Es otra forma de emprender. ASATA (Agrupación de Sociedades Asturianas de Trabajo Asociado y Economía Social) ha demostrado ser más resiliente en tiempos de crisis. Aporta otra lógica al tejido productivo y se apoya en valores distintos. Son las empresas de economía social y de ellas nos habla Rocío Villa, responsable de emprendimiento de ASATA.
Hablamos principalmente de cooperativas y sociedades laborales integradas por grupos de personas que buscan aportar soluciones a un determinado problema social (desempleo, exclusión) o que simplemente quieren crear una empresa más integradora, donde sean las personas quienes estén en el centro.
-Cada vez se habla más de la economía social, sin embargo, no todo el mundo sabe en qué consiste este modelo empresarial. ¿Puedes explicarnos qué es y en qué se diferencia de otros modelos empresariales?
-La economía social es un modelo económico en el que las empresas están mayoritariamente participadas por sus propios trabajadores y trabajadoras. Esto significa que quienes desempeñan su trabajo en ellas no solo son empleados, sino también socios, con un papel activo en la toma de decisiones y en el rumbo de la organización. Entre los ejemplos más representativos están las cooperativas y las sociedades laborales, que han demostrado ser un pilar clave en la construcción de un sistema económico más justo y sostenible.
A diferencia de otras formas de empresa, donde el beneficio es la principal motivación, las entidades de economía social buscan equilibrar la rentabilidad con el compromiso social.
«En la economía social los trabajadores no solo son empleados sino también socios con un papel activo en la toma de decisiones y en el rumbo de la organización»
-¿Solidaridad y rentabilidad son compatibles en el mundo empresarial? ¿Podrías decir que la economía social es una economía que se apoya y defiende valores por encima de intereses económicos?
-Solidaridad y rentabilidad no solo pueden ser compatibles en el mundo empresarial, sino que, en muchos casos, se refuerzan mutuamente. Las empresas que integran valores solidarios en su modelo de negocio suelen generar confianza, mejorar su reputación y fidelizar a clientes y empleados, lo que puede traducirse en beneficios sostenibles a largo plazo.
Por otro lado, la economía social pone en el centro valores como la cooperación, la equidad y el bienestar común, priorizando el impacto social sobre la maximización del lucro. Sin embargo, esto no significa que renuncie a la rentabilidad, sino que busca un equilibrio donde la actividad económica sea un medio para el desarrollo humano y comunitario, en lugar de un fin en sí mismo. La economía social se basa en una serie de principios orientadores, como la primacía de las personas y el propósito social sobre el capital, la generación de empleo estable y de calidad, cohesión social, la igualdad de oportunidades, la conciliación… que la diferencian del modelo capitalista tradicional y buscan equilibrar el desarrollo económico con el bienestar social.
-¿En qué sectores tiene más implantación?
-La mayoría de las empresas de economía social pertenecen el sector servicios como, por ejemplo, empresas de cuidados a las personas, Prevención de Riesgos, ingenierías, consultorías… aunque también la hay empresas industriales creadas con este modelo.
«A diferencia de otras formas de empresa, donde el beneficio es la principal motivación, las entidades de economía social buscan equilibrar la rentabilidad con el compromiso social»
-¿Qué papel juega ASATA en el impulso de la economía social?
-ASATA lleva más de cuatro décadas siendo la entidad representativa de la economía social asturiana no agraria. Desde sus inicios, ha aglutinado distintas formas jurídicas de la Economía Social, especialmente sociedades laborales y cooperativas de trabajo asociado. Como patronal del sector, su principal función es promover y defender este modelo económico y las figuras que lo integran.
Entre sus actividades destacan el asesoramiento a personas emprendedoras, la consolidación de empresas ya existentes, programas de formación y orientación especializada en Economía Social. Su campo de acción se ha ampliado con el tiempo para incluir también proyectos de innovación social y educativa, cooperación al desarrollo, igualdad de género y el impulso de nuevas economías, como la circular, la azul o la plateada. Contamos también con una empresa de inserción, Serenos Gijón, que, a su vez, es Sociedad Laboral, donde trabajan 40 personas.
-Háblanos un poco de Serenos Gijón, ¿cómo surgió esta idea?
-Serenos Gijón SLLEI se fundó en 1999 en Gijón como parte de un plan de empleo dirigido a colectivos desfavorecidos, incluyendo inmigrantes, mujeres y parados de larga duración. Esta fue la primera ciudad española en recuperar la figura del sereno, y desde entonces, el servicio ha contado con más de 500 trabajadores a lo largo de su historia. Actualmente, cuenta con una plantilla de unas 40 personas que prestan servicio en diversas zonas de la ciudad: la zona centro, Cimadevilla, La Arena, El Llano, El Natahoyo, La Calzada, El Coto y Laviada. El servicio funciona desde las 23:00 de la noche a las 7:00 de la mañana y además de vigilancia nocturna, proporciona asistencia en situaciones de emergencia como intentos de robo, peleas callejeras y emergencias sanitarias; aporta mucha tranquilidad a los vecinos durante la noche. Serenos Gijón sería un buen ejemplo de economía social y empleo inclusivo.
«ASATA lleva más de cuatro décadas siendo la entidad representativa de la economía social asturiana no agraria»
-¿Cómo ha evolucionado la economía social en estos años? Respecto a otras comunidades, ¿cómo se encuentra Asturias con los datos en la mano?
-En los últimos años ha experimentado una evolución significativa, habiendo logrado un amplio reconocimiento por parte de gobiernos y organismos internacionales. En Europa, por ejemplo, la economía social se ha posicionado como un motor clave para la creación de empleo inclusivo y sostenible. A medida que la sociedad se enfrenta a nuevos retos económicos, sociales y medioambientales, la economía social se está posicionando como una alternativa viable y necesaria. En Asturias contamos en este momento con 600 entidades de economía social que generan unos 5.000 puestos de trabajo de manera directa.
-¿Qué características propias presenta la economía social asturiana?
-En el Principado tenemos empresas con 40 años de trayectoria, como la cooperativa Comefa, o la sociedad laboral Reparaciones Mecánicas Avilés, S.A.L. Si por algo se caracteriza la economía social asturiana es por su capacidad de adaptación y de dar respuesta a los retos que han ido surgiendo en el camino, bien a nivel de problemas graves que se han tenido que afrontar o de oportunidades que no se debían de dejar pasar.

-Se suele decir que las empresas de economía social resisten mejor la crisis, ¿está siendo así?
-Totalmente, este modelo no solo favorece la creación de empleo de calidad, sino que tienen la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios, manteniendo su compromiso con los trabajadores y trabajadoras, y con las comunidades.
Durante las crisis económicas, como la de 2008 o la reciente pandemia de COVID-19, las empresas de economía social han demostrado mayor resiliencia que las convencionales. Esto se debe a su enfoque en el largo plazo, a la reinversión de sus beneficios y a su estructura participativa.
-¿Cómo son las mujeres de la economía social? ¿Cuántas llegan a los puestos de gestión?
-Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la economía social, muy comprometida con la igualdad de género y la inclusión. En cuanto a su presencia en puestos de gestión, los datos reflejan una tendencia positiva: Un estudio de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA) reveló que el 54% de las mujeres que trabajaban en cooperativas ocupaban puestos de dirección en 2019. En 2023, la Confederación Empresarial Española de la economía social (CEPES) indicó que la presencia de mujeres en puestos directivos alcanzaba el 58,1%.
Por tanto, la economía social no solo facilita el acceso de las mujeres a roles de liderazgo, sino que también supera las cifras de otros modelos empresariales en términos de equidad de género. Además, este sector implementa políticas que favorecen la conciliación laboral y familiar, así como la corresponsabilidad en el cuidado de la vida personal y profesional.
«En Asturias contamos en este momento con 600 entidades de economía social que generan unos 5.000 puestos de trabajo de manera directa»
-A pesar de que la economía social está presente en casi todos los sectores no tiene el reconocimiento que debería a nivel de peso económico. ¿Por qué crees que sucede esto?
-Nadie duda hoy que la economía social es un importante motor económico y social en los territorios en los que opera. Y aunque las principales instituciones internacionales, europeas, estatales y autonómicas han ido reconociendo su papel, aún queda mucho por hacer. La ausencia de datos estadísticos que reflejen con exactitud la actividad de estas empresas y el hecho de que su contribución va más allá de lo meramente económico, adentrándose en el ámbito del bienestar social que es algo más abstracto, hace que sea difícil visualizar su verdadera contribución a la sociedad.
-Tampoco es muy conocida en el ámbito educativo. ¿Qué estáis haciendo en este sentido?
-En ASATA diseñamos e impartimos formación en todos los niveles educativos para fomentar el emprendimiento colectivo. Organizamos charlas y sesiones de mentoring, abordamos temas como el emprendimiento social, desarrollo de habilidades, transformación empresarial, innovación… Además, ofrecemos un acompañamiento personalizado a personas, grupos y entidades que deseen crear una empresa, ya sea una cooperativa o una sociedad laboral. Les guiamos en todo el proceso, desde el análisis de viabilidad de la idea hasta su puesta en marcha y consolidación.
En los últimos años venimos desarrollando distintos proyectos de investigación, desarrollo e innovación educativa. Ejemplo de ello es el proyecto “Despertando Vocaciones STEAM”, que tiene como objetivo fomentar el emprendimiento colectivo desde edades tempranas, especialmente en sectores científico-tecnológicos, y con una orientación sin brecha de género en cuanto a la elección educativa y profesional.
«En ASATA diseñamos e impartimos formación en todos los niveles educativos para fomentar el emprendimiento colectivo. (…) EL 2 DE ABRIL ORGANIZAMOS UNAS JORNADAS DE EMPRENDIMIENTO COLECTIVO EN LA CURTIDORA»

-Precisamente este 2 de abril organizáis unas jornadas de emprendimiento colectivo en el centro de empresas La Curtidora.
-Sí, son unas jornadas gratuitas en las que vamos a hablar de emprendimiento social colectivo. El evento contará con una mesa de debate en la que participarán tres empresas de economía social ubicadas en el concejo de Avilés y que nos compartirán su experiencia y trayectoria en este sector. Conoceremos casos reales y hablaremos de recursos disponibles en Asturias para poner en marcha proyectos de este tipo. Creo que será una jornada muy interesante a la que desde aquí invito a participar. Está abierta al público hasta completar aforo.
-¿Cuáles son las principales demandas de ASATA en la actualidad?
-A nivel autonómico, consideramos prioritaria la aprobación de la reforma de la Ley de Cooperativas para adaptar el marco legal a las necesidades del sector. Esto permitirá reconocer y fortalecer el papel de las cooperativas en la generación de riqueza y empleo en el Principado.
Actualmente, las cooperativas y las sociedades laborales asturianas disponen de ayudas específicas, tanto en su fase de constitución como en su posterior consolidación. Creemos que es clave que se mantengan en el tiempo y se refuercen para garantizar su competitividad.
Se han conseguido avances en la capitalización del desempleo que permite que los trabajadores indefinidos puedan capitalizar su prestación para incorporarse como socios en cooperativas o sociedades laborales. No obstante, es necesario seguir avanzando en esta materia para que los trabajadores puedan también utilizar esta fórmula de financiación y así transformar empresas mercantiles en cooperativas o sociedades laborales, fórmula especialmente útil en situaciones de relevo generacional o empresas en crisis, donde la continuidad del negocio depende de la implicación directa de los trabajadores.
También pensamos que es imprescindible avanzar en la contratación pública responsable, promoviendo la inclusión de cláusulas sociales en las licitaciones y la reserva de contratos para empresas de economía social.
Es decir, necesitamos un marco normativo más favorable y el fortalecimiento de políticas de apoyo y contratación pública responsable. Sólo así será posible garantizar el desarrollo, competitividad y capacidad necesarias para contribuir al empleo y al bienestar en la región.