La población de abejas disminuye de forma alarmante en Asturias, afectando considerablemente a la producción de miel y a la biodiversidad.
Esto, que también sucede en otras partes del mundo, preocupa enormemente a los apicultores que ven cómo los parásitos debilitan las colmenas.
APIVANA (Asociación Apicultores Valle del Nalón) es una asociación sin ánimo de lucro que lleva desde el año 1988 fomentando el desarrollo de la apicultura. Agrupa a ciento ochenta y siete apicultores, la mayor parte de los cuales disfruta cuidando las abejas en su tiempo libre.
-¿Qué es lo que está diezmando a las abejas?
-El mayor problema que tenemos es el de la varroa, un ácaro que afecta a las abejas tanto jóvenes como adultas. Además está lo que se llama el síndrome de despoblamiento por el cual las abejas van desapareciendo de las colmenas poco a poco y cuando te das cuenta una colmena que hoy está bien, al cabo de un mes la vas a ver y no tiene nada.
-¿A qué se cree que se debe este síndrome?
-Este último viene dado, en mayor parte, por la mala aplicación de tratamientos para la varroa que luego van afectando en otra medida a otro tipo de enfermedades víricas. Una colmena a la que se aplica el mismo tratamiento durante mucho tiempo crea resistencia, así que es bueno variarlo cada dos o tres años. El problema es que no hay una unión en torno a este tema y hay gente que lleva muchos años tratando con un producto determinado cuando lo ideal sería que todos tratáramos con lo mismo y en los mismos periodos.
-¿Se acusan ya los efectos de esta epidemia?
-En el caso de nuestra asociación hay algunas zonas como por ejemplo la del Alto Nalón, los concejos de Caso y Sobrescobio, en las que está afectando de forma más acusada. En particular, tenemos un socio que tenía más de trescientas colmenas y este año se redujeron a sesenta. No es una cifra habitual porque para la mayor parte de nuestros socios la apicultura es un hobby, y no tienen tantas. Pero pongamos como media que de veinte están muriendo siete u ocho colmenas. Es una media bastante importante.
«El número de colmenas está bajando de forma alarmante»
-¿Cómo puede afectar a la flora asturiana la pérdida de las abejas?
-Afecta muchísimo, por ejemplo a la industria de la sidra. Normalmente la polinización de las pomaradas la hacían las abejas por sí solas, pero hoy por hoy hay que meter colmenas en las pomaradas para conseguir una manzana de calidad y obtener una buena producción. De hecho, en Asturias hay una asociación, Adapas (Asociación de la Defensa de la Abeja), que está firmando convenios para llevar a estos insectos a polinizar determinados cultivos.
-Se habla de que una de las causas de la desaparición de las abejas puede ser el cambio climático. ¿Es algo que ya constatan los apicultores?
-Desde luego es una causa importante. Concretamente yo tengo mi colmenar en la zona del oriente, en Llanes, y desde noviembre hay una floración de eucalipto que en esta época nunca había visto. Eso la abeja tiene que notarlo. Además del cambio climático hay otras causas, proliferan mucho los pesticidas, los malos tratamientos, los herbicidas se usan de forma indiscriminada… Otro gran problema contra el que habría que luchar es la contaminación debido a colmenares abandonados, que tienen enfermedades.
-En Asturias se trabaja fuertemente en la conservación de especies como el oso o el urogallo. ¿Deberían tomarse medidas más radicales con la abeja?
-Creo que se está tardando en tomar esas medidas, y llegará un momento en que habrá que hacerlo porque en los 23 años que yo llevo como apicultor puede que haya disminuido en un 25% el número de abejas, e igual hasta me quedo corto. Y la aportación que hacen a la biodiversidad de Asturias es muy importante.
A pesar de que hay un plan firmado hasta el 2013 para subvencionar tratamientos apícolas y de ayuda a la polinización, y a la instalación de colmenares profesionales, soy muy pesimista en cuanto a las ayudas. Además la crisis lo empeora todo: si antes no se fijaban mucho en nosotros, ahora mucho menos.
-¿Es verdad lo que se dice sobre la apicultura, que como actividad engancha?
-Sí, se dice que pica como las abejas. Yo empecé en este campo porque mi padre tenía colmenas, y la verdad es que no les hacía mucho caso, pero una temporada que él estuvo enfermo las tuve que cuidar yo. Al principio no me atrevía, pero empecé a leer libros, a asistir a charlas y ahora estoy enganchado. Tengo treinta colmenas y paso muchas horas con ellas.