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lunes 27, octubre 2025

Poesía desde Asturias

Fiebre

Fiebre, por sentir tus manos desnudándose entre gemidos jamás encontrados. Fiebre, de volver a tener tus labios y que me cuentes lo que sientes entre mis lunares. Fiebre, por congelar mis ardientes deseos en libros vacíos de amor y poder leerlos...

Doce horas

Doce horas fueron las que pase contigo, once los minutos que tardé en conocerte, diez fueron los secretos que me contaste, nueve los números de tu teléfono. Ocho fueron los segundos que tardé en conocer tu nombre, siete fueron los que tardaste en conocer...

Una estrella que me hace soñar

Cuando llega la noche y se hace la oscuridad, se detienen los sentidos y nos inunda la soledad. Cuando se apagan las luces y se detiene la actividad, empieza a reinar el silencio y en las almas se hace la paz. Cuando el...

Bailan tus besos

Bailan tus besos en mi alma con la música que deja tu voz en los km de mi piel, erizada al sentir el surco de tus labios sobre mi cuello. Besos efímeros de humedad pero eternos en mi piel.

Fuego azul

Intento retratar cada segundo de esa noche, como si fuera posible hacerlo con palabras. No hizo falta más que un beso, nada más que el roce de tu boca para que no haya más opción posible que la de volvernos fuego. Fuego azul, combustión perfecta, un...

Tribu

La tribu que me acoge no acepta ya la servidumbre de ser costilla, hueso derivado, fragmento, fracción de un todo, y reivindica su osamenta íntegra. Exige su esqueleto propio, erguido, completo y guerrero. La piel valerosa, acaso delicada, pero curtida en el silencio de mil batallas, lleva siglos...

Quiérote

Enantes costábame caro dicir quiérote pero foi'l mio regalu cuando cumplíes 18 y esi primeru abrió les puertes a millones que lu siguieron.

Mi camino

Solo, en medio de mi alcoba, te haces la dueña de toda mi memoria. Solo, me arrebatas de mi mundo y pierdo pie hasta lo más profundo. Solo, me sueltas las amarras, despojándome de mis velas, despojándome de mis alas. Solo, con...

Poema de la rosa

El aroma de una rosa carmesí, fragante y fina me clavó con una espina desde entonces, ignorando el porqué, el cómo y cuándo por amor estoy penando Y no es cuestión baladí que sufra mi corazón por la flor y aquel amor que perdí que me nubla...

Tú, mi error

Si he de cometer un error que ahora sea, que en tu piel nazca y muera Y si tú eres el error que así sea Si he de morir por cometerlo Sobre tu piel muera

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