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lunes 25, noviembre 2024

El Cubil de Peter, divulgación histórica para gente curiosa

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El poco tiempo libre que le queda al gijonés Pedro Pérez entre sus clases y la paternidad lo dedica a la divulgación histórica, una de sus grandes pasiones. El canal de este docente, El Cubil de Peter, tiene más de un millón de seguidores que disfrutan con su particular forma de retrotraernos al pasado, a sus hallazgos y a todas las incógnitas que todavía no se han resuelto.

Entiende que el humor no está para nada reñido con la divulgación y el rigor histórico, y logra que sus vídeos resulten de lo más ameno. Tal vez por ello, este profesor de Geografía e Historia acaba de ser fichado por National Geographic para dar a conocer algunas de sus primicias.

-¿Desde cuándo te ha interesado la historia?
-Desde chiquitín siempre he tenido contacto con el mundillo de la historia por mi padre, que despertó en mí el interés por estas cosas. Tenía muchas enciclopedias, las típicas que se daban con El País Aguilar, a principios de los 90; recuerdo colecciones del Antiguo Egipto, de Roma, de dinosaurios… todas estas cosas que llaman mucho la atención a los niños pequeños. A pesar de que mi padre es una persona que no tiene estudios, siempre le ha gustado aprender; veía muchos documentales, leía muchos libros y esa curiosidad me la inculcó poco a poco.
Al principio, me interesaba sobre todo el mundo medieval, me encantaban las novelas como El Señor de los Anillos que tienen ese poso medieval, el mundo fantástico y demás. Y cuando acabé la carrera tenía claro que iba a encaminarme hacia la docencia, aunque también me gustaba mucho lo audiovisual. Había cursado asignaturas en el Bachillerato de Comunicación Audiovisual y había hecho pinitos haciendo cortos de forma muy casera, y al final, junté las dos cosas.

“La gente busca la intriga, lo enigmático y misterioso y tiro ese gancho para atraer a la gente, pero a la hora de transmitir el conocimiento intento ser una persona rigurosa que se basa en fuentes fiables y estudios recientes”

-¿Cuándo diste el salto a YouTube?
-Empecé en el año 2014 haciendo lo que hacía mucha gente que era sacar retos y hacer chorradas, sobre todo por aprender a manejar los programas de edición. Fue un periodo de experimentación en el que subía de todo y la que era mi pareja, que es muy sensata, ahora mi actual mujer, me dijo que para una persona que se iba a dedicar a la docencia de la Historia subir vídeos de ese tipo no era una carta de presentación muy buena. Y ya que sabía tanto de historia y que me gustaba ¿por qué no hacía vídeos en esa línea? Y empecé subiendo una anécdota que tenía que ver con el Desembarco de Normandía, un vídeo cortito que empezó a gustar. Si con esto había conseguido cuatro veces más visualizaciones que con las otras cosas, igual era cierto que la gente tenía interés por este tipo de contenidos divulgativos e históricos. Una cosa llevó a la otra, y El Cubil de Peter fue creciendo hasta que a primeros de 2015 nace como plataforma de divulgación histórica.

-Para tus alumnos debe de ser alucinante ver a su profesor de Historia contando todas estas cosas.
-Bueno, al principio, cuando empecé a trabajar en el centro donde estoy ahora y en el que llevo cinco años, no quería que supieran que tenía vídeos en YouTube. Empezaba en un sitio nuevo y de aquella pensaba que igual esto podía jugar en mi contra, porque se podía romper la dinámica de alumno-profesor y me dio miedo. Pero el secreto me duró veinticuatro horas, porque cuando los alumnos se pusieron a buscar el primer tema de 1º de Bachillerato que era el Antiguo Régimen, el primer vídeo que les mostraba YouTube era uno de mi canal. Así que al segundó día que voy a darles clase ya me estaban diciendo: pero profe, ¿cómo no nos ha dicho que es youtuber y que tiene un canal donde habla de Historia?
También es cierto que mis vídeos no los suelo utilizar como recurso educativo, mi canal tiene una parte mucho más divulgativa, un 85%, mientras que sólo un 15% académico. Prefiero coger vídeos de otras personas y los míos que los usen terceros. De hecho, ha habido muchos compañeros de profesión a lo largo de este tiempo que me han mandado mensajes agradeciendo la utilidad de los vídeos, gente que se dedica a la enseñanza de la Historia, y eso es gratificante.

“Yo me alejo mucho de lo académico y es una de las cosas que más me han afeado, me han dicho que por ser irónico o bromista con los vídeos no estoy respetando la historia, pero a mí me parece que es justo lo contrario”

-Algunos de tus vídeos invitan a pensar que en realidad no sabemos tanto como pensamos.
-Pues sí, la verdad es que sí. La gente busca la intriga, lo enigmático y misterioso y tiro ese gancho para atraer a la gente, pero a la hora de transmitir el conocimiento intento ser una persona rigurosa que se basa en fuentes fiables y estudios recientes. Este ha sido uno de los primeros canales de divulgación histórica que en la descripción de sus vídeos pone las referencias de donde sacaba la información. Eso es fundamental, porque te da cierto respeto, pero también hay que jugar con la vertiente del enigma para buscar el interés y explotar esa curiosidad. Se trata de combinarla con dosis de rigor y sin perder el tono coloquial, ameno y cercano, porque es la manera de llegar mucho más a la gente. Yo me alejo mucho de lo académico y es una de las cosas que más me han afeado, me han dicho que por ser irónico o bromista con los vídeos no estoy respetando la historia, pero a mí me parece que es justo lo contrario. Yo creo que con todo se puede hacer humor y es un recurso superimportante para la educación.

-Presentas el canal como una plataforma en la que encontraremos anécdotas, mitos y verdades históricas… A lo largo de todos estos años ¿qué cosas has abordado que te han ido sorprendiendo?
-Hay muchísimas, pero lo cierto es que de aquí a un par de años hacia atrás he ido volcándome más hacia el conocimiento arqueológico. Me he alejado un poco de lo que es la historia actual y me he inclinado más hacia temas que tienen que ver con lo medieval, especialmente la historia antigua y la prehistoria. Cuanto más nos alejamos en el tiempo, más interés me suscitan, porque también es más probable que se encuentren cosas que puedan revolucionar el conocimiento que tenemos actualmente. Y en los últimos años, ha habido hallazgos superimportantes, por ejemplo encontrar parajes como Göbekli Tepe o Karahan Tepe en Turquía, lugares monumentales gigantescos que implican un nivel de organización social nunca visto o que, por lo menos, no se esperaba de sociedades recolectoras que se movían persiguiendo manadas de animales en grupos pequeños de veinte o treinta personas, ajenos entre sí.

Yacimiento de Göbekli Tepe (Turquía)
Yacimiento de Göbekli Tepe (Turquía)

-¿Cosas como estas cambian nuestra percepción del pasado?
-Claro, porque en este caso todavía no había agricultura o por lo menos no se han encontrado rastros de que la hubiera y la agricultura es lo que de manera tradicional se ha pensado que era el paso previo a la civilización, a la sedentarización. Pero lo encontrado en Turquía te rompe la cabeza, porque nos obliga a repensar lo que sabíamos sobre los orígenes de la civilización. De repente, sociedades recolectoras de hace 12.000 años, se plantan en un sitio y construyen un edificio gigantesco, con unas esculturas y grabados en las paredes impresionantes, con unos conocimientos constructivos totalmente inéditos para una población tan antigua.
La historia no está muerta, es una ciencia viva, y con la arqueología, que es la rama científica de la historia, se puede demostrar que no está todo contado. Sigue habiendo descubrimientos que revolucionan la historia y que nos obligan a cambiar la perspectiva o la imagen que teníamos de ciertas épocas o de ciertos pueblos. A mí eso me parece apasionante.

“Muchas veces pensamos que los antiguos eran estúpidos o tontos, y creo que es todo lo contrario. Parece que hablo como el abuelo batallitas, pero los estúpidos estamos siendo nosotros porque se nos ha dado todo hecho”

-Como sociedad, ¿tenemos una idea equivocada sobre nuestros ancestros a los que se les considera más atrasados porque no disponían de tecnología?
-Yo le suelo decir a mis alumnos que muchas veces pensamos que los antiguos por ser antiguos eran estúpidos o tontos, y creo que es todo lo contrario. Parece que hablo como el abuelo batallitas, pero los estúpidos estamos siendo nosotros porque se nos ha dado todo hecho. Ahora mismo a estos chavales los sueltas en mitad de un monte a buscarse las castañas y muchas de las cosas básicas no las saben hacer, y sin embargo la gente que vivió en el pasado se tenía que buscar la vida para sobrevivir. Muchas veces los infravaloramos preguntando: ¿cómo estos analfabetos de hace 4000 o 2500 años que no tenían tecnología iban a poder construir unas pirámides? Pero siempre pongo un ejemplo, las catedrales góticas tienen un nivel de dificultad técnica muchísimo mayor que una pirámide, infinitamente más, y sin embargo nadie plantea que las iglesias románicas o las catedrales góticas fueran construidas por civilizaciones avanzadas, como ocurre con las pirámides. Y en esa época tenían prácticamente la misma tecnología, porque entre el 2.500 a. C. y el 1.000 d. C. a nivel arquitectónico hubo pocos avances en cuanto a maquinaria y herramientas.

-¿Es más lo que se desconoce del pasado que lo que realmente conocemos?
-Creo que no, es un equilibrio, estamos en un fifty fifty, porque se conocen muchísimas cosas y en los últimos dos siglos, y especialmente en los últimos 50 años, hemos avanzado mucho en ciencia histórica. La arqueología ha dado pasos de gigante, hay muchísimas nuevas técnicas que están permitiendo conocer más, aunque sí que hay mucho por descubrir.
Por ejemplo, ahora que estamos en la era de la IA, han desarrollado un algoritmo que está consiguiendo leer los papiros calcinados de Herculano, unos papiros que se carbonizaron durante la erupción del Vesubio y gracias a ese algoritmo y utilizando el TAC, (una técnica que se utiliza sobre todo en Sanidad), se están pudiendo descifrar unos textos que llevan 1.800 años o 1.900 sin poder leerse. Han encontrado una biblioteca entera en Herculano de más de 2000 obras y a saber qué había ahí escrito, a lo mejor encontramos obras inéditas de algún filósofo o de algún tratadista romano.

Vista de la antigua ciudad romana de Herculano, conocida por haberse conservado enterrada en las cenizas de la erupción del volcán Vesubio en el año 79
Vista de la antigua ciudad romana de Herculano, conocida por haberse conservado enterrada en las cenizas de la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d. C.

“En la era de la IA han desarrollado un algoritmo que está consiguiendo leer los papiros de Herculano, carbonizados durante la erupción del Vesubio”

-Entre los hallazgos recientes se ha encontrado vino en estado líquido de la época romana en la Península Ibérica.
-Sí, encontrar vino en estado líquido de 2000 años es prácticamente imposible y en Carmona, cerca de Sevilla, se encontró una vasija con vino en el que había restos humanos, porque había la costumbre de enterrar a los muertos dentro de las tinajas. Era como una especie de ritual relacionado con el vino, que era un elemento muy importante dentro de la sociedad romana. En Pompeya se encontró ese mismo ritual, el modus operandi fue el mismo. Por suerte, tanto en Pompeya como en Carmona, las tumbas quedaron tan bien selladas que se creó un vacío que consiguió que ese vino estuviera totalmente alejado de agentes externos y se conservó en estado líquido.
Lo curioso es que el estilo de vino encontrado en Carmona era muy parecido al que se toma en Jerez, ¿quién sabe si la tradición cultural de beber ese tipo de vino en Andalucía tiene un origen mucho más antiguo del que se cree?

-¿Qué otros hallazgos interesantes se han producido en nuestro país?
-Yo creo que el yacimiento más importante, que está suponiendo una revolución en el conocimiento de los pueblos prerromanos de la Península Ibérica es el de Casas de Turuñuelo, en Guareña, Badajoz. Está siendo una mina de conocimiento, porque de los tartesios, unos de los pueblos más huidizos, se habían encontrado algunas tumbas, algún yacimiento funerario, pero no se había encontrado un lugar como este, un edificio enorme enterrado en un túmulo gigante a las orillas del Guadiana, en el que se han encontrado un montón de cosas. Por ejemplo, unos pies de mármol de una estatua fragmentada (seguramente el resto la saquearían en la antigüedad). El mármol venía del monte Pentélico en Atenas y esta estatua es 300 años más antigua que la que se encontró en Ampuria, la estatua griega más antigua que teníamos en la Península.

“En nuestro país, el yacimiento más importante que está suponiendo una revolución en el conocimiento de los pueblos prerromanos de la Península Ibérica es el de Casas de Turuñuelo, en Guareña, Badajoz. Está siendo una mina de conocimiento”

-¿Qué otras cosas nos cuenta el Turuñuelo?
-Encontraron la prueba física de una hecatombe, un término que mucha gente no sabe de dónde viene y que hace referencia a un sacrificio masivo de animales. Y además, objetos de lujo (cristales de Macedonia, la estatua que venía de Atenas y restos de un montón de platos), hace poco encontraron también las primeras representaciones figuradas. Tenemos esculturas griegas, romanas, egipcias, mesopotámicas, incluso íberas, como la Dama de Elche, pero no se había puesto rostro a la civilización tartésica y se encontraron dos máscaras, dos rostros que son impresionantes porque tienen unos rasgos orientales que se parecen mucho a las estatuas griegas, a las estatuas de próximo oriente. Ese lugar es una auténtica mina y, desde 2017, cada temporada de excavaciones se van encontrando cosas cada vez más espectaculares que el año anterior.

-¿La visibilidad de este tipo de hallazgos queda relegada en muchas ocasiones a ámbitos relacionados con la Historia?
-Afortunadamente, desde hace tres años para acá, se abrió un espacio para la divulgación en la 2 de TVE: el programa Condensador de fluzo, pero es el único espacio que ves que da difusión a divulgación histórica y arqueológica. No hay interés por divulgar estas cosas y cuando salen en las noticias se comenta como una curiosidad o una rareza más del día, no con la importancia que realmente tiene, porque no existe una educación sobre el patrimonio, sobre la importancia de los yacimientos. Es una pena porque el conocimiento o la difusión del pasado sólo son valorados por la gente que se dedica al tema. Muchas veces me han dicho que por qué me fascinan tanto las piedras, pero es que yo no veo una piedra, veo mucho más.

Pedro Pérez, creador del canal de divulgación histórica  El Cubil de Peter
Foto cedida por P. Pérez

-Al final, ¿se trata de una cuestión de recursos?
-Yo creo que cuando hay una buena gestión de los recursos públicos hay dinero para todo, pero es cuestión de prioridades y la arqueología no es una prioridad en España. Aquí no hay empresas privadas, cómo sí hay en Inglaterra, aquí dependemos casi todo del CSIC. Y claro, si no hay un duro para excavar, probablemente las cosas se queden como estén.
El Turuñuelo tiene la suerte de estar recibiendo financiación debido a lo que se está encontrando, pero en otros lugares se deja de excavar porque no hay financiación. Y en ocasiones los arqueólogos van de forma voluntaria a excavar gratis y eso es tristísimo, porque al final no están dignificando la profesión.

-¿Conocer el pasado puede ayudarnos a no cometer errores en el futuro?
-Sí, la palabra es ayudar porque, independientemente de que conozcamos el pasado, al ser humano le encanta tropezar con la misma piedra. El aprendizaje muchas veces se distorsiona, se olvida o se tergiversa y nos lleva a dónde nos lleva. De hecho, en los últimos tiempos estamos viendo, no solo en España sino en toda Europa y en todo el mundo, una polarización extrema, y todo esto es fruto de fomentar el desconocimiento y una narrativa totalmente distorsionada. Hay personas que han negado el Holocausto delante de mí y le han llamado Holocuento, niegan cosas que están hiperdocumentadas. Cuanto más se radicaliza la población menos dispuesta está a escuchar y cuanto menos dispuesto estés a escuchar más fácil es caer en las garras de la radicalización, de no querer escuchar al que piensa diferente a ti, y te conduce a meterte en tu trincherita y a escuchar sólo lo que te interesa. Y a mí me parece muy peligroso porque se está fomentando incluso desde las instituciones.

“Independientemente de que conozcamos el pasado, al ser humano le encanta tropezar con la misma piedra. (…) De hecho, en los últimos tiempos estamos viendo una polarización extrema, y todo esto es fruto de fomentar el desconocimiento y una narrativa totalmente distorsionada”

-Me gustó el apunte que decías acerca de la diversidad en el vídeo sobre el samurái negro que protagoniza el videojuego de Assassin’s Creed.
-En este caso hubo mucha polémica, porque hay que tener en cuenta que el caso de este samurái es totalmente una excepcionalidad dentro de la historia de Japón, y el hecho de que la empresa de videojuegos lo haya escogido precisamente para representar a los samuráis puede hacer pensar a mucha gente -aunque no lo comparto- que lo han hecho para vender más y para guiarse por esta corriente internacional que hay de dar visibilidad a ciertas etnias. A mí no me parece mal, porque al final es ficción, es un videojuego, no una obra que utilizas para aprender historia, pero entiendo la corriente que ha criticado la decisión porque creen que lo utilizan como reclamo. Este samurái existió, pero es verdad que fue una rareza. Yo lo comentaba en mi vídeo, pero al final tuve que quitarlo porque me llegaban una cantidad enorme de comentarios faltosos y no tengo ganas de aguantar esas cosas. Con el tiempo, he aprendido que este tipo de situaciones no tengo porque tolerarlas y lo quito por salud mental.

-¿Las redes sociales se convierten en cloacas?
-El problema es que cuando algo se viraliza, no te imaginas la cantidad de comentarios que te pueden llegar. Este vídeo a la hora de subirlo ya llevaba 60.000 visitas y casi 1000 comentarios, y de esos 1000 comentarios, igual en 200 estaban insultándome y diciendo barbaridades. La exposición en redes sociales para unas cosas es muy buena, porque te permite llegar a todo el mundo, pero también es muy mala por la misma razón. Hay gente que está muy pirada, a mí incluso me han llegado a amenazar de muerte, aunque fue un caso excepcional. El problema es que el anonimato que te proporcionan las redes envalentona a la gente, para los cobardes es una herramienta magnífica.

“George Lucas era muy fan del cine japonés (…) Creo que de ahí sacó muchas de las ideas para luego ambientar y crear determinados elementos de lo que es el imaginario y la estructura de Star Wars, como la indumentaria de la orden jedi y el casco de Darth Vader”

Izda.: Darth Vader / Dcha.: Guerrero samurái japonés
Izda.: Darth Vader / Imagen de Annette Schleich en Pixabay. Dcha.: Guerrero samurái japonés / Foto: PxHere

-Contabas en otra de tus aportaciones cómo la cultura japonesa había servido de inspiración para ciertos elementos del universo Star Wars.
-Sí, de hecho, George Lucas era muy fan del cine japonés y una de sus películas favoritas era Los siete samuráis. Creo que de ahí sacó muchas de las ideas para luego ambientar y crear determinados elementos de lo que es el imaginario y la estructura de Star Wars, como la indumentaria de la orden Jedi y el casco de Darth Vader.
Tampoco hace falta ser muy listo para darse cuenta de que la indumentaria del Imperio Galáctico recuerda mucho a la de las SS y los oficiales nazis. Hay una analogía muy clara entre lo que es el Imperio y lo que es el totalitarismo que proponía el régimen nazi. La historia sirve también de pretexto para crear sagas fantásticas. También decían que El Señor de los Anillos tenía mucha inspiración con todo lo relacionado con la II Guerra Mundial. A mí esos mundillos me gustan mucho, soy friki y lo digo de forma orgullosa. Hasta tengo tatuajes de Star Wars, o sea que lo llevo hasta en la piel, pero por ese doble sentido histórico y fantástico. Se inspira en muchos elementos de la historia para configurarse y al final, es una de las cosas que hace que sea mi favorita.

-Al igual que ves inspiraciones que nacen de la historia, ¿ves también errores de bulto al contar relatos?
-Sí, por supuesto, pero hay que tener en cuenta que son ficciones. Es como la película de Gladiator, yo la adoro, probablemente es mi favorita del mundo romano, pero no es una película para aprender historia porque se toma una cantidad de licencias brutales y no busca rigor histórico en ningún momento. El propio personaje principal, Máximo Décimo es falso, nunca existió, aunque sí aparecen otros, como el emperador Marco Aurelio o Cómodo, que sí existieron.
Hay que ver la ficción como lo que es: ficción. Sí hay películas autobiográficas que buscan divulgar la vida de un personaje, como por ejemplo, la de Oppenheimer, esa me parece fantástica. Es una película que sí se basa en datos históricos y los presenta de forma rigurosa, pero hay otras en las que el rigor histórico es cero, como Los Bridgerton.

“La película de Gladiator, probablemente es mi favorita del mundo romano, pero no es una película para aprender historia porque se toma una cantidad de licencias brutales y no busca rigor histórico”

-¿Resulta especialmente importante distinguir contexto histórico de hechos históricos?
-Sí, un apunte en ese sentido es la película de Napoleón, que buscaba ser una especie de biografía del personaje, pero es un despropósito. Está hecha por un inglés y teniendo en cuenta que el mayor enemigo de ese emperador francés era el Reino Unido, es curioso. Al final, explota facetas de la vida de Napoleón, muchas de ellas exageradas, desfiguradas por la literatura de los cronistas ingleses de la época que decían que era un obseso sexual, un pervertido, que tenía un montón de manías, que era un acomplejado, que tenía mamitis, y aunque esa visión del emperador es totalmente sesgada, la película se presenta como un documento histórico. El director es Ridley Scott, al que yo adoro, pero esa película es un auténtico despropósito. Si hay que poner un ejemplo de una película que no tienes que ver para aprender historia es Napoleón.


Pedro Pérez es el creador de El Cubil de Peter y El Cronista de Alejandría, dos canales de YouTube. También es autor de dos publicaciones: Un día en el Imperio Romano (Alfaguara), orientado al lector juvenil y La Bicha de Bazalote en el que relata historias sorprendentes sobre el mundo de la arqueología. Además, ha trabajado como colaborador en el programa de televisión El condensador de fluzo, de RTVE, también como coordinador de la sección de historia del programa Una noche en el laberinto, de RNE y como articulista en la revista Muy Historia.

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