Un estudio, promovido por la Sociedad de Pescadores Fuentes del Narcea y realizado por la Universidad de Oviedo, avala la pureza genética de la trucha del río Narcea. Se espera que pronto se inicien los trámites para pedir que se le conceda una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que contribuya a su protección y al mantenimiento del entorno que la alberga.
Los pescadores del río Narcea ya suponían que un paraje natural tan privilegiado como todo el que rodea esta cuenca, tenía que tener una biología también extraordinaria. Por eso, casi por curiosidad, hace tres años se plantearon la posibilidad de pedir asesoramiento experto y salir de dudas. “Los ríos de Cangas del Narcea son espacios muy ricos, salpicados de regueros y con una gran diversidad de especies, pero queríamos saber más”, explica Román Herrero, presidente de la Asociación Fuentes del Narcea. Compartieron su proyecto con Eva García, Catedrática de Genética de la Universidad de Oviedo, y ella orientó los pasos a seguir. Primero se realizó una analítica de las truchas del Centro Ictiogénico de Aviego y de otros tres ríos. Ese primer resultado se completó con un estudio en profundidad realizado al año siguiente, cuyos resultados se dieron a conocer oficialmente el pasado mayo. Se puso en alto una noticia realmente excepcional: la trucha del Narcea tiene una genética única, de gran pureza, que la distingue de otras tanto de ríos españoles como europeos. “Nosotros somos pescadores aficionados, no expertos en estos temas, pero ya imaginábamos que aquí había algo muy importante”, continúa Román Herrero.
El estudio, que próximamente será publicado por la revista especializada “Freshwater Biology”, lo confirma. Incluso la universidad ha solicitado la concesión de una beca Erasmus a este proyecto para que pueda seguir siendo estudiado. Es en este contexto cuando surge la posibilidad de solicitar la Indicacion Geográfica Protegida (IGP), algo que indudablemente favorecería la conservación de todo el ecosistema. La tramitación de esta solicitud corresponde al estamento político, que a juicio de esta asociación debería implicarse activamente en el proyecto y defender algo que sin duda resultaría muy beneficioso para toda la comarca y resaltaría la presencia de Cangas del Narcea en el mapa. “Esto no es sólo de los cangueses, sino de todos los asturianos. Ha sido una gran noticia por la que Cangas del Narcea debería convertirse en una referencia a nivel europeo en lo relativo a la conservación de los ecosistemas. Si esto hubiese ocurrido en otro lugar no habría dudas. Veremos lo que ocurre al tratarse del suroccidente asturiano”.
Los estudios realizados confirman que la trucha del Narcea tiene una genética única, de gran pureza, que la distingue de otras variedades tanto españolas como europeas.
Por tanto, trasladan a la correspondiente Consejería de la Administración entrante la responsabilidad de llevar adelante una gestión beneficiosa para el conjunto.
Para esta asociación, lo fundamental es proteger los hábitats cuidando de los ríos y favoreciendo las condiciones para que la trucha se reproduzca. Se trata por ejemplo de mantener las márgenes limpias y desbrozadas para que entre luz a las riberas, entre otras medidas. En esa tarea deben confluir distintas responsabilidades. La Confederación Hidrógrafica, por ejemplo, vigila la calidad del agua, elimina obstáculos de los ríos, cuida las orillas. La Consejería regula la pesca, vigila que no haya furtivismo, controla la presencia invasiva de cormoranes. En buenas condiciones, la excelente genética de esta especie es suficiente para asegurar la pervivencia. Los pescadores de Fuentes del Narcea miran en esa dirección. “Simplemente cuidando el entorno la trucha se recupera a pasos agigantados sin necesidad de intervenir. Repoblar es estropear la calidad genética y no se han demostrado los resultados de esas políticas, incluso pueden dar más problemas que beneficios al soltar en el río ejemplares estabulados. Desgraciadamente es un tema complejo en el que confluyen muchos intereses”, concluye Román Herrero.