Con o sin buen tiempo, hay dos citas obligadas en Ribadesella para este verano: los impresionantes frescos de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, recién restaurados y el Centro de Tito Bustillo que acaba de integrarse en la Red Internacional de Museos. Arte y cultura en estado puro.
El primer museo de Avilés lo es por partida doble: pertenece a la ciudad y trata sobre ella. 9.000 visitas en el mes de apertura dicen mucho del éxito de esta fórmula, gracias a un museo lleno de contenido, que va más allá de las paredes físicas de su edificio.
Lleva treinta años en el mundo de la fotografía aunque, como él mismo calcula, tardó veinticinco en que su trabajo fuera reconocido con diferentes premios.
El pasado 2012 fue un mal año para este museo de Luanco, casi estrangulado por su difícil situación económica. Pero el apoyo recibido, tanto desde las administraciones como por parte de los ciudadanos, da un balón de oxígeno al Marítimo, que continuará con las puertas abiertas mostrando la cultura del mar a todos sus visitantes.
Alguna de sus obras están expuestas al público, como la conocida estatua del escanciador de la Plaza del Requexu, en Mieres. Sin embargo, Félix Magdalena afirma guardar el 90 % de su obra para sí. Dibujos, pinturas, esculturas, tallas... cada una es como un hijo al que cuesta independizar, más en el caso de este artista que dice disfrutar del arte por sí mismo.
El pasado mes de octubre, Alfonso Zapico, el joven de Blimea conocido por su maestría con el lápiz, ha dado una gran alegría a los asturianos y en particular a toda la cuenca minera. Con su libro Dublinés, en el que cuenta la historia del escritor irlandés James Joyce, ha conseguido el Premio Nacional del Cómic que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Ha pasado de la docencia –Lengua y Literatura española en el IES Doña Jimena de Gijón- a la plena dedicación a la pintura. Su última muestra "Espacios de armonía", vista en la galería Cornión, profundiza en la intimidad y el sosiego de unas escenas cargadas de color.
El azabache asturiano procede del Jurásico y tiene fama de ser el mejor del mundo junto al de Whitby, en Inglaterra. Sin embargo debido a problemas en su extracción los artesanos asturianos corren el riesgo de quedarse sin materia prima y sin trabajo.
Su última galería de exposición ha sido la T2 del aeropuerto de Barajas, lugar de tránsito por excelencia y estupendo marco para una muestra que incluía varias pinturas del aeropuerto madrileño.