Se define como montañero “del montón”. Su amor a la montaña se despertó en Picos de Europa y Parque de Covadonga siendo un chaval, “cuando sólo andaban por allí los pastores y algún que otro montañero”. Desde entonces se ha mantenido fiel a esta relación. Lleva doce años al frente de la Federación de Montaña Asturiana, su familia montañera.
-Desde una mirada retrospectiva, en estos cincuenta años ¿qué cosas se han conseguido desde la Federación?
-Estoy orgulloso del camino recorrido pero también veo que quedan cosas pendientes. Hablamos de la montaña, una actividad que no se basa en confrontación -aquí no compites-, caminas, subes a picos, contemplas la naturaleza y disfrutas, normalmente en grupo. Es una historia de retos y superación personal.
Este año tenemos la alegría de haber aumentado el número de federados casi un 20% y pensamos que es debido a varias razones:una mayor concienciación entre la gente de los riesgos de accidentes; también ha podido contribuir el descenso del precio del seguro gracias a que nos hemos juntado varias federaciones y hemos contratado un seguro único. Y también por la incorporación en la federación de nuevas actividades relacionadas con la montaña.
-¿Cuáles son esas actividades?
-Las carreras de montaña, una actividad que exige una muy buena preparación física y que cuenta con cientos de seguidores jóvenes. Empezamos en 2002 con la subida al Picu Pienzu y ahora tenemos la Travesera integral de Picos de Europa, carreras verticales, el “Quebrantapates”. También se nos ha sumado la escalada deportiva en bloque, el búlder, que no tiene nada que ver con la tradicional escalada en roca. El búlder ahora se ha impuesto a los rocódromos porque no necesita cuerdas, se hace a una altura prudencial y se ponen colchonetas debajo. Se ha convertido en un auténtico boom. El esquí de fondo y de travesía también tienen su sitio en la Federación, así como la BTT, actividad que realizan muchos montañeros. Como organización, tenemos la responsabilidad de coordinar las actividades de todos los grupos, además de las que nosotros organizamos.
-¿Cree que existe cultura de la montaña en Asturias?
-Creo que nos falta mucho camino por recorrer para llegar al nivel que existe en Francia o Suiza, pero esta es una valoración personal. Asturias es una de las zonas más montañosas de España -después de Pirineos- y tenemos más de cuatro mil kilómetros de rutas señalizadas, pero no hay cultura. Aquí se va a la montaña sin tener suficiente conocimiento del medio, se va sin una buena preparación física y sin respeto. Y la cultura de la montaña se nota precisamente en eso, en el respeto que se aprende desde pequeño. Aquí han hecho una importante labor los grupos de montaña, que han funcionado como una escuela. Enseñan a amar la montaña, el valor del esfuerzo, a caminar, las rutas, cómo relacionarse con la flora, la fauna… Los montañeros somos los primeros ecologistas.
“Los grupos han funcionado como una escuela. Te enseñan a amar la montaña, a caminar por la naturaleza y a relacionarte con el entorno”
-Insiste mucho en la importancia de los grupos, ¿por qué?
-Es que los grupos de montaña son la clave de la existencia de la FEMPA, sin ellos no habría Federación. Aunque parece que se ha puesto de moda ir a la montaña en solitario, con el riesgo que ello supone, nosotros creemos que se disfruta más si vas en compañía y además es más seguro. En estos momentos tenemos federados a 120 grupos y 5500 personas y esperamos que vaya en aumento.
-¿Qué retos tienen aún pendientes?
-Pues a largo plazo insisto mucho en lo de la educación medioambiental de los chavales, en la escuela o bien a través de jornadas en nuestros refugios. Ahí tengo una espina clavada con el Parador de Brañagallones, en Redes, que bien podría servir de refugio para montañeros, ciclistas, y senderistas dado el entorno privilegiado donde se encuentra, y no un hotel de lujo con precios desorbitados para una élite. Nosotros nos ofrecimos a gestionarlo pero sin resultado por parte del Principado. También estamos a la espera del dinero que todos los años recibimos para el mantenimiento de los refugios, porque lo hemos tenido que adelantar y nos ha supuesto un gran sacrificio.
Por qué federarse
No es obligatorio estar federado para caminar, escalar o correr por la montaña, pero sí recomendable por seguridad, formación y solidaridad con el montañismo. También ofrece descuentos importantes en empresas asociadas.
Según están las cosas y a medida que aumenta el número de Comunidades Autónomas que optan cobrar por los rescates en la montaña, tener un seguro que cubra no sólo esos costes, sino la atención médica y la rehabilitación de accidentes de montaña es algo muy importante que sin duda nos va a aportar tranquilidad y mayor disfrute.
La federación organiza cursos que nos permiten ir conociendo y dominando los mil y un secretos del saber moverse en la montaña. Con una buena formación técnica y las mejores coberturas, tendremos cubiertas dos necesidades básicas, pero hay más ventajas: precios especiales para pernoctar en refugios de montaña españoles y de la mayoría de países de Europa, o descuentos importantes de hasta el 40% en las empresas asociadas. Pero, sobre todo, formar parte de un proyecto común de defensa de la montaña. Sumarnos a un colectivo que ama la naturaleza y disfruta en ella. “Los montañeros necesitamos que la federación sea una entidad fuerte, con capacidad representativa y sea invitada a participar en mesas donde se tomen decisiones. Y eso lo construimos entre todos”, asegura Manuel Taibo de la Federación. En Asturias ha tenido lugar un importante incremento del número de federados, que en estos momentos llega a 5.500.
Celebraciones para el 50 aniversario.
Noviembre: Final del Campeonato de España de bulder de escalada deportiva en Cangas de Onís (30 noviembre).
Diciembre: Belén de cumbres en Teverga ( 30 noviembre y 1 diciembre).
- La Federación está recopilando material para realizar una exposición fotográfica itinerante sobre estos 50 años, además de un número especial de la revista ENOL.
- XIX Trofeo Federación 2013.