La iniciativa cultural Canteros del Sonido, promovida por el músico y docente Manuel Paz, nos transporta al mundo sonoro del Románico a través de la recreación y reconstrucción de instrumentos medievales. Músicos, compositores, luthiers e investigadores de la historia musical integran este proyecto multidisciplinar que crece día a día en ilusión y colaboraciones.
Todos ellos sacan a la luz un patrimonio escondido en iconografías medievales presentes en iglesias asturianas y hasta ahora sólo conocidas por especialistas. Violas, vihuelas, rotas, panderos y cuernos presentes en capiteles y canecillos son trasladados al presente respetando sus hechuras originales. Tanto es así, que instrumentos tallados por canteros de la Edad Media han vuelto a cobrar vida en Asturias sorprendiendo no solo con sus sonidos, sino también con sus historias.
El Museo Arqueológico de la Campa Torres, en Gijón, ha sido el primer lugar donde se ha podido ver y conocer la procedencia de algunos de estos instrumentos recreados. Allí, gracias a la aportación municipal, se expusieron seis históricos “recién nacidos”. Y no será la última vez que la muestra, o al menos una parte de la misma, pueda contemplarse en la geografía asturiana. Tras despedirse del concejo de Llanera, la exposición de la que es comisario el también luthier y profesor de música natural de Ujo, ya tiene apalabrados nuevos destinos como Ciaño y Pola de Siero, que tampoco serán los últimos.
La iniciativa cultural Canteros del Sonido compuesta por músicos, compositores, luthiers e investigadores de la historia musical, integran este proyecto multidisciplinar que trae al presente instrumentos tallados en capiteles y canecillos por los canteros de la Edad media.
-Manuel, ¿qué te llevó a iniciar el proyecto Canteros del Sonido? ¿Y cuál es su objetivo?
-Nace de mi afición de construir instrumentos y del proyecto que hicimos en el Conservatorio Nalón, donde recreamos más de setenta instrumentos antiguos. Y luego, a raíz de un libro de la investigadora Tina Cuadriello, vi que había una gran cantidad de instrumentos medievales en Asturias, unos del románico y otros del gótico, y que detrás de todo esto podía haber una bonita historia con la que desentrañar y reconstruir los instrumentos. Catalogados ya estaban, pero ahora quedaba reconstruir ese instrumental, que además es un patrimonio muy potente, y que está bastante ensombrecido por el Prerrománico.
Entre este patrimonio hay una gaita de finales del siglo XI, que posiblemente sea de las primeras representaciones que hay en todo el occidente. La primera apuesta del proyecto fue adelante porque el Ayuntamiento de Llanera quiso construir la rota de Arlós; a partir de ahí salió todo tan bien que ya se hizo una propuesta al Principado y gracias a su aportación y a la ayuda de la Fundación Caja Rural, ya llevamos recreados nueve instrumentos. Sin ellos no hubiera sido posible sacarlo adelante.
-¿Con ilusión y mucha colaboración se pueden lograr muchas cosas?
-Bueno, aquí hay un montonazo de gente a la que lie para participar en el proyecto. En total hay casi cien personas implicadas entre estudiosos, músicos, luthiers, etc., y seguro que, a mi pesar, me dejo a alguien. Gente como la catedrática de Historia del Arte Soledad Álvarez, la experta en iconografía musical asturiana Tina Cuadriello, el compositor Javier Blanco o el músico Héctor Braga que compone e interpreta, o como la Orquesta de Cámara de Siero (OCAS) que participa en los conciertos de Medievalia.
Los luthiers que reproducen los instrumentos son de lo mejor y luego está Fernando Oliva, que se encarga de hacer con impresora 3D las reconstrucciones de las iconografías, o sea, de los canecillos y los capiteles. Porque de cada una de ellas se hacen dos versiones, una que recoge el estado actual de la iconografía y otra, que la recrea policromada y restaurada con el aspecto que tendría durante los siglos XII y XIII. El resultado queda muy espectacular además de muy didáctico, porque la gente no se imaginaba el aspecto que tenían cuando se esculpieron.
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-¿Qué es lo que más llama la atención a la gente cuando va a ver la exposición Canteros del Sonido?
-En la última, la de Llanera, como el espacio era muy justo, solo pudimos presentar tres instrumentos y lo que llamó muchísimo la atención fue la rota, el primer instrumento, que además tiene una representación muy espectacular. El canecillo de la Iglesia de Arlós muestra una cabra tocando una rota y la policromía es muy bonita. También se mostró el cuerno de Ceares, un cuerno de macho cabrío convertido en instrumento que hizo el luthier Abraham Cupeiro. El tercer instrumento fue una cítola, antecesora de la guitarra actual, un instrumento que se representó mucho durante la Edad Media.
«Los luthiers que reproducen los instrumentos son de lo mejor y luego está Fernando Oliva, que se encarga de hacer con impresora 3D las reconstrucciones de las iconografías, o sea, de los canecillos y los capiteles»
-¿Detrás de cada instrumento hay una historia interesante que contar?
-Sí, ahí das en el clavo porque cada uno tiene una historia. Sólo hay que preguntarse, por ejemplo, ¿cómo es que aparece una cabra tocando una rota? Y como en la Edad Media se escribía tan poco y solo se documentaba lo estrictamente necesario, tienes que estudiar mucho para poder sacar conclusiones. Entre las interpretaciones se piensa que la cabra podría ser el maligno o el demonio, que está fuera, y que al igual que otras representaciones que aparecen con carácter pornográfico, representa el pecado.
Curiosamente hay una historia actual también muy bonita, porque el otro día me hicieron llegar la foto de una camiseta y yo no daba crédito, porque el dibujo que llevaba impreso era la cabra de Arlós tocando la rota y acompañada del texto: “¿Para dónde tira la cabra?”, y luego se veía “Para las Fiestas de Arlós”. La camiseta la habían sacado los de la Comisión de Fiestas porque la gente está entusiasmada con esto, ya que se ha descubierto un patrimonio del que no conocían su importancia y singularidad.
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-Traer al presente un patrimonio conservado en la piedra no parece tarea fácil.
-Ya, lo que quizá no podían intuir los canteros era que si no hubiesen estado ellos, esos instrumentos se habrían perdido, porque las fuentes que tenemos están en su trabajo y en los códices. Y estos artesanos andaban por todo el Camino Santiago, iban de un sitio para otro, por eso hay representaciones exactas en distintos puntos de la geografía. Por ejemplo, en San Antolín de Bedón, Llanes, hay unas representaciones en dos canecillos que son fabulosas, dos instrumentos, una vihuela de arco y un pandero cuadrado, y estamos seguros que el taller de canteros que las esculpió es el mismo que hizo otros que están en Cantabria, porque, aunque se han hecho con una piedra diferente, los instrumentos son exactos.
«En San Antolín de Bedón, Llanes, hay unas representaciones en dos canecillos que son fabulosas: dos instrumentos, una vihuela de arco y un pandero cuadrado, y estamos seguros que el taller de canteros que las esculpió es el mismo que hizo otros que están en Cantabria»
–Gracias a la representación en piedra se puede conocer cómo era el instrumento por fuera, pero ¿cómo se llega a descifrar su interior y su sonido?
-Ahí aparece gente como Carlos González, un luthier asturiano de enorme prestigio y con una gran trayectoria de investigación sobre la época, las maderas y la estructura que se utilizaban. Él es quién consigue armar una estructura de instrumento interior de barras armónicas, de forma que cuando se le meta presión con las cuerdas no reviente. Estudiando la tradición constructiva de instrumentos justamente posteriores, de los siglos XV y XVI, consigue recrear unos instrumentos que eran increíbles.
-¿Queda mucho camino por recorrer?
-Sí, claro, porque quedan muchos instrumentos por hacer y también por exponer. Ahora mismo, en Ciaño, se va a exponer por primera vez la vihuela de arco del pórtico de Ciaño. En Pola de Siero se van a exponer los instrumentos que se está terminando ahora, una vihuela de arco y un pandero cuadrado de la Iglesia de Aramil. Y también se está terminando la gaita de La Oliva, una gaita medieval que es excepcional, como la de Manzanera, en Gozón que ya está acabada.
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«Tenemos la intención de organizar un congreso o un encuentro de especialistas, sobre la gaita medieval, porque las representaciones que tenemos en Asturias son muy muy importantes»
-¿Y qué luthier se encarga de las gaitas?
-Las gaitas son del artesano gaitero Chus Solís, los panderos cuadrados los están haciendo Ángel Vega y Simón San José. Las rotas, la de Ujo y la de Arlós, las hizo Carlos González y la vihuela de Lloraza, Villaviciosa, la construyó Antonio Franco, un luthier gallego maravilloso. La de Ciaño la hizo Asier de Benito, un luthier valenciano experto en instrumentos históricos que ahora está construyendo la de Aramil. Y el cuerno lo hizo Abraham Cupeiro, el músico lucense que participó en la creación de la banda sonora de Gladiator II. Hemos buscado a grandes especialistas para que construyesen los instrumentos, y no era fácil porque el trabajo iba a llevar su tiempo, pero en cuanto contactamos con ellos inmediatamente aceptaron, les gustó participar en un proyecto así.
-Una cosa es recrear un instrumento con un número limitado de datos, pero otra cosa conseguir recuperar el sonido medieval. ¿Cómo se logra esto?
-Eso es algo muy enigmático. Solo te cuento que el otro día, en Llanera, un grupo de periodistas me pidió si podía tocar la rota de Arlós porque querían oír cómo sonaba y aunque les dije que era muy difícil y que eso solo podía hacerlo Héctor Braga, me animé a tocar cuatro notas y la realidad es que lo que tocaba sonaba medieval. Es algo un poco mágico, no sé por qué pasa, pero ocurre con otros instrumentos que proceden de la interpretación histórica. Lo sé por experiencia. A mí me encanta el laúd barroco, un instrumento que se dejó de tocar a mediados del siglo XVIII, y quise construir uno, pues cuando me puse a ello comprobé que, tocase lo que tocase, sonaba bien y con un estilo de música que nada tenía que ver con otros instrumentos como la guitarra. Es realmente increíble.
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-Ya habéis organizado algún concierto con alguno de esos instrumentos, pero ¿habrá más en la agenda de Medievalia?
-Por supuesto, se hizo uno en Langreo y daremos otro en Llanera, el día 28 de junio. Todos los instrumentos que se están fabricando suenan espectacularmente bien. Además, la interpretación que se hace no es estrictamente histórica, se lleva a un ámbito casi cinematográfico porque son músicas de bandas sonoras. Medievalia va por ahí, y aunque se harán también conciertos de grupos especialistas, la idea es dar una visión nueva con instrumentos solistas, como por ejemplo pueden ser los instrumentos romanos de Antonio Franco y Abraham Cupeiro.
-¿Me equivoco o para alguien tan apasionado de la música como tú este proyecto es muy ilusionante?
-Sí, lo es. Es un proyecto muy bonito. El día que estrenamos la rota de Arlós, en la Iglesia y con la gente del pueblo, había gente emocionadísima al ver cómo aquello, que era parte de su patrimonio, estaba sonando de forma increíble. Y aunque los conciertos se acaban y pasan, siempre te queda el recuerdo de ese momento. Así que nuestra intención es ir completando todos los instrumentos medievales que hay en Asturias. Esperamos, además, contar con futuras aportaciones de ayuntamientos y otras entidades.
-¿Te queda algo más por contarnos de esta iniciativa?
-Sí, que también tenemos intención de organizar un congreso o un encuentro de especialistas sobre la gaita medieval, porque las representaciones que tenemos en Asturias son muy muy importantes.