Salir del barro o revolcarse felizmente en él como lo haría un perro. Cualquiera de esas dos opciones son las que plantea la banda Alberto & García con su nuevo trabajo “Barro” que escapa deliberadamente de la ficticia pulcritud que impera en redes sociales y que además no es precisamente corto, contraviniendo así a los cánones actuales.
La banda asturiana Alberto & García inicia el otoño con los ritmos que más les gustan, con una amalgama de folclore y pop que destierra la tristeza al tiempo que aboga por las raíces. Ellos, como la vida misma, mezclan sabiamente el amor, la muerte, el nacimiento o la folixa, algunas de las cuestiones que airean en sus canciones “desde el cariño y la artesanía”. Como otras veces, no olvidan Latinoamérica, cuyos ritmos están muy presentes y combinan con el sonido asturiano de una manera natural y equilibrada.
Los integrantes de A & García prefieren recorrer su propio camino con todos aquellos que todavía disfrutan del vinilo, por eso en Barro, su séptimo disco si contamos el grabado en directo en el Teatro Campoamor, la banda hace un guiño a muchos de sus fieles seguidores y reivindica este formato, aunque también incluyen el CD de regalo.
La voz de Alberto García, el saxo de Manu García “El Nolas”, la guitarra de Víctor Gil y la base rítmica Dámaso García y Cristian Leiva integran esta formación demostrando que todavía hay cabida para un pop honesto, empático y que no se rige por etiquetas. Alberto es quien hoy responde a esta entrevista.
-Una portada protagonizada por cinco perros… ¿por qué los elegisteis a ellos para esta composición? ¿Son vuestras mascotas?
-Sí, y en realidad tiene una explicación bastante sencilla, porque todas las portadas, los diseños y dibujos que hay en el disco los hace Manu García, nuestro saxofonista, que además de músico es un gran pintor. Tenemos la suerte de contar con él para esto, y en todas las portadas que estaba haciendo previas al lanzamiento del disco el perro tenía un papel protagonista, luego nos dimos cuenta de que también salía nombrado en varias canciones y que era una figura importante para todos. De una manera muy tonta, caímos en que los cinco miembros del grupo teníamos un perro, y fue algo como de cajón: que sean ellos los que salgan en la portada. Además, hay que pensar que en cuestión de barro ellos son especialistas, saben mucho de esto. ¡Je, je!
–Barro, ¿por qué elegisteis este tema para representar al disco? No deja de ser un término con muy diferentes apreciaciones, desde una materia prima casi primigenia, hasta caer en el barro…
–Lo elegimos precisamente por eso, por todas las connotaciones que tiene, tanto positivas como negativas. Nos parecía que, en esa palabra, en un elemento como el barro, se resumía muy bien todo lo que se narra en el disco. Desde un nivel casi ancestral como materia primigenia, hasta los momentos de barro y sal que estamos viviendo como seres humanos.
Y también a modo de reivindicación utilizamos la analogía del fútbol de barro, que conocemos muy bien en Asturias, con la música de barro. En gran medida, el devenir de la industria musical está muy enfocado y sometido a redes sociales, donde parece que son todo chiribitas y cosas fantásticas. Esta es una manera también de reivindicar la suciedad y el barro como algo que, efectivamente, también es hermoso.
«El devenir de la industria musical está muy enfocado y sometido a redes sociales, donde parece que son todo chiribitas y cosas fantásticas. Esta es una manera también de reivindicar la suciedad y el barro como algo que también es hermoso»
-En los temas se habla de resistencia, muerte, amor, búsqueda, folixa… ¿Hay un hilo conductor en todo este trabajo o es fruto de diferentes momentos y sensaciones?
-Nosotros cantamos o hacemos canciones sobre lo que vivimos, y algunas cosas no son agradables mientras que otras lo son muchísimo. Pero ante este maremágnum que supone estar vivos en 2025 en Occidente, creemos sobre todas las cosas en ser optimistas, aunque sea casi imposible. Queremos dejar encendida alguna luz ante estos momentos que pintan verdaderamente oscuros.
-En tiempos en los que impera una línea comercial como el reggaetón a la que se suben músicos de diferentes estilos, vosotros os mantenéis en una línea de raíces, con predominio de la banda por encima de la individualidad y apostando en algún momento por lo analógico. ¿Es vuestra forma de expresar rebeldía?
-Bueno, es un poco nuestra postura. Procuramos no ser invasivos en nuestra difusión, que sea algo parecido a una manzana que está en un árbol y quien quiere, se acerca y la coge. Hacemos la música que nos gusta y creemos que es muy importante cómo uno se dedica a este oficio. A lo largo de todos estos años, hemos colaborado con muchas personas con las que no teníamos una afinidad musical, pero sí una profunda afinidad en la manera de hacer las cosas en este trabajo. Pensamos que es importante que se reivindiquen otras vías, que al menos en la paleta haya otro color diferente al que predomina habitualmente.
-La realidad del mundo actual, lo que en él pasa, ¿es un acicate para vuestra música?
–Sí, yo creo que ya es inevitable, porque más allá de las experiencias personales que tengamos, lo que ves cada día al poner el telediario se acaba colando en lo que uno hace y, en nuestro caso, en las canciones. De alguna manera intentas purgarlo plantándolo en una canción.
«A lo largo de todos estos años, hemos colaborado con muchas personas con las que no teníamos una afinidad musical, pero sí una profunda afinidad en la manera de hacer las cosas en este trabajo»
-No olvidáis vuestras raíces, ejemplo claro el videoclip que dedicáis a la procesión de San Roque, en Libardón. ¡Vaya ambientazo que reflejáis!
–Sí, sin duda. Además, esta canción es un muy buen ejemplo de lo que te comentaba antes porque nace después del primer viaje a México que hicimos con el disco anterior. Allí se escuchaban mucho en ese momento los corridos tumbados, y desde nuestra mirada vimos que casaban como anillo al dedo con algo que era ya muy nuestro, que es nuestro pueblo, esa procesión y esos ritmos. Hay más cosas que pueden unir esos folclores que cosas que los separen. El secreto está en dejarse llevar por la mezcla, porque no existe en realidad ningún género puro. Nosotros tenemos la gran fortuna de que somos muy desprejuiciados y no pretendemos hacer nada ortodoxo. Eso nos permite una libertad total.
-En este disco, como en otros que habéis hecho, incluís colaboraciones. ¿Qué aportan a Barro?
-Las colaboraciones son una manera de que alguien entre en tu casa, abra las ventanas de par en par y lo aireé todo, y en este caso contamos con artistas que admiramos profundamente y con los que teníamos una relación previa de amistad y de cercanía, de simpatía en su manera de estar en este oficio. Contamos con Guada, una artista argentina que canta en Tonada del Bosque; en Trece está Quique González que es uno de nuestros mayores referentes como músico y ya hace unos cuantos años que tenemos relación con él incluso fuera de lo musical.
Y después contamos instrumentalmente con Martín Bruhn, un percusionista argentino al que le seguíamos la pista desde hace muchos años, de cuando estaba tocando con Natalia Lafourcade y después con Andrés Calamaro y luego Depedro. Nos conocimos hace mucho tiempo y tuvimos mucha sintonía. Y esta vez pudo grabar con nosotros en varios temas toda esa vertiente de folclore latinoamericano que, como buen argentino cordobés, tiene completamente asimilada. Las tres colaboraciones hacen que el disco sea más redondo y mejor.
-Dado que os encontráis en un movimiento constante ¿con el paso del tiempo experimentáis la necesidad de hacer cambios en vuestros temas?
-Bueno, ahora estamos preparando los directos de este nuevo disco y como en los conciertos no solo tocaremos las canciones de Barro, estamos recuperando algunos temas de hace cuatro discos y los estamos cambiando. Eso indica que una canción es casi un ser vivo y que en cada momento te va pidiendo cosas, eso es algo que nos gusta. Sin embargo, hay algunas que son de una manera y así quedan para los restos.
Luego, en cada concierto, es diferente porque siempre hay partes abiertas al juego, a que suceda una cosa u otra, es un proceso que va mutando y tú también con él.
-Cuéntanos qué guarda el cofre del tesoro que ofertáis con Barro.
-En el formato físico, lo que hicimos fue priorizar el vinilo, que es una edición especial de 180 gramos en color barro y con carpeta gatefold. Es una manera de poner en valor este formato; muchos de los que nos siguen también son amantes del vinilo y es una manera de decirles que estamos en el mismo equipo, que somos de los suyos. Incluimos también el CD de regalo y unas pegatinas, y aún con todo lo que lleva el precio sigue siendo económico.
«Tenemos la gran fortuna de que somos muy desprejuiciados y no pretendemos hacer nada ortodoxo. Eso nos permite una libertad total»
-Al igual que la cohesión de la banda es fundamental para un buen trabajo, entiendo que tampoco sería posible sin un productor que encaje a la perfección en el puzle. ¿Es así?
-Claro, y eso nos tiene pasado a nosotros mismos con otra gente y en otros momentos en los que también nosotros éramos quizás de otra manera. Con Toni Brunet ya hemos producido cuatro discos, además de EPs y otras canciones sueltas; es ya una relación muy familiar, de amistad y de conocimiento mutuo que hace que todo sea mucho más sencillo. Para nosotros no es un elemento externo, es alguien interno, solo que nos vemos de disco en disco.
Tiene una cabeza privilegiada para producir, para mezclar, es muy enriquecedor y no lo digo porque sea nuestro productor. Nos sentimos muy afortunados de sentirlo cerca y, vamos, que le queda medio telediario para acabar viniendo a vivir a Asturias… eso da prueba de la buena relación que hay.
-Iniciasteis el camino tocando en sobremesas musicales en familia, y vuestra trayectoria os llevó a conocer el oficio. ¿Qué es lo que más habéis tenido que aprender de alguna manera?
-Muy buena pregunta, pero no sabría contestar a esto. Sí puedo decir que, aunque tenemos una trayectoria previa, en realidad, el oficio empezamos a aprenderlo con Enrique Patricio (EP Management), de esto hace diez años. Hemos ido aprendiendo desde cosas técnicas hasta cosas de producción y otras humanas, porque si, por ejemplo, uno llega 10 minutos tarde está haciendo perder 10 minutos a un equipo entero. También cuestiones del negocio y la industria y de cómo estar ante todo esto o en este oficio. Más allá de eso, sabemos que somos un verso libre intentando no perderle el pulso a los devenires de la industria.
Evidentemente, cuando empezamos no había redes sociales y ahora las hay, y el paradigma es otro completamente diferente. Pero nosotros creemos en lo que hacemos por encima de todo, nos apasiona esto y creemos en hacer un disco de 13 canciones con un formato cuidado en 2025. Creemos que hay gente que está con nosotros en esto y para ellos es.
-En unos tiempos en los que se prima la rapidez y la cortedad, la vuestra es una decisión muy valiente.
-Sí, y temeraria también, pero somos muy cabezones. La cabezonería tira por nosotros cuando flaquean las fuerzas.