Es de constitución pequeña pero ella misma reconoce que en el cuadrilátero se crece, demostrando una vez más que las apariencias engañan. Y las cifras la avalan, de 27 combates sólo ha tenido 4 derrotas y en su palmarés tiene dos campeonatos de España y uno de Asturias.
Nany llegó al boxeo por tradición familiar. Ver pelear a su hermano se convirtió en una costumbre, así que cuando él le animó a ponerse los guantes ya sabía de que estaba hablando. El boxeo la enamoró hasta el punto en que ha sido la primera asturiana que ha hecho de este deporte su profesión. La avilesina, que pertenece al Club Asturbox de Gijón, cuenta con el apoyo de un preparador con mucha experiencia, Oliver Sánchez.
-¿Qué fue lo que te atrajo de este deporte tan poco frecuente entre mujeres?
-Principalmente el nivel de exigencia que te pide, la disciplina, y por otro, el ambiente de compañerismo que te rodea. En el club siempre nos echamos una mano unos a otros. A la hora de subirse al ring es un deporte individual, pero en realidad hay detrás un trabajo enorme de preparación, de entrenamiento. Los compañeros y el entrenador tienen una labor fundamental.
-En 2012 debutaste peleando en público ¿cómo fueron tus sensaciones?
-Lo llevé un poco mal, me daba mucha vergüenza que todo el mundo me mirara, pero cuando subes ahí arriba y llevas el primer golpe se te olvida todo. Luego cogimos carrerilla y nos salió todo muy bien.
“Ahora que estoy en la categoría profesional tengo una presión que me impide que pueda fallar, tengo que hacerlo bien sí o si”
-¿Qué exige un deporte como este?
-Mucha disciplina y también tener un nivel de sufrimiento altísimo. En realidad lo de menos son las peleas, lo peor son los entrenamientos. Hay que tener un buen físico, aguantar y ser valiente, esto es fundamental para este deporte. Y por experiencia propia requiere entrenamiento mental, porque hay momentos en los que ya no puedes más y tienes que seguir y eso es lo que puede cambiarlo todo.
-¿Cuentas con el apoyo de tu familia?
-Siempre lo tuve. Mi niña que tiene siete años lo ve normal, mi pareja, que es boxeador, me apoya y me entiende, y mi hermano también me ha ayudado mucho.
-¿Cómo lleva tu hija tener una madre tan diferente?
-Para ella soy la mejor. Me apoya, le gusta lo que hago y está muy orgullosa, y eso para mí es lo máximo. Está acostumbrada a este mundo, cuando era bebé y antes de que yo empezara en este deporte venía conmigo a ver boxear a mi hermano. Cuando salgo a pelear sale conmigo a la esquina, ahora que ya no es tan niña se pone un poco más nerviosa por que ve sufrir a su madre o a su tío, pero ha crecido en ello.
-¿Cuál ha sido tu mayor éxito deportivo?
-Yo creo que el haber pasado a profesional y ser la primera asturiana en conseguirlo; aunque la primera vez que quedé campeona de España también vi todo el trabajo recompensado.
-¿Qué papel juega el entrenador?
-Es fundamental. Oliver es muy buen entrenador e intento hacerle caso en todo, la verdad es que cuando se le hace caso las cosas salen bien. Él me lleva a aprender, a sufrir y a exigirme más. Trata de marcarme una línea en base a la constancia, algo que siempre me ha costado mucho, aunque ya he dado grandes pasos. De mí destacan que para el peso que tengo soy fuerte y ahora estamos mejorando la técnica. También estoy evolucionando en la preparación física, una parte que tenía muy floja.
-¿El boxeo es un deporte violento?
-No, en este deporte los dos salimos con una estrategia y el que mejor la elabore es quien va a ganar, pero después nos vamos a dar un abrazo. Y tú quieres ganar pero no quieres hacerle daño al otro, en realidad, hay deportividad.
-¿Hay suficiente nivel de boxeo femenino en Asturias?
-Ahora están saliendo muchas chicas en el boxeo amateur y también a nivel nacional, y eso es bueno para todas. Se está poniendo de moda y eso nos beneficia, cuanta más gente participe, más rivales con las que pelear y eso es lo que queremos.
-En una ocasión cambiaste de peso para poder enfrentarte a una rival que te había vencido anteriormente. ¿Te motivan los retos?
-Sí, yo siempre voy a querer ser la mejor y pelear contra las mejores. En ese momento era Ana Casanova quien me había ganado. Tenía esa espinita clavada y quería quitármela.
-¿Con quién te gustaría medirte en un futuro?
-Ahora mismo en mi peso, 51 kg, están la gallega, Marta Brañas, campeona de España y Eva María Naranjo que bajará ahora a esta categoría. Para mí, son las mejores y con las que me gustaría enfrentarme más adelante.
-El pasado mes de noviembre te convertiste en la primera profesional asturiana ¿es un cambio de gran calado?
-Sí, porque la categoría de amateur no requería una preparación tan fuerte, con dar el peso y correr para entrenar, ya estaba, pero en la categoría profesional, además del peso, la preparación física y el entrenamiento de boxeo son muy exigentes.
-¿Da vértigo tomar una decisión así?
-Sí, porque hay mucho detrás. Antes como amateur no tenía que demostrarle nada a nadie pero ahora llevo mucho detrás. Tengo que acoplar mis entrenamientos a mis horarios con mi hija, y no puedo fallar. Y también están los patrocinadores gracias a los cuales puedo estar todos los días desplazándome de Avilés a Gijón, así que ahora tengo una presión que me impide que pueda fallar, tengo que hacerlo bien sí o sí.