Veterinario, especialista en Producción Animal, Koldo Osoro es el actual Director Gerente del SERIDA, siglas del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario. Un organismo esencial del Principado de Asturias que viene a mejorar la agricultura y ganadería, en base a la investigación.
Osoro, con gran experiencia en proyectos internacionales, analiza con precisión la situación de la Asturias rural.
-El campo vive un momento difícil en Asturias. El reto es salir adelante buscando alternativas a la agricultura y la ganadería. ¿Por dónde comenzar?
-Primero debería puntualizar que esto no es una tarea fácil, por varios motivos: por la propia estructura de la tierra, ya que las explotaciones de carácter minifundista hacen difícil rentabilizar cualquier actividad ganadera en especial con grandes rumiantes; dos, porque eso conduce a que la forma de rentabilizar la actividad ganadera es a base de recursos propios; y tres porque se depende del exterior tanto de los recursos nutritivos para alimentar el rebaño como del precio del mercado de los productos. Si añadimos la actual crisis general, nos encontramos ante una situación un tanto complicada. Entonces, ¿por dónde tirar? Yo siempre he apostado por la ordenación y la gestión de recursos que están totalmente infrautilizados. Pongo como ejemplo una finca de 200 hectáreas que tenemos a mil metros de altura en el concejo de Illano, que estaba ocupada por matorral y por tanto era totalmente improductiva. Ahí hemos desarrollado con éxito muchos sistemas productivos ganaderos y forestales, incluso silvopastorales, es decir, con ambos partícipes.
-¿En qué medida persiste la infravaloración hacia las gentes y las labores del campo?
-Aquí vemos que todavía se siguen utilizando algunos términos con carácter despectivo relacionados con el campo. Hay que ir poniendo en valor a esas personas, siguiendo el modelo de los franceses, que potencian lo suyo, valoran mucho sus recursos y los defienden bien ante la UE o en cualquier ámbito. Eso depende de la conciencia de la sociedad en general, no solamente de los que viven en el medio rural, que son las víctimas hasta que no los valoremos en su justa medida.
-En Asturias se habla mucho de Paraíso Natural, sin tener en cuenta que la gente que vive y trabaja el campo son los que mantienen esa belleza…
-Sí, tenemos orografía y clima y ello nos permite la posibilidad de tener un jardín, un paraíso. Pero si no se cuida, no se tiene. Es decir, que es el resultado de una gestión de los rebaños y de un trabajo en el campo, y hay que agradecerlo a la gente que se ha sacrificado y que ha vivido en ese medio, que desgraciadamente cada vez es menos. Ellos son los verdaderos jardineros y constructores del Paraíso Natural.
“El problema más importante del relevo generacional es que no hay mujeres en el mundo rural. Ellas han tenido quizás nuevas oportunidades en las últimas décadas y se han ido del campo”
-Uno de los grandes problemas es la falta de relevo generacional en el campo y la despoblación del medio rural. ¿Cómo seducir a los jóvenes?
-Aquí veo varios problemas. Uno es de índole económico, o sea, la rentabilidad que se puede obtener. Otro problema es con los aspectos sociales, para lo cual hay que favorecer algunas infraestructuras; no se trata de hacer autovías a pueblos donde viven unas determinadas familias, pero sí proteger de una manera diferenciada a los habitantes de ese pueblo. Para mí el problema más importante del relevo generacional es que no hay mujeres en el mundo rural. Ellas han tenido quizás nuevas oportunidades en las últimas décadas y se han ido del campo, con lo cual no podemos plantear el futuro si no hay regeneración de generaciones.
-Sucede que en Asturias hay una cultura de subvenciones al campo, necesarias hasta un punto, pero ¿cómo equilibrar estas ayudas para que los ganaderos no se despreocupen de rentabilizar sus explotaciones?
-Comparto totalmente ese punto, confirmado por un estudio reciente realizado por la Universidad de Córdoba que muestra que las explotaciones más subvencionadas son las menos productivas. Hay una relación inversamente proporcional entre el nivel de subvención y la eficiencia de utilización de los recursos. Y eso lo hemos visto aquí también a pequeña escala. Las subvenciones eran necesarias, lo que no ha sido acertada es la gestión de esas subvenciones, el reparto que se ha hecho de ellas. A cualquiera le puede resultar llamativo y vergonzoso que la Duquesa de Alba haya recibido unas cuantías asombrosas en subvenciones, con lo cual las ayudas no han servido para salvar a los que estaban en una situación de cierta penuria.
“Todavía se siguen utilizando algunos términos con carácter despectivo relacionados con el campo. Hay que ir poniendo en valor a esas personas, y eso depende de la conciencia de la sociedad.”
-Gestionar el campo y sus recursos de una manera sostenible parece ser una asignatura pendiente. Por ejemplo, ¿por qué se alimenta al ganado con piensos cuando tenemos tantas hectáreas de pastizales?
-Nosotros empezamos en el 91 a actuar en esta finca de matorral en Illano que hoy soporta mil reproductoras de ovino y caprino, y cincuenta vacas. Si extrapolamos esas 200 ha. a la mitad de las 220.000 ha. de matorral que tenemos en Asturias, con una inversión relativamente pequeña estaríamos enriqueciendo y obteniendo una producción sostenible y de una calidad diferenciada. No se trata de repente de convertir todo en producción ecológica -que para mí es una opción más de diversificación y un modelo de producción alternativa-, pero sí de potenciarla y cuidarla. En Asturias todavía tenemos el cordón umbilical con el medio rural, lo cual hace que tengamos fácil acceso a los productos de nuestras generaciones anteriores sólo con ir a ver a nuestros parientes, o en cualquier explotación. Eso no existe en Madrid o en Düsseldorf, pero poco a poco esa desligazón se irá produciendo y por lo tanto la producción ecológica tendrá bastante producción pero no alternativa.
-Tenemos un sector lácteo de mucha calidad en Asturias, y actualmente se sugiere aprovechar el suero lácteo para generar una industria química en Asturias que fabrique plásticos biodegradables a partir del ácido láctico y el lactato. ¿Es factible?
-Está bien darle un uso a todo lo que sean residuos, subproductos o productos derivados, porque rentabiliza la producción y la propia materia prima, y porque evita eliminar residuos al medio. Estamos multiplicando por dos los beneficios de la materia prima y diversificamos en dos direcciones.
-Para proteger los productos agroalimentarios asturianos se han creado las figuras de protección con sus correspondientes etiquetas. ¿Son imprescindibles para garantizar la calidad?
-Sí, son un sello de garantía no solamente de la calidad sanitaria, sino también del modelo productivo y la alimentación. Por tanto son algo imprescindible ante la globalización que se está produciendo en el mercado, porque al tener productos procedentes de determinados núcleos de producción podemos defenderlos como productos claramente diferenciados y tienen unos valores añadidos adicionales que deben conocer los consumidores.
-A pesar de los pesares, ¿el campo tiene futuro?
-Sí, hay que reestructurarlo, organizarlo y hay que generar subvenciones. Éstas deben ir en buena parte para las mujeres que trabajan en el campo, no para la Duquesa de Alba.