Sin perros no hay cacería. En la actualidad, la diferencia entre una cuadrilla y otra no está tanto en quién dispara mejor sino quién cuenta con los mejores perros. Eso piensa Adrián Lavín, veterinario y cazador: «Antes el protagonista era el cazador, ahora es el perro». Como corresponde a su importancia, cada vez se presta más atención a los cuidados que necesita: una buena alimentación, piensos de calidad, control veterinario, desparasitación… Un cazador sabe que debe procurarse un buen compañero, fuerte y bien entrenado, que responda en toda circunstancia. Y para Adrián Lavín, en la caza del jabalí esos se encuentran entre los ejemplares de grifón asturcántabro, el mejor adaptado a las condiciones del territorio y la climatología asturiana, aunque en el mercado están muy en auge las razas francesas, como los azules de Gascuña, que para este cazador distan mucho de ser los más efectivos: «Los franceses cazan en jauría, y en la cornisa cantábrica necesitamos un perro que cace solo».
¿Cómo ha de ser un buen perro de caza? «Es fundamental que esté ‘limpio’, es decir, que respete a todas las especies y sólo vaya a por aquella para la que ha sido entrenado. Incluso si va acompañado de otros perros, debe ser capaz de obviar todo y sólo seguir el rastro que le interesa». Su madurez llega aproximadamente a los cuatro años, aunque antes ya puede verse al buen cazador, después de muchas horas de entrenamiento y de «gastar mucha suela de Chiruca por el monte».
Aunque en ocasiones vive situaciones de riesgo al tener que hacer frente a animales mayores y más pesados, el perro sano y bien entrenado vive el día de caza como una fiesta. Se crean vínculos fuertes con el humano. El perro es un compañero, una pieza más del engranaje de la caza, que debe coordinarse con su dueño, entender sus instrucciones y realizar un trabajo fundamental para que la jornada sea un éxito. El cazador debe, por otra parte, saber sacar todas las cualidades de un buen perro, darle los cuidados necesarios, y asegurarse así un compañero fiel y eficiente. Es la mejor combinación posible.