Los productos de consumo que forman parte de nuestra vida cotidiana duran cada vez menos: baterías que ‘mueren’ a los doce meses, bombillas que se apagan a las mil horas, portátil o televisor de pantalla plana que empieza a dar problemas pasados los cinco años… A veces arreglarlo resulta prácticamente imposible. ¿Solución? Comprar uno nuevo. La ONG Ingeniería Sin Fronteras (ISF) ha puesto en marcha la iniciativa Repair Café, para introducir la cultura de la reparación en la sociedad asturiana.
Está demostrado que al final son los propios fabricantes quienes determinan la vida de la mayoría de productos que nos rodean, especialmente los relacionados con las nuevas tecnologías. Para acabar con la denominada obsolescencia programada -reducción deliberada de la vida de un producto para obligar a comprar otro- esta organización se ha hecho eco de una iniciativa que funciona con éxito en distintos lugares de Europa. «Queremos introducir la cultura de la reparación, dialogar y difundir conocimientos, aprender a utilizar las herramientas», explica su vicepresidenta, Carmen Alonso Villaseñor. Se trata de un paso más hacia el consumo responsable.
-¿Qué son los Repair Café?
-Los Repair Café son eventos que tienen como objetivo reunir a personas con conocimientos o habilidades para reparar objetos estropeados, y por otro lado, gente que tiene objetos averiados o rotos a los que les gustaría dar una segunda vida. Se trata de colaborar en las reparaciones, recuperar y transmitir conocimiento.
En nuestra vida cotidiana solemos tirar demasiadas cosas a la basura, incluso cosas con desperfectos menores que podrían tener una nueva oportunidad después de una simple reparación. Lamentablemente la cultura de la reparación no está arraigada. La gente olvidó cómo reparar y la sociedad no siempre aprecia a las personas que todavía tienen estos conocimientos prácticos. Su experiencia casi no se aprovecha.
-¿Quiénes pueden participar en estos eventos?
-Está abierto a todo el mundo, tanto para quien quiera compartir sus conocimientos y habilidades reparando objetos, como aquellas personas que necesiten arreglar algo, o cualquiera que simplemente le apetezca venir a intercambiar ideas, charlar, pasar un rato juntos…
«La gente olvidó cómo reparar. Poco a poco los conocimientos se han ido perdiendo»
-¿Cómo se os ocurrió liderar esta iniciativa?
-Esta idea surgió en 2009 en Amsterdam y luego se replicó en muchos lugares de Europa. Un compañero de ISF que vivía en Alemania asistió a uno de ellos y nos envió una crónica sobre el evento a principios de 2014, y como encajaba perfectamente con nuestras campañas de sensibilización y proyectos, pensamos que sería una buena idea promover uno aquí. La idea es que esta iniciativa adquiera vida propia y se vaya repitiendo por toda Asturias, organizada por otros colectivos o asociaciones. De hecho, el último evento fue un «Caldu Repair» organizada por el Mercáu Social de Nava, en cuya difusión colaboramos.
– Por lo que comentáis, detrás de los Repair Café hay muchas más cosas que arreglar un determinado objeto….
-Por supuesto. Por una parte está la idea de recuperar y revalorizar ese conocimiento que se está perdiendo. Por otra, ofrecer y defender un modelo social que no esté necesariamente fundamentado en el hiperconsumo. Se trata de una lucha contra la obsolescencia programada y la cultura de comprar-tirar-comprar, porque entendemos que ese modelo no es capaz de cumplir sus promesas de satisfacción personal/felicidad basada en el consumo, y genera un mundo desigual, injusto e insostenible.
-El gobierno de Suecia está estudiando reducir el IVA en las reparaciones así como desgravar sobre el IRPF la mitad de la mano de obra para reparar, por ejemplo, electrodomésticos. ¿Qué opinión os merecen iniciativas como estas?
-Valoramos muy positivamente todo lo que promueva la cultura de la reparación y recuperación. Esperamos que esta propuesta sirva de modelo para otros países de Europa, y desde luego por nuestra parte haremos lo posible por difundirlo en España, donde ya existe una propuesta similar.
-En vuestra web tenéis un apartado dedicado a la tarjeta de ‘Exención de compra de regalo’. ¿En qué consiste?
-La tarjeta de «Exención de compra de regalo» es nuevamente una idea ajena que decidimos recuperar en la asociación, en este caso de «Jóvenes Verdes». Se trata de un certificado que se puede entregar a aquellas personas que te gustaría que en Navidades, o por tu cumpleaños, aniversario, etc., en vez de comprarte un regalo material que no necesitas, te regalaran tiempo, alguna actividad en común que puedes proponer. Este certificado se puede descargar en nuestra web (asturias.isf.es). También tenemos una tirada física que distribuimos en aquellos eventos en los que participamos.
-Con estas iniciativas demostráis que hay otra forma de vida al margen del consumismo y que además, es posible.
-La idea detrás del certificado es semejante al Repair Café: nos preocupa el exagerado consumo que se genera en fechas como las que acabamos de pasar y las repercusiones que esto produce, y por tanto queremos plantear otro modelo social y de convivencia, donde lo más importante no sea lo material, sino el tiempo que pasamos con las personas que queremos.
-¿Qué otros proyectos tenéis en marcha Ingeniería Sin Fronteras?
-En el norte, llevamos a cabo diversas actividades de sensibilización sobre temas que nos preocupan: feminismo, derechos humanos, consumo, medio ambiente, etc. Para ello trabajamos junto a otras organizaciones y colectivos como la Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias, la Plataforma «Asturias No a los Tratados de libre comercio» o la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. Recientemente sacamos una tirada de jarras de agua que estamos distribuyendo entre diversas organizaciones, en la Universidad… la idea es reducir el consumo de agua embotellada, que genera enormes residuos y agota recursos de forma desproporcionada, a la vez que sigue empujando a la privatización de un bien naturalmente público, como es el agua.
Tenemos también actividades en el sur. Desde 2009 trabajamos en Angola junto con una organización local, ADRA, en un proyecto de microemprendimiento social. Colaboramos con el Programa Asturiano de Derechos Humanos y el Colectivo Luciano Romero, que anualmente acoge a personas refugiadas, defensoras de derechos humanos, activistas, etc., amenazadas en Colombia. Este año colaboramos además con el MPDL realizando una evaluación de la implantación del sistema de tratamiento de residuos diseñado hace unos años en los campamentos de refugio saharaui, ya que la lucha por el reconocimiento de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) es otro de los temas de nuestras campañas.