Tras años de obras, la reforma del Museo de Bellas Artes de Asturias está a punto de acabarse. Las nuevas instalaciones deberían ser el espaldarazo definitivo para un equipamiento relativamente desconocido, que tiene méritos para ser una de las grandes bazas culturales de la región.
En tiempos de dificultad económica la artesanía es una práctica de riesgo, sólo apta para personas creativas y amantes de la belleza. En la pequeña localidad de Barganiza, en Pruvia (Siero), Nieves Alonso practica el noble arte de sobrevivir disfrutando con su pasión y su profesión: la cerámica.
La recuperación del patrimonio industrial asturiano ha dado un paso más gracias al Ecomuseo minero Valle de Samuño (Langreo), donde se ha habilitado un pozo minero para visitas turísticas. El mayor reclamo es el viaje en tren al interior de una mina, proporcionando al visitante la experiencia real de estar bajo tierra.
Con o sin buen tiempo, hay dos citas obligadas en Ribadesella para este verano: los impresionantes frescos de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, recién restaurados y el Centro de Tito Bustillo que acaba de integrarse en la Red Internacional de Museos. Arte y cultura en estado puro.
El primer museo de Avilés lo es por partida doble: pertenece a la ciudad y trata sobre ella. 9.000 visitas en el mes de apertura dicen mucho del éxito de esta fórmula, gracias a un museo lleno de contenido, que va más allá de las paredes físicas de su edificio.
Lleva treinta años en el mundo de la fotografía aunque, como él mismo calcula, tardó veinticinco en que su trabajo fuera reconocido con diferentes premios.
El pasado 2012 fue un mal año para este museo de Luanco, casi estrangulado por su difícil situación económica. Pero el apoyo recibido, tanto desde las administraciones como por parte de los ciudadanos, da un balón de oxígeno al Marítimo, que continuará con las puertas abiertas mostrando la cultura del mar a todos sus visitantes.
Alguna de sus obras están expuestas al público, como la conocida estatua del escanciador de la Plaza del Requexu, en Mieres. Sin embargo, Félix Magdalena afirma guardar el 90 % de su obra para sí. Dibujos, pinturas, esculturas, tallas... cada una es como un hijo al que cuesta independizar, más en el caso de este artista que dice disfrutar del arte por sí mismo.
El pasado mes de octubre, Alfonso Zapico, el joven de Blimea conocido por su maestría con el lápiz, ha dado una gran alegría a los asturianos y en particular a toda la cuenca minera. Con su libro Dublinés, en el que cuenta la historia del escritor irlandés James Joyce, ha conseguido el Premio Nacional del Cómic que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.