hay en la superficie lunar.

-¿El satélite es un buen recurso para la Tierra?
-Cuando hablamos de recursos, hablamos de recursos in situ, es decir los que se utilizan allí en la Luna, pero puede ser muy interesante que algunos satélites puedan utilizar ese combustible, porque normalmente cuando se quedan sin él los retiran y prácticamente eso se transforma en basura. Pero en el caso de un coche, cuando se acaba la gasolina tú no tiras el coche. Y pensando en los viajes espaciales es lo mismo, si llevas el combustible necesario para llegar a la Luna y allí repostas, podrías llegar a Marte o a donde quieras.

“Normalmente cuando algunos satélites se quedan sin combustible los retiran y prácticamente eso se transforma en basura. Pero en el caso de un coche, cuando se acaba la gasolina tú no tiras el coche”

La Luna

-¿Para cuándo tendremos una base lunar?
-Eso no se sabe, pero se están dando pasos gigantescos en muy poco tiempo. Cuando llegué a Luxemburgo en 2017 recuerdo participar en una de las primeras conferencias que se organizaron sobre recursos espaciales y en aquel momento era todo muy teórico y abstracto, pero se está avanzando mucho desde hace pocos años.
Como estoy en el Comité del programa de las conferencias, que cada año son más grandes, tengo acceso a los sumarios de las investigaciones que se han hecho y ya estamos hablando de proyectos y tecnologías concretas. Yo creo que será más cerca de lo que mucha gente cree pero también más lejano de lo que muchos del sector pensamos.

-Observando el desarrollo de otras potencias como Japón o EEUU ¿podemos decir que Europa está por detrás en la exploración lunar?
-Sí y no, porque parte del trabajo de la misión japonesa se hacía aquí en Luxemburgo en la empresa en la que yo trabajaba anteriormente. Y desde el punto de vista de la Agencia Espacial Europea (ESA) hay mucho interés, de hecho el centro donde yo trabajo ahora, el Centro Europeo de Innovación de Recursos Espaciales (ESRIC) es idea de la Agencia Espacial de Luxemburgo (LSA) pero en colaboración con la ESA, que es un partner estratégico y está poniendo mucho esfuerzo, aunque es verdad que van más despacio.
Todavía nos queda un poco para ser tan fuertes como EEUU porque ellos tienen una tradición social muy grande pero poquito a poquito vamos avanzando.

“Viendo el uso de los recursos en la Tierra da mucho miedo llegar a la Luna o a Marte, pero hemos aprendido de lo que ha pasado en nuestro planeta y la idea es aplicarlo a lo que hacemos”

-Viendo cómo utilizamos los recursos en la Tierra en base a criterios principalmente económicos ¿no da cierto reparo llegar a la Luna o a Marte con esta mentalidad?
-Sí, da mucho miedo, pero hemos aprendido de lo que ha pasado en la Tierra y la idea es aplicarlo a lo que hacemos. También hay mucho más esfuerzo a la hora de ver cómo desarrollamos todo de forma más sostenible, por ejemplo, los proyectos que contemplan todo el ciclo de vida de la tecnología están mejor valorados. Hay gente trabajando especialmente en esto y también hay grupos legales haciendo estas consideraciones.

-¿En qué consiste tu trabajo más ‘alunizado’?
-Ahora mismo la parte que trabajo es de prospección de recursos espaciales, en especial de la Luna. Es un trabajo de geología, de tratar de entender cómo son los depósitos de estos recursos con los datos que tenemos disponibles, que no son muchos. Estos datos fueron adquiridos por orbites y misiones espaciales y no se tomaron en base a los recursos espaciales, así que mi trabajo es prácticamente tratar de traducir estos datos para tener más información y trabajar en cómo podrían ser las próximas misiones de prospección en la Luna. Es un trabajo de geología pero en el que también hay que tener en cuenta los sistemas robóticos.
Luego en el día a día hago muchas otras cosas pero sobre todo es la identificación y caracterización de depósitos lunares.

“Hay pueblos en la tierra que consideran que la Luna es algo religioso, sagrado, y son implicaciones que también hay que tener en cuenta. Hay que tratar a la luna con cariño, con cuidado, porque representa mucho para todo el mundo y aún mucho más para ciertas culturas”

-Todo este conocimiento ¿cambiará nuestra mirada sobre la Luna?
-Sí, cuanto más la conozcamos menos misteriosa será, la veremos con más perspectiva; aunque para mí siempre tendrá misterio. Será más accesible, pero al mismo tiempo seguirá lejana, como ocurre con la Antártida que la mayoría no la hemos pisado. También veremos cómo la humanidad se expande, sí que habrá esa sensación.

-Llegar a la Luna y establecerse en ella ¿qué implicaciones tendrá para la humanidad?
-Va a tener muchas implicaciones, lo cual genera muchos debates y discusiones entre nosotros. Hay pueblos en la Tierra que consideran que la Luna es algo religioso, sagrado, y son implicaciones que también hay que tener en cuenta. Hay que tratar a la Luna con cariño, con cuidado, porque representa mucho para todo el mundo y aún mucho más para ciertas culturas. Todos estos aspectos hay que valorarlos porque vamos como humanidad, por eso ahora también hay mucha gente de ética y de filosofía trabajando en aspectos relacionados con la exploración espacial y lunar.

-¿Se puede decir que estás cumpliendo tu sueño?
-Sí, lo pienso muchas veces, porque trabajo en lo que siempre quise, y además puedo vivir de ello. Tengo calidad de vida, aunque hay días que se trabaja mucho y hay estrés, pero en general hay muchas más cosas buenas.
Estamos al comienzo de un nuevo camino, hay muchas opiniones, muchas maneras de ver cómo se tiene que ir desarrollando, a veces los debates son agotadores y en ocasiones se te cae el alma a los pies. Estamos tan al comienzo que vemos que cada uno de nosotros podemos generar mucho impacto, podemos cambiar las cosas. Cuando algo ya es más grande, con mucha gente, ya es más difícil porque está más establecido. No hablamos de hacer historia, pero sí de influir en pequeñas cosas, es un momento bueno para esto, así que en general estoy muy contenta.

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