Alejandro de Ancos define su obra Atletismo. Orígenes. De Sumeria al Medievo como un ensayo irreverente. Y he aquí que la irreverencia se convierte en virtud, logrando que un universo prolífico en datos se convierta en un atractivo relato sobre los orígenes del atletismo y el deporte en general.
El langreano, además de ser un lector empedernido, es conocido por organizar con el Club Ochobre Atletismo varias pruebas en Asturias. En este trabajo muestra una faceta diferente y combina dos de sus pasiones: la historia antigua y el atletismo.
-En esta publicación ¿has querido escapar de lo que es un ensayo puro y duro?
-Sí, porque los ensayos son ladrillos. A veces lees alguno en el que te cuentan un montón de cosas, te dan muchos datos, pero te sirven de bien poco.
-¿Desde cuándo te interesan estos temas?
-Con 14 años, la primera vez que vi la Puerta de los Leones de Micenas quedé muy impresionado. Luego me hablaron de los colosos que construían aquellos muros y quedé incluso más impresionado. También me pudo influir que con 9 o 10 años fui a ver a unos familiares que vivían en una colonia griega en Francia, cerca de Marsella. En aquel pueblín había una fuente con una imagen de la que yo pensaba que era Atenea. Cuando volví diez años más tarde vi que en realidad era la revolucionaria de París, la chica que va con la bandera y el brazo en alto.
Cuando era crío me llamaba la atención la épica, películas como aquella de los 300 de Esparta, etc. Luego empecé a leer y leer sobre estos temas.
-En el libro haces referencia a mitos que hoy día se reflejan en dichos populares como el de ‘coger el toro por los cuernos’, cuyos orígenes se remontan a las primeras competiciones en Creta en las que jóvenes acróbatas realizaban el salto del toro. ¿Qué va quedando de todas estas cosas?
-El último libro que compré fue Historia de la guerra del Peloponeso, de Tucídides, y de todo aquello se formó el cimiento de la cultura occidental. La que estamos ahora padeciendo y disfrutando viene de aquella época, del siglo VI o V a.C. De toda aquella mitología, aquella forma de comportarse, de transmitir la cultura y la ciencia.
Hay un libro de Montanelli en el que dice: “todo lo que tenemos, los griegos lo tenían” y parece imposible pero descubrieron muchas cosas con aplicaciones prácticas. Tenían la máquina de vapor aunque sin desarrollar, habían descubierto los átomos que tardaron muchos siglos en estudiarse y muchas otras cosas que inventaron en arquitectura, como las columnas convexas que ves cuando vas al Partenón. Cosas así las inventaron los griegos, luego los romanos en cuestión de arquitectura las perfeccionaron, aunque en el resto de cosas las pervirtieron.
Construcciones como el acueducto de Segovia o túneles para canalizar el agua ¿cómo si no en el siglo VI a.C. se podía hacer un túnel para llevar agua de Riosa a Oviedo?
“La cultura occidental que estamos ahora padeciendo y disfrutando viene de aquella época, del siglo VI o V a.C. De toda aquella mitología, aquella forma de comportarse, de transmitir la cultura y la ciencia”
-¿La cultura griega ha sido el pilar más sólido para nuestra civilización actual?
-La griega y la romana, las culturas grecolatinas. Los romanos copiaron todo lo de los griegos y lo desarrollaron, luego por desgracia el imperio romano empezó a desmoronarse y hasta el Renacimiento italiano se paralizó prácticamente todo: la cultura, la ciencia, la literatura…
En el año 1000 no se recuerda un hecho cultural importante, se recuerdan las Cruzadas o la destrucción de Bizancio, eso sí, pero ¿qué se inventó? Muy poco, en arquitectura se pasó del románico al gótico, pero ya en el siglo XII. Y aquí estamos como consecuencia de la historia.
-En tu relato te remontas a civilizaciones como Mesopotamia y Sumeria, ¿cómo aparece el deporte en esa época?
-El deporte en sí, hasta el siglo II después de Cristo, era una práctica de la élite de las ciudades. Esto es una suposición porque no hay datos, pero están apareciendo muchas tablillas escritas en cuneiforme en la zona del Éufrates, en ciudades enterradas que ni se sabía que estaban ahí y que iremos conociendo poco a poco. Las tablillas que salieron están escritas por la élite, porque no todo el mundo sabía escribir y leer. Incluso los gobernadores y reyezuelos tenían escribas que trasladaban al pueblo lo que ellos pensaban sobre cuestiones económicas de guerras, barcos, cosechas, contaban las cosas sobrenaturales que hacían los reyes, que eran dioses, y había que decírselo al pueblo. Los que ya hacían deporte en Sumeria eran la élite y poco más, el resto eran trabajadores.
En Egipto pasó lo mismo, pero aquí ya hubo una constatación del deporte que hacían; se describió a base de jeroglíficos. Era muy importante la natación porque estaban en el río y al lado del río también hacían otras prácticas deportivas como saltos, altura, longitud. También practicaban la pesca, la caza y la guerra contra los más débiles. Los reyes y los jefes del ejército estaban muy preparados, cuando no guerreaban practicaban deporte para mantenerse fuertes y sanos.
En Grecia fue donde ya se creó ese espíritu deportivo de ganar, de competir, fueron ellos los que pusieron la palabra competición en los escritos, lo que ellos llaman Agon. El primero lo era todo y el segundo no era nada.
“En Egipto ya hubo una constatación del deporte que hacían; se describió a base de jeroglíficos. Era muy importante la natación porque estaban en el río, y al lado del río también realizaban otras prácticas deportivas como saltos, altura, longitud…”
-¿Cómo eran las primeras olimpiadas?
-En la antigua Grecia cada gobernante aportaba unos dineros para que se celebrasen por todo lo alto una serie de ritos, de sacrificios en honor a los muertos. La primera fue en Olimpia en honor del dios Zeus. Cada ciudad quería ser más que la anterior y se paralizaba absolutamente todo. La olimpiada duraba 4 o 5 días pero antes había una presentación, venía gente caminando de todos los sitios. El primer día llegaban de cada lugar deportistas, buhoneros, jueces, entrenadores, sacerdotes…. Durante el segundo se celebraban los ritos a Zeus y el que ganaba la carrera de 200 metros era quien encendía la llama del altar y el que daba nombre al año olímpico con su nombre. El primero en ganar fue un cocinero de Élide que se llamaba Corebo. El tercer día volvían con más competiciones de lucha, lanzamiento de jabalina, disco, etc. El cuarto había competiciones de declamación, de tragedia y poesía y al quinto se acababa. Luego en Atenas ya se montaron las Panateneas con once días de procesiones, discursos, competiciones, un jolgorio impresionante que dejaba mucho dinero en la ciudad. Los atletas llegaban con su séquito y compraban todo allí, se generaba mucha riqueza. En Atenas, además de la manutención de por vida, a los vencedores de las Panatenaicas les daban del orden de 200 ánforas de aceite de oliva pura, y en Corinto había premios crematísticos, ya en metálico.
-Los gimnasios de entonces no tenían nada que ver con los de ahora.
-Sí, eran un mundo dentro del mundo. Había varios gimnasios a los que iban los generales, comandantes del ejército, los que legislaban, la élite de la ciudad. El lugar donde iban a divertirse los que eran considerados ‘ciudadanos’, que era algo muy importante. Allí estudiaban música, matemáticas y hacían deporte. Pero no estaban permitidos para mujeres porque ellas, los niños y los esclavos no eran ‘ciudadanos’, ni tampoco los espartanos que iban a vivir a Atenas lo eran. Eran griegos pero sin derechos en Atenas.
“Los gimnasios, en Atenas, era el lugar donde iban a divertirse los que eran considerados ‘ciudadanos’, que era algo muy importante. Allí estudiaban música, matemáticas y hacían deporte”
-¿La práctica deportiva ha ido creciendo asociada o condicionada por religiones y ritos?
-Sí, por ejemplo en Egipto el faraón tenía la carrera del Jubileo, que tenía por finalidad mostrar a sus súbditos cada año que estaba en plena forma, mostrar su rejuvenecimiento. Luego los griegos, asumieron el deporte a la práctica funeraria. Ellos lo instauraron como un homenaje a la persona y fue importantísimo. Es lo que narra pormenorizadamente La Ilíada desde el capítulo 23 en el que hace la primera crónica deportiva. En la Odisea también se habla de unos juegos en honor al visitante, a alguien que hubiese muerto.
A mi manera de ver, la religión cristiana era la que más se beneficiaba clausurando los juegos paganos, tenía otra forma de ver la vida, la religión, la economía y en cuanto tuvieron el poder los prohibieron porque eran una base de jolgorio y desenfreno.
Los cristianos de Roma se iban quedando con los locales de los sindicatos deportivos, con los locales de los gladiadores y demás, destruían los templos paganos y sobre ellos construían iglesias, cenizas sobre cenizas. Es lo que también se hizo en unos juegos muy importantes en Antioquía, hoy Siria, donde laminaron todo lo que había relacionado con el deporte y se quedaron con todas las instalaciones.
Atalanta, la mítica primera corredora Mujer corredora espartana
“En Esparta se le dio estatus a la mujer, ella podía heredar, tener dinero, hacer gimnasia y participar en competiciones. Tenían más libertad que en el resto de Grecia”
-Normalmente, a las mujeres no se les permitía participar en los eventos deportivos. ¿Hay casos femeninos que rompen la norma? Está el ejemplo de Atalanta, la primera atleta reconocida.
-Atalanta forma parte del mito, pero los mitos no tienen una conexión o una línea temporal que podamos seguir. Necesitaban dar visibilidad a las mujeres y se creó el mito de Hipómenes y Atalanta que era una corredora muy buena, pero al final el hombre le ganó porque cuando ella lo iba a alcanzar él tiraba una manzana de oro y ella se paraba a cogerla, así una y otra vez. La mujer siempre estuvo demonizada, el que ganaba era el hombre. Ella era la que lo perdía todo por la avaricia del oro, y era un ejemplo para las mujeres, para que no competiesen y no fuesen avaras.
También está el ejemplo de Pandora, la caja de Pandora, creada por dios como castigo a Prometeo. En la Grecia clásica casi todas tenían connotaciones negativas, una porque el cristianismo bebió del platonismo en el que la mujer no existía y era mala, y la otra porque no querían dejar que sobresaliese; cualquier ejemplo femenino era para mal. Pero tenemos casos puntuales que destacaron como Hipatia en Alejandría o como Aspasia en Atenas, aunque enseguida se les connotaba de maldad. De Aspasia, esposa de Pericles, se decía que era una puta milesia, una talida de Mileto.
Sin embargo, en Esparta, se le dio estatus a la mujer, ella podía heredar, podía tener dinero, podía hacer gimnasia y tener competiciones. Los espartanos, que eran unos bárbaros, tuvieron dos cosas buenas, el lenguaje lacónico y el estatus de la mujer, que tenía más libertad que en el resto de Grecia.
-El origen de los maratones actuales se remonta al parecer a una batalla que tuvo lugar en la Bahía de Maratón, en Atenas y a la carrera de un mensajero llamado Filípedes. ¿Qué fue lo que ocurrió?
-La batalla que tuvo lugar en Maratón fue casual, pero fue la que marcó el destino de occidente. Los persas, que eran un gran imperio, venían a conquistar Atenas y desembarcaron en la bahía con 26.000 soldados. Los atenienses que eran muchos menos pidieron ayuda a los espartanos mediante un mensajero, un corredor llamado Filípides, que corrió desde Atenas hasta Esparta, 280 kilómetros. Pero los espartanos le dijeron que no podían ir porque se hallaban celebrando su fiesta religiosa. Y Filípides hizo otros 280 km para llevar la respuesta a Atenas.
Los atenienses habían mandado solo 1.000 hombres a la bahía, y en un momento dado los persas pensaron que ya no tenían rival enfrente, pero cuando estaban regresando a sus barcos los atenienses hicieron una locura: empezaron a caminar hacia ellos y cuando estaban a 300 metros echaron a correr. El lugar era cenagoso y pantanoso, los persas quedaron acojonados, tardaron en reaccionar y hubo una matanza tremenda. Murieron 6.000 persas y solo 192 atenienses. En la bahía hay un túmulo donde se encuentran enterrados los soldados atenienses fallecidos en esa batalla.
-¿Cómo finalizó este episodio entre atenienses y persas?
-Los persas que venían en los barcos se dispusieron entonces a atacar Atenas, para ello tenían que dar la vuelta por el Atica hasta llegar navegando al puerto de Pireo, el puerto por excelencia del Mediterráneo que está frente a la ciudad, a tan solo seis kilómetros. Los atenienses tenían que volver a Atenas y avisar a la ciudad de que venían los persas y escogieron dos caminos para hacerlo: uno fue el elegido por los soldados más cansados, un camino por la costa más liviano de unos cuarenta kilómetros; el otro lo recorrieron los jóvenes y soldados menos bregados en la montaña, con un trayecto más montañoso por el interior pero más corto.
Cuando llegaron, avisaron, y se pusieron en una colina cerca de la acrópolis, colocados en fila. Los persas al llegar a Pireo se acojonaron porque tras la paliza recibida en Maratón se encontraron a todo un pueblo, más de 30.000 ciudadanos, apostados en la montaña esperándoles. Impresionados regresaron a Persia, aunque antes fueron de pirateo por el Egeo.
A raíz de esto se empezó a hacer la carrera de Maratón por el recorrido de la costa, por donde volvieron los soldados hoplitas más mayores, hay que tener en cuenta que cada soldado iba cargado con cerca de treinta kilos de armamento. Fue lo que luego se llamó como primera maratón olímpica de 40 kilómetros.
-¿En que momento el deporte se populariza y pasa a ser algo para todos?
-Fue en el siglo XIX. Ya se había inventado la imprenta, había más medios de comunicación y fue con los ingleses cuando se popularizó el deporte, tal y como lo entendíamos a mitad del siglo pasado, porque ahora en el XXI todo está dando un vuelco tremendo, aunque no tengo claro que sea para bien.
“Figuras como Messi o Sergio Ramos, que no saben hacer la O con un canuto, arrastran multitudes. Y hay empresas que están encantadas con que esto ocurra, y también gobernantes, porque el deporte está utilizándose como válvula de escape para tensiones sociales”
-¿En qué sentido apuntas esto?
-Ahora mismo el deporte sigue siendo el pan y circo. Los romanos no tuvieron deporte olímpico como tal, pero tenían espectáculo. En el año 395 d.C. se paralizó todo y no fue hasta 1990 que empezó otra vez la élite, con el espíritu de la gente guapa, de los ricos, participando por una corona de laurel o por el hecho de ganar. En 1960 o 1970 entró el dinero al deporte, algunos deportistas ganaban mucho dinero y empezaron a ser ejemplos de bienestar social. Ahora, figuras como Messi o Sergio Ramos, que no saben hacer la O con un canuto, arrastran multitudes. Y hay empresas que están encantadas con que esto ocurra, y también gobernantes porque el deporte está utilizándose como válvula de escape para tensiones sociales. Un partido Barça-Madrid paraliza la actividad política durante una semana y durante esos días no se habla de que no hay médicos o maestros o que los críos estudian en barracones.
El deporte es muy bueno, pero si se manipula en exceso como se hace ahora, igual dentro de unos años ya no es tan bueno. Aunque la práctica deportiva individual siempre es fundamental: es higiénica y saludable.