“Tengo el cerebro de un psicópata. Y los genes de un psicópata.
Pero, a pesar de todo, soy inofensivo”
(James Fallon)
James Fallon (EE.UU. 1947) es uno de los neurólogos más prestigiosos del mundo, lleva más de 30 años investigando las mentes criminales, el comportamiento psicópata y la estructura de sus cerebros.
En una de sus investigaciones se descubrió a sí mismo, corría el año 2005.
Se trataba del estudio de una serie de escáneres de asesinos mezclados con otros de gente sin historial delictivo. Su labor era diferenciar a personas normales de asesinos a partir de las imágenes.
Uno de los escáneres que presentaba los rasgos de un psicópata era el suyo. Al principio se rio con sus compañeros puesto que él era un científico inofensivo que nunca había cometido un asesinato. Concluyó que era una broma de sus colegas que le habían colado un escáner falso.
Y así quedó la cosa.
Meses más tarde asistiendo a una barbacoa con su madre le comentó el asunto y esta, sin sorprenderse, le dijo: “En la familia de tu padre hubo siete asesinos”.
Sorprendido, se pasó la Escala Hare (Escala de la Evaluación de la Psicopatía) y obtuvo la confirmación del escáner.
Sin duda un capricho de la vida.
Y es que, a veces, es difícil identificarles porque también hay grados; la puntuación de Fallon no era alta.
James Fallon, uno de los neurólogos más prestigiosos del mundo, descubrió en una de sus investigaciones que era un psicópata.
Generalmente el psicópata presenta las siguientes características de personalidad:
1. Carecen de empatía: A nivel teórico entienden o pueden entender las emociones de los otros. Saben, por ejemplo, que si una persona ríe es porque está contenta, si una persona llora es porque está triste, pero no son capaces de experimentarlas y tampoco de describirlas.
2. Mienten frecuentemente: La mentira es su forma de vida para obtener lo que quieren, tienden a justificarse y a racionalizar sus actos. Su vida es una tela de araña de mentiras. Dícese que la única verdad del psicópata es la “mentira continuada”.
3. Narcisismo: Se ven poderosos y valiosos. Suelen tener una extravagante percepción de sí mismos y piensan que el mundo gira en torno a ellos. Dicen que el narcisista siempre vuelve porque sus víctimas son consideradas de su propiedad, es por ello por lo que generalmente permanecen al acecho y no las dejan libres.
4. Encanto superficial: Suelen mostrarse encantadores y pueden tener cierto atractivo. Se manifiestan extrovertidos, decididos y valiosos. Sus miradas son duras, inquisitivas, frías. Cuentan historias maravillosas de hechos que hicieron (negocios, conquistas, éxitos). Causan la impresión de ser genuinos, honestos y dignos de confianza. Son actores perfectos.
5. Ausencia de remordimiento: No se sienten culpables por el sufrimiento o dolor que infringen o por cualquiera de sus acciones. Carecen de conciencia moral y, a veces, incluso pueden representar el papel de víctimas.
6. Acoso: Disfrutan ejerciendo el control sobre los demás, lo hacen dura y generalmente con gente más débil, subordinados, ancianos, niños, animales, pareja.
7. Son personas problemáticas, incómodas y conflictivas: Incapaces de comprender las normas y las reglas de la sociedad y muestran un patrón general de desprecio, violan los derechos de los demás, son incongruentes y pueden pasar de la calma a la ira en minutos.
8. Manipulación: Para obtener lo que quieren, cualquier fin que se propongan. Son depredadores sociales y le dan vuelta a cualquier argumento para hacer sentir culpable al otro.
9. Se aburren con facilidad: suelen tener una necesidad imparable de “sobredosis de adrenalina “. Buscan y/o provocan situaciones de excitación y emociones fuertes. Actividades peligrosas o extremas. Sexo compulsivo y desafiante.
Son éstos, en líneas generales, los comportamientos que podemos observar, las alarmas que no debemos desoír. No quiere decir que todos tengan estos comportamientos en su persona, pero casi siempre es así.
“La pena de muerte no es la solución (para un psicópata). Pero estoy en contra de que esos tipos salgan en libertad, había que mandarlos a algún sitio donde necesiten utilizar todas las energías para sobrevivir” (James Fallon)
¿Qué hace el científico James Fallon a raíz del conocimiento de su propia mente, de su mente psicópata?
Nos facilita las pautas:
1. Me comporto como la gente espera que lo haga. Hago como si me interesara por los demás y me preocupara por ellos, pero en realidad, es una actuación. Y, desde luego, no dejo a la gente colgada como hacía antes.
2. Me muestro encantador, sé cómo ganarme a la gente, pero en el fondo ellos me dan igual. De lo que no me olvido nunca es de la gente que me lleva la contraria.
3. Si alguien me pone furioso no reacciono en ese mismo momento, pero me lo guardo y llegado el momento respondo con eficacia quirúrgica.
4. Amo a Diane (su mujer) pero nunca he estado vinculado emocionalmente a ella. Respecto a los hijos nunca he tenido hacia ellos los sentimientos que tienen los padres normales. Mi mundo, por lo que respecta a los sentimientos, está congelado.
James Fallon está seguro de que a los psicópatas no se les puede curar y dice que sólo las jovencitas inocentes creen que un tipo malo puede cambiar.
Y añade: “La pena de muerte no es la solución. Pero estoy en contra de que esos tipos salgan en libertad, había que mandarlos a algún sitio donde necesiten utilizar todas las energías para sobrevivir”.
Tenemos, por tanto, pautas suficientes para reconocer al psicópata. Si reconoce algunas de las conductas mencionadas, no mire en otra dirección, no las justifique, no las disculpe…
Son las alarmas que pueden salvar cualquier vida.