Un poema como Alizeé bailando J´en ai marre;
como Astaire danzando por el techo y la pared,
que todo es fiesta y si no transgredimos todo seguirá en calma,
que es mejor no plantearse ningún problema y poder dormir bien.
El triunfo de las manos que no se alzan
y todos esos seres que caminan van a la deriva.
Es el reino de los callados
y de los poetas tibios
con manos encallecidas por los aplausos.
Las letras son como cometas
que bailan al viento en la playa.
Son bellas, pero no llegan,
son puñales romos,
insulsa sopa aguada.
Si nos callamos y no nos movemos la invisibilidad será ventaja.
No piensen que somos la primera generación que se calla
y se queda embobada mirando las sombras de una hoguera
al fondo de una caverna,
o quizás una pantalla.
Movamos el hula-hop de los versos,
Alexa, dime cómo calentar mi cama helada.
Permanecemos atentos a nuestras pantallas.
Salpicamos en nuestros baños de espuma
como Alizeé, hipnotizados,
como Astaire, alegres y esperanzados
deseando que tan solo
pase sin más nuestro tiempo,
rápido, sin dejar recuerdo;
sin que en él no pase nada,
sin despertar jamás de nuestro eterno sueño.
David Fueyo
Poeta, columnista y animador a la lectura. Coordina la revista de literatura infantil y juvenil Platero. Ha escrito los poemarios Cuaderno de Fuerteventura, Mi primera colección de perdedores, El espíritu de la escalera, Ruido rosa, Gin contra mala suerte y Criptoinvierno, además de haber participado y coordinado varias publicaciones colectivas. También es autor o coautor de varios libros y publicaciones educativas y relacionadas con la animación a la lectura y educación.
Tiene una sección propia en el periódico El Imparcial en forma de columna literaria relacionada con literatura y tecnologías llamada Letras, ceros y unos. Ha producido diversos programas radiofónicos, es DJ profesional y crea música electrónica bajo el pseudónimo de Phantasiai.
Presenta aquí un poema inédito que forma parte de un nuevo proyecto poético.