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jueves 28, marzo 2024

‘Si no somos iguales, no somos felices’. Pilar Varela. Alcaldesa de Avilés

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A pesar de los avances de las últimas décadas, aún no es habitual ver a una mujer en un alto cargo político. Tras una variada trayectoria, Pilar Varela ejerce su segunda legislatura como alcaldesa de una de las grandes ciudades de Asturias, donde presume de poner el acento en los asuntos sociales. Como regidora municipal, Varela reivindica el matiz de género y la empatía como argumento político, en una ciudad con una amplia tradición en movimientos sociales y feministas.


-De usted se conoce su implicación con diferentes colectivos feministas. ¿Qué importancia ha tenido esto en su trayectoria personal?
-Si yo estoy en política es para contribuir a que avance la sociedad, fundamentalmente en lo que tiene que ver con valores. En ese sentido, creo que la igualdad entre hombres y mujeres ha sido uno de los avances más importantes del siglo pasado, y así se estudiará en los libros de historia. Y esta idea de la lucha por la igualdad se expresa en dos momentos muy simbólicos a lo largo del año: uno es el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora y otro el 25 de noviembre, Día Internacional de Lucha ante la Violencia contra las Mujeres. Ambos se celebran desde hace años, pero yo creo que este 8 de marzo es muy especial en España, porque siempre hemos pensado que aquello en lo que avanzamos no tiene marcha atrás, y estamos viendo con este gobierno que lo que entendíamos como conquistas puede sufrir retrocesos, tanto en el ámbito de nuestra calidad de vida, en lo referido por ejemplo a sanidad y educación, como en el de la libertad, con la ley que regula el aborto.

«Tenemos desde hace más de 22 años un Consejo Municipal de la Mujer, en el que se aglutinan todas las organizaciones de mujeres, se elaboran los planes de igualdad… Es una herramienta fundamental, y ha permitido que haya una sensibilidad especialen este tema»

-Ese anteproyecto de ley del aborto es uno de los temas más polémicos estos días.
-Es que no se entiende el porqué. Yo lo he comentado en todos mis círculos, no sólo políticos, y lo que más llama la atención es que la sociedad en general estaba tranquila, no estaba viviendo este tema como problemático. Tengo el convencimiento de que se va a parar, porque la sociedad no quiere este cambio. En el Ayuntamiento de Avilés lo votamos en el pleno: IU y PSOE, lógicamente, tenemos una postura muy clara en contra, Foro Asturias no ha querido manifestarse diciendo que el documento todavía no es ley, y de los seis concejales del PP una se salió del pleno para constar como abstención. Es decir, que no hay acuerdo. Tenemos que usar todos los medios a nuestro alcance para pelear contra esto: hemos estado en Madrid con esta manifestación que surgió de varios grupos de Asturias, aquí se ha creado la plataforma Avilés Decide… Queremos seguir avanzando, pero desde luego no estamos dispuestos o dispuestas a retroceder en libertades. Así que este 8 de marzo va a estar muy marcado por estas posiciones.
-En principio la crisis está suponiendo una reducción de derechos para todos los ciudadanos. ¿Son las mujeres especialmente perjudicadas en este proceso?
-La crisis está significando un empobrecimiento general de la población, pero especialmente para las mujeres. Igual que ha bajado la protección al desempleo hasta el 60%, o que hay cantidad de personas jóvenes que pese a haberse formado muy bien, haciendo todo lo que les decíamos que había que hacer, tienen muy pocas posibilidades de incorporarse al mercado laboral.

«En Avilés dedicamos un 24% de nuestro presupuesto a bienestar social, y ahí incorporamos todos los temas relacionados con igualdad y mujer. Es una opción y una prioridad»

-¿Qué medidas se están tomando para paliar estos problemas?
-En ese sentido nosotros, como Ayuntamiento, siempre priorizamos a los colectivos que tienen especiales dificultades para el acceso al empleo, entre ellos las mujeres. Porque no se puede tratar igual a los que son desiguales. En Avilés tenemos además la ventaja de que se ha ubicado aquí la Escuela de Emprendedoras y Empresarias, que lleva más de un año funcionando y que -aunque no hay milagros- ya está dando resultados positivos. Y en el aspecto organizativo, Avilés tiene desde hace más de 22 años un Consejo Municipal de la Mujer, en el que se aglutinan todas las organizaciones de mujeres, se elaboran los planes de igualdad, se toman decisiones… Es una herramienta fundamental, y ha permitido que haya una sensibilidad especial en este tema. Por ejemplo, cuando se produce la muerte de una mujer a manos de su maltratador, en Avilés siempre nos manifestamos. O estamos haciendo un programa en los institutos para educar en las relaciones afectivas. Y los jóvenes están respondiendo muy bien, tanto chicos como chicas, porque educar en igualdad es cuestión de hombres y mujeres. La cuestión aquí es que si no somos iguales, no somos felices.
-Dentro de que hay un marco global, unas leyes, europeas, estatales, autonómicas… ¿Cuál es el margen de maniobra de un ayuntamiento?
-Todo depende de las decisiones políticas. En Avilés tenemos claro que, dentro de nuestro presupuesto, el mayor esfuerzo se dirige a todo lo que tiene que ver con bienestar social, y ahí incorporamos todos los temas relacionados con igualdad y mujer. Le dedicamos aproximadamente el 24% de nuestro presupuesto, que son unos 14 millones de euros. Es una opción y una prioridad. A lo mejor tenemos un poco más rotas las aceras, pero hemos dicho que ante esta situación de dificultad, queremos usar nuestros medios para intentar superar los problemas, no para hacerlos más profundos.
¿Qué margen tenemos? Hasta ahora era bastante amplio, pero con la nueva Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local vamos a tener más dificultades. De hecho, vamos a hacer un recurso al Constitucional, y no somos los únicos, porque creemos que esta ley lesiona la autonomía local. Tiene legitimidad, porque está hecha con mayoría absoluta, pero desde luego está elaborada muy poco democráticamente. Es además una ley que ha pasado muy desapercibida, pero va a cambiar mucho la vida de la gente, que está muy acostumbrada a venir al Ayuntamiento cuando hay un problema. Pues bien, igual un día le decimos que no tenemos competencia en determinados temas, y que tienen que ir a Oviedo o a donde sea a resolverlo.

«Tengo la idea de que las mujeres usamos más la empatía: nos ponemos más en el lugar del otro y eso en política, donde tomas decisiones que afectan directamente a la vida de la gente, es fundamental»

-Avilés es de los ayuntamientos asturianos que tienen más calles con nombres de mujer. Y aún así es sólo un 8,1%.
-Es una decisión que tomamos en la corporación de 1999 al 2003, de modo que todas las zonas de nueva construcción, las calles, los parques, tuvieran nombre de mujer, precisamente porque hay muchas que reconocen la trayectoria de hombres, cosa que está muy bien, pero también hay muchas mujeres que en igualdad tienen trayectorias importantes. Así, tenemos la calle Elena Soriano, Rigoberta Menchú, Dolores Ibárruri… y recientemente Comisiones Obreras ha sacado un libro en el que recoge quiénes fueron estas mujeres, lo cual está muy bien porque contribuye a mantener la historia y la memoria. Tenemos una lista de espera, la cuestión es que no hay muchas calles nuevas, pero hay una lista que se hace a través de la Comisión de Cultura con más nombres preparados para futuras calles.
-Sin tirar de tópicos, ¿existe un estilo femenino de liderazgo?
-Yo tengo la idea de que las mujeres usamos más la empatía: nos ponemos más en el lugar del otro y eso en política, donde tomas decisiones que afectan directamente a la vida de la gente, es fundamental. En cambio los hombres, al menos con los que yo he tenido oportunidad de trabajar, tienden a mirar las estrategias a largo plazo, a buscar la proyección de las cosas. No es una norma exclusiva, por supuesto, pero al menos mi experiencia ha tendido a ser ésa.
Por eso a mí personalmente me gustan mucho los equipos mixtos, creo que hombres y mujeres nos complementamos muy bien en la gestión. No me suelen gustar los grupos donde sólo hay mujeres, y desde luego me horrorizan los que están compuestos sólo por hombres. Es algo que ocurre especialmente en el ámbito de la empresa, yo que he estado y estoy en varios consejos de administración, muchas veces soy la única mujer. Y cuando veo esas fotos de directivos en las que sólo hay hombres digo: algo pasa. Porque en cualquier ámbito hay mujeres que podrían estar al mismo nivel, pero no llegan.

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