La comedia socava el mal con mayor eficacia que la tragedia. Ni siquiera sé de quién es la frase, pero fueron las palabras que despejaron las dudas definitivamente; llegué al verano con la cuestión de si, en un país abducido, servían para algo estas líneas, si no debería pasarme directamente al panfleto. Parece ser que podemos seguir, reorientando un poco las cosas; estrenemos curso, pues, con alguna pequeña novedad; por ejemplo, vamos a poner “De cara a la pared” a las personas que pretenden tomarnos por tontos, categoría que abunda entre el género politicus vulgi. No es grandísimo castigo, aunque sí simbólico; el querido semanario La Codorniz, por bastante menos, metía a la gente en “La Cárcel de papel”. Esperamos, en este sentido, propuestas de quienes nos leen: propóngannos reos.
Hay algunas voces que se han levantado para sugerir al ministro Gallardón, ahora que quiere reformar el Código Civil, que tipifique como delito el maltrato al idioma. En facebook existe una comunidad bajo el epígrafe “Hablar y escribir correctamente”, Diego Armando López publica una foto acerca de una charla que dará Doña Milagros Menéndez, concejala de IU en el Ayuntamiento de Madrid, que se dice portavoz en el Área de Las Artes, y que ha titulado “Ha dónde va el teatro español”. Wert, también ministro, todavía, está muy preocupado por la enseñanza del castellano en Catalunya; debería preocuparse por la enseñanza del castellano, a secas. Del inglés ya se encarga Bauzá en Baleares, visto el éxito internacional de su camarada Botella.
La verdad es que a veces con tanta lengua, prendida con alfileres (dolorosamente), no sabemos por dónde andamos. Un antiguo Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco (lugar donde a veces se habla euskera), ha ido a asesorar sobre asuntos propios de la salud a Mr. Obama (presidente de una nación que habla algo parecido al inglés); es entrevistado en febrero por la cadena SER (que suele transmitir en castellano) y hace el hombre lo que puede por explicarse: “He intentado abrir el debate…incluso antes…pero no ha fructiferao”.
Siempre creí que el habla de los profesionales del Derecho debería ser particularmente preciso, pero algunos, por lo que se ve, se lían con los verbos. Informativo de TVE, hacen la afirmación “cuatro años desde la consumación del contrato”, que es glosada por un ilustre letrado empeñado en conjugar el verbo consumir durante toda la explicación. Otros retuercen los términos; para explicar cómo una ciudadana puede probar una avería gorda de su coche, producto de que le colaron gasolina llena de basura, dice otro eminente asesor jurídico que es menester “un certificado de la no idoneidad del carburante”. ¡Tus muelas, salao!
O sea, para hablar con ellos necesitaríamos intérprete. Hay personas preparándose para ello, si bien parece ser, curiosamente, una profesión incomprendida; la señora que reina en el programa de tarde de la televisión oficial hace la siguiente entrevista:
– ¿Y a qué te dedicas?
– Estudio. Hago traducción e interpretación.
– ¡Qué bien, vas a ser una estupenda actriz!
– …
– ¿Y qué papeles te gustaría interpretar, cine, series…?
– ¡Noo, idiomas! Estudio idiomas: traducción e interpretación.
– …
La presunta periodista queda sin palabras, dirige una mirada a su izquierda, buscando a una persona que está fuera de plano, posiblemente una regidora, que la saque del lío. Sin luz.
“El humo ciega tus ojos” era una bonita canción que posiblemente cantarán a dúo la alcaldesa sobrevenida de la Ciudad de Madrid y el sobrevenido presidente de la Comunidad de Madrid, preocupados por la iniciativa de un oscuro personaje que ha prometido crear, con un casino y sus alrededores, 150.000 empleos (ABC, 9 de febrero). Para ello tienen que regalarle los terrenos, conseguir que le presten unos miles de millones de dólares y que permitan a la peña jugar entre miasmas cancerígenos. Andan cercados por el humo del tabaco y los incendios de la corrupción, no es extraño que Don Ignacio pierda el sentido del correcto hablar; (o también puede pasar que no le convenga que se le entienda), de esta manera contesta ante los micrófonos: “A ninguno nos han llamado para contrastar la veracidad de esta falsedad”.
El Señor Concejal de Obras en el ayuntamiento de una importante ciudad asturiana, ha salido en la prensa sacando pecho: “Hemos reducido el gasto eléctrico en un 20 %”. Semejante hazaña conlleva una llamada del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) preguntándome de qué adelantos técnicos se ha dotado este concejo para hacerla posible. El probo edil no ha cambiado las farolas que alumbran a los aviones, ni las que dan luz al vecino del quinto en vez de a los viandantes, ni cuatro horribles pulpos que en la Plaza de Abastos sostienen veintiséis bombillas inútiles, no; es el huevo de Colón, el descubrimiento del Mediterráneo, la invención de la pólvora. Para pasmo del obscurecido vecindario, el Señor Concejal, por la noche, ¡apaga la luz!