Es la forma de vida que tenían los primeros humanos que habitaron el planeta y aseguran que es también la forma de vida del futuro. Las viviendas colaborativas, el cohousing, habituales en distintos países europeos, aterriza en Asturias y lo hace por la puerta grande. En breve comenzará la construcción del primero en la región y además será intergeneracional, un proyecto pionero en toda España. Será en Caraviés, Llanera.
La idea empezó a surgir hace más de treinta años en las cabezas de un grupo de madres -que además eran amigas-, cuando juntas sueñan cómo les gustaría educar a sus hijos y qué valores consideraban importantes para su desarrollo como seres humanos: compartir, solidaridad, apoyo mutuo, respeto por la naturaleza… algo difícil de inculcar en una familia con uno o dos hermanos, pensaron. La idea quedó ahí porque no se oía nada de esto por ningún sitio. Pasaron los años y llega hasta ellas la existencia de varios proyectos que se están desarrollando en distintos países europeos que podrían encajar con sus necesidades. Se trataba del cohousing, algo viejo y nuevo a la vez.
Hacer realidad un sueño
Cohousing es el nombre inglés de comunidades colaborativas y responde a un modelo de vida en comunidad. Sus integrantes conviven unos con otros en sus propias viviendas con total privacidad, pero compartiendo espacios comunes, servicios y apoyo mutuo. Se trata de un modelo que afronta directamente varias problemáticas que afectan a nuestra sociedad en su conjunto como puede ser la sostenibilidad medioambiental, el acceso a la vivienda, los cocuidados o la conciliación familiar.
Con esta idea en la cabeza en 2014 este grupo de mujeres crea la Asociación Axuntase y un año después constituyen con más personas la Cooperativa de Consumidores y Usuarios y en Cesión de uso, sin ánimo de lucro. “Coincidiendo con la jubilación o prejubilación de algunas de nosotras decidimos juntarnos para crear la asociación. Era un sueño largamente perseguido que se empezaba a hacer realidad. Investigando descubrimos que esta idea era algo habitual en nuestra generación, sobre todo entre las mujeres. Pensábamos que los cuidados no tenían que correr por cuenta de nuestros hijos o hijas, sino que podían estar compartidos en espacios comunitarios y ser mucho más enriquecedores y en ello involucrar a personas de todas las edades”, explica Mary Asun Rodríguez Lasa, presidenta de la asociación.
Este tipo de proyectos, que en otros lugares se enfoca solo hacia los seniors, en Asturias tiene un carácter innovador porque aquí son bienvenidos los jóvenes y las familias, es una convivencia intergeneracional. “Creemos que es la forma de vida más rica y sostenible y la que queremos impulsar desde Axuntase, porque la grandeza de este movimiento es que puedes decidir cómo, dónde y con quién quieres vivir. Pueden incorporarse personas hasta de setenta años y hemos distribuido cupos de edades de cinco en cinco para que resulte sostenible, para que podamos cuidar unos de otros. Curiosamente cuando hablamos de dependientes nos viene la idea de las personas mayores cuando en realidad los más dependientes son los niños pequeños. Es un giro mental, pero todo puede estar contemplado y todos podemos estar cuidados”, apunta Mary Asun Rodríguez.
Este tipo de proyectos que en otros lugares se enfoca solo hacia los seniors, en Asturias tiene un carácter innovador porque aquí son bienvenidos los jóvenes y las familias, es una convivencia intergeneracional.
El proyecto sobre el terreno lo desarrolla el estudio de F5 Proyectos y Arquitectura que ha captado desde el principio la idea que querían proyectar. Se construirán 36 viviendas que serán las zonas privadas y habrá más de mil metros cuadrados de espacios comunes: biblioteca, lavandería, comedor, sala de coworking, sala de usos múltiples, huertos ecológicos. Estará en un entorno rural, Caraviés (Llanera), pero al mismo tiempo muy bien comunicado con los principales núcleos de población. No pretende ser una urbanización al uso, ni una propiedad privada, estará abierta a la comunidad y según sus promotores también pretende incentivar la economía local. “Empezamos diseñando los espacios comunes, qué cosas queríamos compartir y vimos que era casi todo. La realidad era que necesitábamos muy poco espacio privado. Queríamos un comedor conjunto donde pudiéramos llevar a nuestros amigos o hacer cosas con el pueblo. Una biblioteca con todos los libros que teníamos que eran muchos, también abierta a los vecinos. Una lavandería porque no hacía falta tener una lavadora en cada casa cuando con cuatro de gran capacidad podíamos lavar la ropa de todos. Internet, también colectivo: sala de coworking para que quien trabaje desde casa pueda separar la vida laboral de la personal. Todo está diseñado poniendo en medio los cocuidados que no es solo cuando te has roto una pierna y necesitas una mano, sino que es velar por la salud física, emocional y mental de todas las personas que vivimos juntas”, reflexiona Rodríguez. La idea se presentó a los vecinos de Caraviés (Llanera) y quedaron encantados.
La importancia de los valores
Un proyecto tan ambicioso lleva mucho trabajo detrás. “Queríamos llevar a cabo una vida sostenible, autogestionada y solidaria, eso había que aterrizarlo a la vida y abarcaba a todos y cada uno de nuestros movimientos desde la compra del terreno, el proyecto arquitectónico, la forma de financiación o nuestro consumo”, recuerda Rodríguez. Y así se ha diseñado paso a paso.
- Sostenible. La idea con la que trabajan desde el principio con los arquitectos es tener cero gastos de energía, cero gastos de agua y cero residuos. Será la primera comunidad energética de Asturias y no solo producirán para ellos sino también estará abierta a los vecinos de Llanera. El excedente energético que se consiga se pondrá al servicio de empresas y vecinos de la zona. Pasarán de ser consumidores a productores de energía fotovoltaica. El agua se reciclará y se devolverá a la naturaleza totalmente limpia. Por último, comprarán todos los productos en genérico, directamente a cooperativas locales, tendiendo en todo momento a plásticos cero.
- Autogestionada. Siguiendo las experiencias que ya están en marcha desde hace décadas en otros países europeos, los cimientos de esta cooperativa se apoyarán en la participación y la autogestión de los propios residentes. Todos participan, todos deciden en la Asamblea de la cooperativa y un Consejo Rector velará porque los Estatutos que han creado en conjunto se cumplan. Además, existen Grupos de Trabajo (económico, de acogida, comunicación, construcción) en los que se colabora y trabajan todos los problemas que puedan surgir.
- No todas las personas que acceden a este proyecto tienen la misma situación económica, por lo que la solidaridad se convierte en una palabra clave. “A la hora de la financiación pondrá más quien más tiene, aunque al final todos vamos a poner el mismo dinero. Así posibilitamos que la gente más joven, más precaria, pueda acceder a una hipoteca gestionada en una banca ética y así pueda tener acceso a una vivienda”, comenta Rodríguez.
“Empezamos diseñando los espacios comunes, qué cosas queríamos compartir y vimos que era casi todo. La realidad era que necesitábamos muy poco espacio privado”,
Mary Asun Rodriguez, presidenta de la asociación Axuntase.
Este pionero cohousing intergeneracional asturiano añade un valor muy importante para la convivencia: la dignidad. Cada uno decide cómo vivir, toma las decisiones de su salud, la persona es el centro y tiene autonomía e independencia. “Llegados a una edad y con nuestra trayectoria vital no solo demandamos otro tipo de viviendas sino nuevas formas de vida. No queremos retirarnos a ningún lado sino seguir siendo protagonistas de nuestra propia vida. Los que nacimos entre los años 50 y 60 somos productos del baby boom, lo que nadie previó es que en el 2000 habría un fenómeno vieyo boom y ahora las fórmulas que tenemos -residencias, con una lavada de cara- no dan respuesta a las necesidades actuales. Participo en este proyecto porque es mi sueño, creo en ello y me apetece. Todos los que vivamos aquí lo haremos con dignidad tengamos la edad que tengamos, desde el nacimiento hasta la muerte. No entendemos que la sociedad nos segregue por edades, podemos tener diferentes necesidades en las distintas etapas de la vida, pero conservamos unos valores que son los que nos unen. Este espacio comunitario puede aportar una gran riqueza personal, social y, además, ser más económico”, apunta la presidenta de Axuntase.
¿Quién puede formar parte de este proyecto?
Desde Axuntase saben que ser punta de lanza, abrir un nuevo camino, nunca es fácil, pero están convencidos de que el esfuerzo dará sus frutos; cuando se ponga en marcha este proyecto crecerá el interés por participar en esta nueva forma de vida. ¿Requisitos?
“No se trata solo de que te guste la idea e ingreses el dinero. Tiene que haber una previa preparación de grupo, saber bien a dónde vas y lo que ese paso te va a requerir. Hay una serie de principios a los que cada uno de los integrantes debe atenerse. El tema no es aprender a cómo resolver conflictos sino prevenirlos. Habrá seis meses donde las familias que entren nuevas puedan experimentar y si no les convence la fórmula puedan dar marcha atrás sin ningún tipo de penalización”.
Ni público, ni privado
El cohousing es una iniciativa de la sociedad civil que se ha adelantado a las administraciones que, en la actualidad, carecen de un modelo para regularlo, denuncian desde las asociaciones. El Principado, de forma pionera y como consecuencia de la lucha que realiza esta asociación, regula desde 2020 las viviendas colaborativas como un recurso asistencial para personas mayores. Un texto que tiene importantes consecuencias de carácter práctico y jurídico que puede servir para muchos grupos y comunidades en formación, no solo de Asturias, pero que son insuficientes. “Las administraciones han puesto más trabas que facilidades, a veces porque no tienen de dónde tirar. Esta forma de vida no es ni privada ni pública, es comunitaria y las leyes en estos momentos no acompañan, aunque se han producido avances. Si nosotros hubiéramos tenido el mismo apoyo que dan por ejemplo a las viviendas sociales hubiéramos podido incluir a muchos más jóvenes que, queriendo participar este proyecto, no lo pueden hacer por falta de recursos”, reflexiona May Asun Rodríguez.
¿Un cohousing urbano? Sí, en Gijón.
Partiendo de la misma filosofía de Axuntase surge la asociación Noega Coovivienda para poner en marcha ese mismo proyecto intergeneracional, pero en un entorno urbano: Gijón. “En realidad solo se diferencia a nivel físico porque a nivel ético, de ideario, es igual. Ellos compraron el terreno y nosotros estamos abogando por una cesión de suelo con el ayuntamiento como están haciendo en otros lugares de España donde se desarrollan proyectos similares”, comenta Isabel Lema, presidenta de Noega Coovivienda. “Tengo 65 años, he vivido hechos históricos importantes, he defendido el tema social muy profundamente y quiero seguir luchando en mi vida por aquello en lo que creo. Pienso que tanto la gente mayor como los jóvenes tenemos que recuperar el concepto de aldea en el que la gente se ayudaba, donde todos sabían unos de otros… eso es lo natural. No podemos seguir viviendo en cajas aisladas donde nadie se entera de lo que le pasa al vecino y todo se mira a través de una mirilla”, dice Isabel Lema.
“Como sociedad hemos llegado a cotas de individualismo tan altas, tan nocivas, que podría resumirlo muy bien la frase de Ikea, ‘la república independiente de mi casa’, ¡qué tristeza!”
Isabel Lema, presidenta de Noega Coovivienda.
¿En qué situación se encuentra el proyecto? Admiten que Axuntase les ha abierto el camino y ellos lo tendrán más fácil. La pandemia les pilló en medio de diálogo y negociaciones con las administraciones, ahora toca retomarlo. Las entrevistas están siendo positivas porque el tema del cohousing ya suena en las mentes de algunos. Mientras, se está preparando ya el proyecto. Se encuentran en proceso de formación, buscando a gente que se sume a esta iniciativa de vida en común. Admiten a personas de 0 a 70 años, pero no dependientes “porque no tenemos una infraestructura para poder asumirlo. Nuestro proyecto no surge con una vocación asistencial sino de convivencia intergeneracional metida en un barrio donde podamos participar. Queremos asentar población, facilitar que la gente joven tenga acceso a una vivienda digna y ayudar a la cocrianza. Como sociedad hemos llegado a cotas de individualismo tan altas, tan nocivas que podría resumirlo muy bien la frase de Ikea, ‘la república independiente de mi casa’, ¡qué tristeza! Si hemos evolucionado como seres humanos y hemos llegado hasta aquí es porque en la prehistoria teníamos una mirada colaborativa, vivíamos en grupo, eso nos permitió hacernos fuertes y sobrevivir”, concluye Lema.
Además del cohousing de Llanera, que posiblemente esté terminado para el próximo año y el urbano que se está diseñando en Gijón, según el Principado, hay interés por llevar al menos cuatro iniciativas similares en otros lugares de Asturias como Sariego o Las Regueras. Unas iniciativas que ven con buenos ojos desde el Gobierno de la región porque “aúna un modelo de convivencia distintos, de sostenibilidad medioambiental, ecológica y es innovador, con capacidad de generar iniciativas y de conciliar cuestiones vitales para la comunidad”, según palabras del director general de la Vivienda del Principado, Fermín Bravo.
Para más información:
Axuntase (Cohousing en Llanera) axuntasecoop@gmail.com Tfno.: 640850262
Noega Coovivienda (Cohousing en Gijón) cohousing.gijon@gmail.com