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domingo 24, noviembre 2024

Valle del Nalón. Tendiendo puentes

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Siguiendo el curso del río Nalón desde su nacimiento en la Fuente la Nalona, encontramos una zona única: desde el concejo de Caso hasta el de Langreo, pasando por Sobrescobio, Laviana y San Martín del Rey Aurelio, en sólo treinta kilómetros pasamos del Parque Natural de Redes, Reserva Mundial de la Biosfera, a rastrear las huellas de la Revolución Industrial.

El mayor río del Cantábrico ofrece en estas aguas paisajes inéditos: unos naturales y otros creados por la mano del hombre. Entre el entorno natural y el industrial, el Nalón tiende puentes que se cruzan con sorprendente facilidad, creando un mosaico de indudable riqueza donde encontramos costumbres ancestrales, gastronomía natural, fiestas típicas, y museos, más que recomendables, imprescindibles si queremos conocer esta zona y con ella comprender una parte importante de la idiosincrasia asturiana. Con toda naturalidad, el Valle del Nalón une dos facetas de la vida que, aún pareciendo contrapuestas, deben al fin y al cabo convivir.

Tendiendo puentes

El Nalón tiene la suerte de nacer en un paisaje único. Como tal, ha sido reconocido como Parque Natural y Reserva de la Biosfera, ocupando los municipios de Caso y Sobrescobio. De este modo, buscar las fuentes del Nalón es sumergirse en un entorno de reconocido valor medioambiental, con ecosistemas complejos y delicados, y vistas que hacen las delicias de cualquier fotógrafo que se precie.
Un paseo por esta zona protegida permite realizar todo tipo de rutas, desde las más sencillas y accesibles a otras de mayor dificultad, ya que nos enfrentamos a desniveles considerables y alturas de hasta 2.104 metros, récord ostentado por el Picu Torres. Los diferentes ríos que surcan el lugar juegan con la tierra y la roca creando abruptos desfiladeros, hoces y valles, donde suele asentarse la población. La abundancia de agua consigue un paisaje frondoso, donde casi un 45% del territorio son bosques de distintos tipos. Además no es difícil encontrar especies florales protegidas, como la genciana, el acebo o el tejo. Lo mismo ocurre con la fauna: el oso pardo y el urogallo cantábrico, ambos en peligro de extinción, encuentran en este lugar un hábitat amistoso donde poder vivir sin sobresaltos. Con semejante riqueza natural, es de esperar que un lugar como éste esté muy poblado, por eso se encuentran aquí hasta cincuenta especies de mamíferos, muchos de ellos incluidos también en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. Además, el Parque Natural de Redes está considerado como Zona de Especial Protección para las Aves, ya que se han contabilizado ciento treinta especies diferentes También pertenece a la Red Natura 2000.
Además cuenta con Monumentos Naturales como la Ruta del Alba, que sigue el curso del río del mismo nombre a través de las impresionantes foces del Llaímo, creando cascadas y saltos de agua. Otra ruta parte del pueblo de Tarna, atraviesa un bosque de hayedos y nos lleva hasta un espectacular salto de agua conocido como el Tabayón del Mongayu, también Monumento Natural. De la Cueva Deboyu, catalogada de igual forma, sólo puede verse la entrada y la salida, ya que no es visitable para proteger a los murciélagos que viven en su interior.

Turismo natural

Visitando los distintos paisajes y pueblos del Parque, es imprescindible pararse a charlar con sus habitantes. Las gentes que habitan estos parajes están acostumbradas a vivir en contacto con la naturaleza, y tienen mucho que contar. En sus pueblos y aldeas se encuentran antiguas costumbres, elementos etnográficos y muestras de arquitectura popular que ilustran cómo el hombre se ha adaptado al medio desde hace siglos. Las formas de vida tradicionales son la agricultura y ganadería, esta última con la imagen típica de la vaca casina o asturiana de montaña. De ella se obtiene el queso casín, de merecida fama.
Abandonando el territorio del Parque Natural, ocupando una parte de los concejos de Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana y el vecino Mieres, se sitúa el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. Dentro de la Mancomunidad, esta zona se encuentra en torno a los ríos Samuño, Santa Bárbara y Villoria, todos afluentes del Nalón. La pureza de sus aguas es conocida y reconocida: el piscardo, pero sobre todo la trucha, hacen de esta zona un punto de reunión de pescadores. Además, las aves asociadas a los cursos fluviales dan fe de su buena salud medioambiental. El paisaje está dominado por la variedad, con una importante presencia de prados y pastos. También aquí podemos encontrar bosques, especialmente carbayedas, pero también hayedos, rebollares, abedulares y extensiones pobladas por el roble albar. En la ribera de los ríos, en cambio, son las alisedas las que mandan.
Para recorrer ambas zonas protegidas, existen más de cuarenta rutas señalizadas, de distintos niveles de dificultad, e incluso un tramo de Gran Recorrido, que nos llevarán por los puntos más interesantes. Senderismo y montañismo son uno de los puntos fuertes del turismo activo en el Valle del Nalón, pero hay muchas más posibilidades: caza, pesca, bicicleta de montaña, escalada, paseos a caballo, ciclismo, esquí de fondo…

Los diferentes ríos que surcan el P.N. de Redes juegan con la tierra y la roca creando abruptos desfiladeros, hoces y valles. La abundancia de agua consigue un paisaje frondoso, donde casi un 45% del territorio son bosques de distintos tipos.

Tierra de contrastes

La minería, y con ella la industria, han marcado de forma evidente el Valle del Nalón. En Langreo, Laviana y San Martín del Rey Aurelio se pueden encontrar elementos representativos de su historia industrial: pozos, castilletes, bocaminas, antiguas vías de ferrocarril, puentes de hierro… Gran parte de estas infraestructuras datan del periodo comprendido entre mediados del siglo XIX y principios del XX, fechas de la Revolución Industrial, que se vivió de forma intensa en el Valle. El carbón, el acero y la llegada y desarrollo del ferrocarril fueron los pilares básicos de todo este proceso, que ha dejado huellas evidentes en el paisaje y en la memoria de la cuenca del Nalón.
Langreo fue la sede de la fábrica de Duro Felguera, determinante en la economía de la región. De las instalaciones visibles hoy en día, destaca la Casa de Dirección, de estilo modernista, y los cuarteles obreros situados detrás. En la calle Pepita F. Duro hay también edificios de interés. Pero sin duda lo que más atrae la vista, y uno de los puntos culturales de referencia, es una enorme torre de refrigeración de la fábrica, hoy reconvertida en Museo de la Siderurgia.
San Martín del Rey Aurelio, en cambio, tiene un pasado minero representado en el Puente de La Maquinilla, hoy reconvertido en pasarela vecinal entre Sotrondio y El Serrallo, tras varias modificaciones y reconstrucciones. Este puente se creó a finales del siglo XIX para unir la explotación minera del Rimadero con el ramal de las minas de Santa Ana, y más tarde fue utilizado como parte del ferrocarril de Duro Felguera. Hoy en día es una imagen característica del concejo, memoria de otros tiempos y muestra de cómo los antiguos elementos pueden ser de utilidad hoy en día.
Laviana, por su parte, es un concejo de gran tradición minera que ha sabido convertir su capital en un centro urbano y moderno. La mina de Coto Musel, llegó a tener más de seiscientos trabajadores, convirtiéndose en un pilar de la economía de la zona. Recuperando diferentes elementos, se está desarrollando el Ecoparque minero de Laviana, que incluiría la rehabilitación de las diferentes bocaminas de la explotación, elementos usados para el transporte del carbón, restos de los edificios de la mina y diferentes tramos de vía. Además, se habilitará una nueva zona de aparcamiento y una atalaya junto al edificio de cuadras, que ofrecerá una amplia vista del tramo alto del Valle del Nalón.
Por último, en Sobrescobio encontramos la Central Eléctrica de Tanes, construida en 1980 con un diseño futurista y artístico. Actualmente no es posible visitarla, pero sí conocer su funcionamiento en la Casa del Agua.

Nalón, espacio cultural

Valle del Nalón
Foto: Ana Jesús Suárez Valles
Museos, centros de interpretación, salas de exposiciones… hasta nueve puntos de interés encontramos repartidos por las distintas localidades que siguen el cauce del río. Partiendo de Langreo, podemos visitar el Museo de la Siderurgia de Asturias (MUSI), ubicado en una torre de refrigeración de la antigua fábrica de Duro Felguera. También en Langreo encontramos la Pinacoteca Municipal, dedicada a Eduardo Úrculo, donde se puede ver una colección de arte asturiano a partir de la Guerra Civil Española, con fondos del Ayuntamiento de Langreo y la donación de la Sociedad Cultural La Carbonera.
Entrando en San Martín del Rey Aurelio, en El Entrego se encuenta el Museo de la Minería y la Industria (MUMI). Además de ilustrar distintos temas relacionados con la minería en Europa y la industrialización de Asturias, uno de los grandes atractivos de este museo es la visita a la Mina Imagen, recreación a escala natural de una mina, ambientada con utillaje real.
Siguiendo esta ruta cultural, Laviana ofrece el Centro de Interpretación Armando Palacio Valdés, situado en la casa natal del escritor. A través de cinco salas de exposición, se ilustra el cambio de la sociedad rural a la industrial, en diferentes facetas, usando como excusa los personajes y temas de la novela «La Aldea Perdida».
Vamos dejando los temas industriales y adentrándonos en la naturaleza. La Casa del Agua está en Sobrescobio, dentro ya del Parque Natural de Redes, y es uno de los Centros de Interpretación del Parque. Mediante paneles interactivos, se tratan diversos aspectos relacionados con el agua, poniendo especial interés en el papel del río Nalón en la zona y en Asturias.
El MAC, o Museo de la Apicultura de Caso, situado en las Antiguas Escuelas de Tanes, rinde tributo a la importancia que este oficio ha tenido siempre en el concejo. Las abejas son las protagonistas, ya que se puede ver el funcionamiento de una colmena en vivo. Sin salir del concejo, en Campo de Caso está el Centro de Recepción e Interpretación del Parque Natural de Redes, donde se puede ver un audiovisual sobre el Parque y además acceder a una exposición permanente guiada por el personal del Centro con diversos aspectos de interés de la zona.
En un paseo por el pueblo de Veneros (Caso) se encuentran edificios y útiles de trabajo con la madera como materia prima. Aquí, en un palacio del siglo XVII, encontramos el Museo de la Madera o MUMA. Los temas desarrollados en este museo se completan con una visita al pueblo de Pendones, donde se puede ver a un artesano madreñero trabajando en vivo en el Taller de la Madreña.

Museos, centros de interpretación, salas de exposiciones… hasta nueve puntos de interés encontramos repartidos por las localidades que siguen el cauce del río. Uno de ellos es el MUMI en San Martín del Rey Aurelio, o la Pinacoteca Municipal de Langreo, dedicada a Eduardo Úrculo.

Puro turismo

Con todos estos elementos, no es de extrañar que el Valle del Nalón se esté convirtiendo en una zona de reclamo turístico. Una de las fechas más clásicas para venir de visita es el Descenso Folklórico del Nalón, que se celebra en Pola de Laviana a finales de agosto. Se trata de una Fiesta de Interés Turístico del Principado de Asturias, y mueve a miles de personas que no quieren perder la oportunidad de participar en ella. Se trata de seguir el curso del río con embarcaciones creadas especialmente para la ocasión, a cada cual más estrambótica. Cada año los participantes buscan sorprender, superando los límites de la imaginación. De este modo, las risas son la tónica general, tanto para los que se quedan en la orilla como para los que deciden mojarse.
Otra Fiesta de Interés Turístico del Principado de Asturias son Les Cebolles Rellenes, en El Entrego (SMRA). Coincide con la festividad de San Andrés, el 30 de noviembre, y es la ocasión para probar la receta original de un plato típico que ya se ha exportado al resto de Asturias. La celebración incluye también un cuidado programa cultural y de ocio.

La minería, y con ella la industria, han marcado de forma evidente el Valle del Nalón.

Como no podía ser menos en Asturias, tierra de buenos y variados quesos, el Valle del Nalón cuenta con uno propio y característico. El Quesu Casín, con Denominación de Origen, es uno de los más antiguos de Europa. Se trata de un queso cremoso, adherente, picante y ligeramente amargo, que se elabora en los concejos de Sobrescobio y Caso. El Certamen del Queso Casín, Apicultura y Muestra de Artesanía de la Madera se celebra todos los años en La Collá D’Arniciu y es también Fiesta de Interés Turístico del Principado de Asturias.
Este queso es la mejor tarjeta de presentación de la gastronomía del Valle del Nalón, en donde manda la elaboración artesana y los productos de la tierra. Nabos, cebollas, pimientos o castañas son materias primas excepcionales para los platos típicos, cuya lista se completa con platos de caza y pesca. De postre, arroz con leche, frixuelos, casadielles… Los más llambiones serán felices también con los bartolos, típicos de Laviana, o con los suspiros del Nalón.
Una buena comida es la forma de sentarse a disfrutar de todo lo visto y vivido en los distintos concejos del Valle del Nalón, que aunando patrimonio natural con una importante historia industrial, ha sabido innovar y dar el salto al futuro explotando sus numerosas posibilidades turísticas. §

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