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lunes 25, noviembre 2024

50 tesis situacionistas en defensa del “mundo rural”

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Las 50 cuestiones que aquí se plantean se refieren a situaciones cotidianas que desgraciadamente se pueden identificar en nuestros pueblos y aldeas. Constituyen el punto inicial para fomentar una reflexión colectiva que obligatoriamente deberá ir acompañada de la acción social para así lograr la emancipación de nuestra época y realidad.

1. Tal y como está configurada la realidad rural (y las dinámicas sociopolíticas actuales) existen escasas posibilidades de presenciar la recuperación sistémica de la ruralidad.

2. Existen tantas ruralidades identitarias como personas viven en las aldeas y en los pueblos. Esto no excluye la existencia de principios comunes que garanticen un mínimo proyecto comunitario.

3. Frente al desánimo y a la existencia de una “muchedumbre atomizada sumisa a la manipulación” se requiere urgentemente la búsqueda de la verdad en nuestro mundo como una misión histórica.

4. El sistema capitalista ha colonizado todo vestigio de sostenibilidad comunitaria rural. Escasos son los ejemplos de resistencia (neo)campesina a las dinámicas productivas neoliberales.

5. En muchos de los ecosistemas rurales se han implementado experiencias cooperativas con fines muy diversos. El “mundo rural” tendrá futuro solamente si se asumen principios autogestionarios.

6. La cooperación deberá ser entendida como una metodología social para lograr el bien común de todas las personas, corrigiendo desigualdades del pasado y rompiendo con esquemas previos.

7. El lugar de nacimiento y la identidad casal constituye, al igual que en el pasado, la esencia social de las situaciones de opresión y explotación. Se precisa una vuelta a la gestión común del espacio.

8. La vuelta a la autogestión comunitaria reduciría el trabajo humano efectivo y necesario para el mantenimiento de la vida rural. Esta vía debiera ser promovida desde las bases sociales cercanas.

9. Frente a propuestas institucionales y/o empresariales la cooperación y la autogestión en ningún caso deberá perseguir el lucro de ninguna persona, entidad u organización.

10. Necesariamente se deberán establecer fines sociales, así como mecanismos de control efectivos por parte de la comunidad integrante. Solo así se podrá lograr la transparencia y promoción real.

11. El trabajo no constituye la fuente de dignificación humana. La promoción social de la ruralidad se inicia en la dignidad personal integral y en su libertad. El mayor acto de libertad consiste en decir “no”.

12. El empleo constituye la esencia de la supervivencia humana inserta en el capitalismo. Frente al egoísmo inter-intrafamiliar se deberá promover redes de acompañamiento sociolaboral.

13. Las “máquinas” fueron entendidas en el mundo rural como agentes de reducción del esfuerzo. A través de ellas el capitalismo de mercado ha logrado eliminar cualquier atisbo de colaboración.

14. Es hora de poner en común los recursos existentes en nuestras aldeas y pueblos. Solamente así podremos reducir costes, generar espacios de producción común y contribuir al progreso rural.

15. Las mujeres y otros colectivos sociales oprimidos (inmigrantes, colectivo LGTBI, etc.) deberán ser apoyados por aquellas personas que disponen de mayores recursos de promoción sociolaboral.

16. La formación intelectual-profesional constituye la base esencial de cualquier promoción vital. Las instituciones educativas deberán educar y formar ciudadanos/as en valores humanos.

17. Se deberá evitar a toda costa el reemplazo de realidades sociales por parte de la educación sea cual sea el nivel o la especialización. El debate rural no podrá ser usurpado por expertos/as ni por instituciones como la universidad o las entidades estatales creadas para tal efecto.

18. La formación dual, tan en boga actualmente, deberá generar ciudadanos/as que puedan luchar por la producción comunitaria. En ningún caso se deberá orientar al lucro capitalista.

19. La participación social rural se encuentra atomizada. La desafección social al sistema político de la democracia exige una redemocratización rural efectiva desde las bases sociales.

20. Debemos considerar las redes políticas como un punto de partida, pero en ningún caso como la definitiva. Es hora de repensar las dinámicas participativas existentes en nuestros pueblos-aldeas.

21. La Iglesia Católica y sus entidades parroquiales han dejado de ser espacio de reunión social.

22. Los sacerdotes rurales en raras ocasiones fomentan la unión social en temas participativos. En el caso de que sea así en la mayoría de las ocasiones refuerzan estructuras neocaciquiles previas.

23. Desde la promoción de la marca electoral “España Vaciada” se han creado organizaciones que afirman luchar por el “mundo rural”. No se puede aspirar a un verdadero cambio social imitando a las dinámicas que se critican o se pretenden modificar. Las pantallas no deben sustituir la calle.

24. Existe un grave riesgo de involución social en el “mundo rural”. La constitución de fuerzas políticas conservadoras o de corte fascista implicará la desorientación de personas descontentas.

25. La “falsa conciencia de reunión” o la “ilusión de la reunión” (Debord, 1968) está presente en las redes sociales presenciales, así como en los mecanismos de comunicación digitales actuales.

26. “Si algo es gratis tú eres el producto”. El espectáculo anunciado por Debord se ha incorporado al rural mediante la existencia de personas que desean “influenciar” a través de medios digitales.

27. Frente al desvanecimiento de “la distinción entre lo verdadero y lo falso por represión de toda verdad vivida en beneficio de la presencia real de la falsedad” se requiere un nuevo proyecto rural.

28. Frente a la “organización de las apariencias” el nuevo proyecto rural comunitario deberá tener en cuenta todas las especificidades geográficas humanas minimizando el reconocimiento de la mercancía.

29. El reconocimiento de la mercancía implica un consumo de la misma. Frente al consumo de las personas-mercancías es necesario co-construir espacios de autocuidado y de apoyo mutuo.

30. Los “compromisos de reformismo” constituyen “realidades” que deberán ser analizadas con gran rigurosidad: “la crítica que va más allá del espectáculo (rural) debe saber esperar”.

31. El desarrollo rural deberá ser entendido como una responsabilidad de toda la comunidad que conforme parte del entramado social, identificando posibles interferencias ajenas y perjudiciales.

32. El desarrollo de la persona partirá de la esencia individual que deberá desarrollarse en libertad expresando, si ésta lo desea, todos los aspectos que lo definen: la diversidad como eje vertebrador.

33. En el desarrollo económico de la ruralidad se deberá tender a una ruptura cada vez mayor con las dinámicas capitalistas. Solamente así se podrán establecer las bases para una nueva relación.

34. Las nuevas relaciones sociales deberán combatir inexorablemente aquellas injusticias que se insertan tanto en la vida cotidiana como en aquellas situaciones que siendo ocasionales generan una brecha social opresora.

35. El desarrollo educacional de la ciudadanía parte del desarrollo cultural de las clases populares. Frente a una concepción elitista de la misma se deberá promover una concientización integral de la vida rural en contacto con la urbanidad.

36. El desarrollo de nuestras aldeas y pueblos tendrán como punto de partida la tradición que debe tomar la investigación práctica y cotidiana como germen de la innovación social.

37. La verdadera innovación social nunca nacerá en espacios impulsados por el poder dependiente de instituciones capitalistas. En contraposición deberán conformarse espacios autogestionados.

38. La innovación social deberá poner en diálogo a los agentes implicados en la cuestión rural. El conflicto de los posibles emancipadores/as se basa en un “divide y vencerás” interesado.

39. El respeto a la identidad local y a los conocimientos definitorios deberá ser la base para nuevos consensos sociales que no podrán quedarse anquilosados en romanticismos.

40. La participación efectiva de la ciudadanía rural es un derecho reconocido que debe ser puesto en práctica. No se puede delegar aquello que conforma una cuestión vital y de responsabilidad histórica.

41. La actual vertebración de la participación rural no responde a los intereses de los sectores que se ven afectados. La estructura de alcaldes de barrio-parroquia bajo la dirección de los alcaldes y alcaldesas deberá ser modificada si se aspira a una verdadera promoción del territorio.

42. La conservación y protección del medio ambiente, de su fauna y de su flora deberá ocupar un espacio esencial tanto en el nuevo ruralismo como en la dinámica de los espacios autogestionados.

43. Los recursos existentes en el “mundo rural” deberán ponerse al servicio de la promoción de los habitantes del rural y nunca cara a la eficiencia del sistema. Nuevas oportunidades deben ser conquistadas, omitiendo cualquier tipo de servicio innecesario para el bienestar colectivo.

44. Frente al conflicto que reside en la esencia humana la participación desde la base podrá iniciar el germen de una nueva sociedad rural.

45. Para lograr la nueva sociedad rural deberá hacerse especial hincapié en la integración social de colectivos silenciados políticamente: jóvenes, mujeres, inmigrantes, colectivo LGTBI…

46. Los planes de apoyo-inserción institucional deberán ser sustituidos progresivamente por redes de apoyo mutuo que no respondan a intereses partidistas o de índole neoliberal.

47. Es hora de romper con las dinámicas capitalistas tanto presenciales como digitales. En materia de activismo LGTBI un primer paso sería rechazar comportamientos neoliberales reproducidos en la ruralidad mediante dispositivos digitales que afectan la presencialidad. En un paso posterior deberíamos hablar de formación, de concientización y de creación de grupos de afinidad.

48. Frente al mundo rural (entrecomillado en anteriores tesis) “la historia de la ciudad es la historia de la libertad, ha sido también la de la tiranía, la de la administración estatal que controla tanto el campo como la ciudad (…) el campo se caracteriza justamente por el aislamiento y la separación”. Si la “dispersión espacial y la mentalidad limitada impidieron al campesinado emprender acciones independientes y reafirmarse como poder histórico creador” en el neocampesinado la atmósfera emancipatoria se ve limitada por la apatía históricamente fabricada y mantenida (apoyada por una tradicional ignorancia que en el presente ha sido sustituida por el “espectáculo organizado del error”.

49. Necesitamos tomar la decisión de reconstruir íntegramente el territorio (rural) de acuerdo con las necesidades del poder de las asambleas de ciudadanos/as así como de la dictadura antiestatal del proletariado. Esta meta no se podrá lograr “si no se transforman la totalidad de las condiciones actuales”. Con este fin los/as ciudadanos/as tenemos que reconocernos como agentes del cambio, tomando conciencia de repensar la realidad a través de nuestros pensamientos y acciones.

50. El estilo subversivo (como lenguaje fluido de la antiideología rurbana y capitalista) requiere la existencia de nuevas dinámicas sociales que generen una práctica social unificada a medio y a largo plazo. La materialización y la muerte de las ideologías generan una sociedad del espectáculo de corte rural que da rienda suelta a neocaciques y aprovechados/as que viven de la misera de una amplia mayoría, por ello,

Tesis final. ¿Hasta qué punto la ilusión libertaria de un modo de vida rural con igualdad, dignidad y libertad aporta energía y esperanza? Para lograr la autoemancipación de las bases materiales de la verdad tergiversada debemos partir de los individuos que a través del diálogo y cooperación se convierten en comunidad autopensante. Esa misión histórica, tal como defiende Debord en LSS, se ha de compartir colectivamente por un amplio frente popular de la ciudadanía rural: “no puede realizarla ni el individuo aislado ni la muchedumbre atomizada a la manipulación”. Hoy como siempre se necesita una reconversión de la ciudadanía para así ser capaz de lograr la disolución de todas las clases y de devolver todo el poder a la forma desalienada de la democracia realizada.

Mensaje final. Podemos y debemos co-construir una ruralidad más justa, igualitaria y digna para todas las personas (recuperando la autonomía) sin reintroducir un vínculo exclusivo con la tierra. El único requisito indispensable es promover verdaderos cambios rupturistas desde las prácticas cotidianas que se deben controlar a sí mismas. ¡Aspiremos a un proyecto de reestructuración en comunidad!

“El mundo está filmado: se trata ahora de transformarlo”. Ni amo, ni Dios, ni marido, ni partido.

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1 COMENTARIO
  1. El fondo me parece bien, la forma es super densa, hiper larga, enrevesada… ¿No se puede decir lo mismo de una manera sencilla, que entienda casi todo el mundo? No quiero imaginarme cómo serían las asambleas de esa ciudadanía rural en vías de emancipación. De verdad, creo que es mejor resumir e ir al meollo de las cuestiones, y no aturdir con tanta palabrería. Con lo que ya cuesta lo cotidiano, creemos fórmulas más sencillas de lograr el bien común.
    ¡Salud y alegría!
    Crisolina

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