La demanda de plazas en las residencias asturianas es cada día mayor, y para hacer frente a dicha demanda se necesitan recursos y un modelo de gestión que pueda satisfacer las necesidades de nuestra población de ancianos. Faustino Alvarez, director gerente de ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias) nos informa de las plazas que ofrece Asturias.
-¿Cuál es ahora mismo el panorama de los centros residenciales en Asturias?
-Nosotros estamos cerrando el mapa de Asturias para hacer una cobertura de toda la región. Para eso se está en obras para hacer residencias en Avilés, Castrillón, Moreda, Langreo y una nueva en Oviedo, aparte de otros centros que están a punto de abrir, como Pola de Siero o Gijón. Con esto contaremos con unas treinta o treinta y dos residencias públicas. Lógicamente, sabemos que es insuficiente, pero tenemos un concierto con casi cincuenta residencias privadas, y en total disponemos de más de cuatro mil plazas públicas en Asturias. Además no descartamos que se sigan abriendo nuevas residencias desde el sector privado, porque es imprescindible contar con ellas. Incluso, con la nueva ley de acreditación de centros, estas residencias podrán ser ocupadas por gente con el más alto grado de dependencia. El plazo de acreditación finaliza el siete de diciembre, por lo tanto es muy importante que todas las residencias regularicen su situación, puesto que si no, no van a poder recibir a personas con dependencia, que es la gente que va a tener un apoyo financiero público.
-¿La oferta pública en Asturias no es suficiente y hay que recurrir a la privada?
-Sí, no hay más remedio. Por eso se están acreditando todas las residencias privadas para que puedan recibir a la gente que lo necesite. Por ejemplo, ahora mismo en Lena tenemos unas mil novecientas personas en lista de espera, que no quiere decir que necesiten plaza urgentemente, porque muchos de ellos todavía no están valorados por dependencia. La lista de espera existe, pero siempre cubrimos las urgencias, cualquiera que realmente lo necesite tiene una plaza en una residencia pública, aunque a lo mejor no sea la que elegiría en primer lugar.
‘En total disponemos de más de cuatro mil plazas públicas en Asturias, sin descartar que se sigan abriendo nuevas residencias desde el sector privado’
-Por lo general la gente suele pedir la residencia cerca de su casa y su familia. ¿Eso puede compatibilizarse con los medios con los que actualmente cuenta el Principado?
-No, es imposible. El grueso de la demanda está en la zona central de Asturias, y es imposible que todo el mundo pueda tener una residencia cerca del domicilio de la familia. Si es un caso grave, estará de los primeros de la lista y acabará entrando, pero el resto no. No obstante, muchas veces está más en función de la familia que del propio residente, es la familia quien quiere una residencia cercana. Si realmente hay una urgencia, una situación familiar angustiosa, tenemos residencias en zonas maravillosas, con una altísima calidad de atención, en donde hay plazas y se puede entrar. Hablo por ejemplo de Llanes, Tapia de Casariego, Belmonte…
-¿Cuánto cuesta de media una plaza?
-Varía mucho. Una residencia muy pequeña lógicamente es más cara, porque hay que cumplir la ratio de personal que marca la ley. Para atender a diez personas hay que tener como mínimo cuatro. Por eso procuramos hacer residencias sostenibles, que tengan entre cien y ciento veinte personas de residencia. Nosotros estamos sacando plazas a mil doscientos veintinueve euros, precio público, y sabemos que es suficiente para atender a esas personas que tienen ya un alto grado de dependencia, aunque se está estudiando pagar en función del grado de dependencia. A mil doscientos veintinueve euros sacamos seiscientas plazas la última vez, y concertamos las seiscientas, es decir, que al empresario le salen las cuentas con ese coste.
‘La lista de espera existe, pero siempre cubrimos las urgencias. Cualquiera que realmente lo necesite tiene una plaza en una residencia pública’
-¿Hacia dónde se orienta el futuro de este tipo de centros?
-Lo ideal sería no tender a centros más grandes, sino a otros más pequeños con una atención mucho más familiar, donde las personas convivan. Pero ahí estamos en la utopía. Yo creo que ése es el futuro, pero dada la situación que tenemos en España de envejecimiento, y con la crisis tenemos que optimizar recursos e ir a centros de cien o ciento veinte personas, que son los más sostenibles económicamente. En todas las residencias tenemos una ratio altísima, como mínimo cuatro auxiliares por cada diez residentes, más enfermería, podología, fisioterapia, animación sociocultural, psicólogos… Nosotros hacemos encuestas tanto a residentes como familiares, y están satisfechos. Con los pocos recursos que tenemos, buscamos dar la mejor asistencia posible.