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lunes 25, noviembre 2024

Nuevos horizontes para la energía.

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El desarrollo del mundo actual está ligado a la disponibilidad de energía. Por ello el sector energético debe encontrar nuevas vías que combinen expansión y sostenibilidad. La gestión eficiente y la búsqueda de nuevas fuentes de energías renovables y baratas son ya una prioridad. A ello se une la importancia de incluir la ecología en la ecuación, así como la necesidad de buscar nuevas formas de estimular el mercado y la industria energética.     

En este contexto cambiante, la Unión Europea ha planteado un triple objetivo para el año 2020: reducir en un 20% las emisiones de CO2, aumentar la eficiencia energética en un 20% y que la energía de la UE provenga de energías renovables en un 20%. Es lo que se conoce como el triple veinte o 20/20/20.
En el primer objetivo podrían enmarcarse proyectos como el de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN), que participa en el proyecto LoCare (Low Carbon Economy Regions), liderado en la región por el Principado de Asturias, con el objetivo de desacoplar el crecimiento económico de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello se busca desarrollar soluciones de bajas emisiones de carbono en las seis regiones asociadas al proyecto: Syddanmark (Dinamarca), Västra Götaland (Suecia), Principado de Asturias (España), Emilia-Romagna (Italia), Gorenjska (Eslovenia) y la provincia de Zeeland (Países Bajos).
Al mismo tiempo se busca contribuir al crecimiento económico de dichas regiones, que trabajan en acciones conjuntas de cooperación, en tres temas estratégicos: “Nuevo Clima”, “Nueva Energía” y “Nuevo Liderazgo”. Además, hay seis subproyectos en marcha, en dos de los cuales participa FAEN: VACO2R: Voluntary Agreements for CO2 Reductions donde colaborará con la ejecución de estudios energéticos en PYMEs y ESA: European Sustainability Ambassadors en el que se formarán a diferentes colectivos para que a su vez formen a otros ciudadanos en materias de ahorro y eficiencia energética y energías renovables.
El proyecto LoCaRe tiene un plazo de ejecución entre enero de 2010 y diciembre de 2013 y gracias a él se espera lograr iniciativas aplicables para reducir las emisiones de CO2, con el fin de avanzar en un crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
Se trata de encontrar nuevas formas de conseguir energía, así como de aprovechar mejor la ya disponible, siendo eficientes en la generación y el uso de la misma.

Asturias investiga
Enrique Jáimez. Gerente del Clúster de energía, medioambiente y cambio climático de la Universidad de Oviedo.
Foto: Fusión Asturias

Enrique Jáimez.

Gerente del Clúster de energía, medioambiente y cambio climático de la Universidad de Oviedo.

Desde la Universidad de Oviedo se trabaja especialmente en temas de generación de energía, pensando en cambiar el modelo de producción y también en encontrar una vía de impulso económico para la región, que se verá especialmente afectada por el cierre de las minas de carbón a corto plazo. La eficiencia energética es también uno de los temas que está encima de la mesa.

-Uno de los objetivos del Clúster es consolidar a Asturias en un modelo económico de desarrollo sostenible. ¿En qué líneas básicas se está trabajando?
-Las líneas de investigación que se fomentan desde el Clúster son básicamente cinco: la generación de energía con fuentes renovables, el almacenamiento y el transporte de esa energía; y en otro ámbito, medio ambiente y cambio climático.
Asturias es una región con una gran tradición relacionada con la generación de energía, fundamentalmente con hidráulicas y con térmicas de carbón, porque tiene empresas que son grandes consumidoras. Este modelo ha generado un sector industrial bastante fuerte en el tema de ingenierías, y nosotros pretendemos aprovechar todo ese conocimiento y trasladarlo al sector de la generación de energía renovable, un ámbito que tiene un potencial de mercado muy interesante. En nuestro caso estamos muy interesados en el sector oceánico, en todas las energías que se puedan generar en el ámbito marino, que se dividen fundamentalmente en dos: la eólica y los convertidores oceánicos, que es aprovechar la energía del mar desde tres puntos de vista: las olas, las mareas y las corrientes. Evidentemente, estos sistemas van a nacer con unos conceptos de eficiencia mucho más elevados de lo que se estaba trabajando hasta ahora.
-¿Qué importancia tiene esto dentro del programa energético de la UE y cómo se sitúa Asturias en el panorama global?
-La planificación europea para el horizonte del año 2050 incluye una serie de acciones conducentes a conseguir un sistema energético bajo en carbono. Para conseguir este propósito se ha planificado un periodo de transición, con unos primeros hitos concretos para el año 2020, conocidos como el paquete 20/20/20. Basadas en conseguir seguridad en el suministro, competitividad y “descarbonización”, estas medidas pretenden concretamente reducir la emisión de gases de efecto invernadero un 20% respecto a los niveles de 1.990, aumentar la participación de las renovables hasta el 20 % del total del mix energético primario y reducir el consumo de energía un 20%.
Los avances conseguidos hasta ahora auguran que los dos primeros objetivos serán alcanzables si se mantienen las políticas de apoyo a la generación renovable y se estabiliza el marco legislativo. Sin embargo, en cuanto a la reducción de consumo, mediante la aplicación de medidas de eficiencia energética, no nos encontramos en la misma situación.
España en general y Asturias en particular no es ajena a esas tendencias que se registran en el resto de la Unión Europea. En el ámbito de la eficiencia energética hay mucho por recorrer todavía. La reducción de consumo se debe producir en tres ámbitos, el público (por ejemplo iluminación en infraestructuras públicas; edificios, túneles, autopistas, movilidad urbana…), el industrial y el doméstico. En este último, como ciudadanos, es en el que podemos jugar un papel más activo, y no estamos solos, por ejemplo la Fundación Asturiana de la Energía facilita ayudas como el conocido “plan renove de electrodomésticos” para que instalemos en nuestros hogares aparatos mucho más eficientes en el consumo energético, fabricados con componentes más cuidadosos con el medio ambiente en su ciclo de vida, una iniciativa que todos deberíamos de aprovechar…
“Las líneas de investigación son básicamente cinco: la generación de energía con fuentes renovables, el almacenamiento y el transporte de esa energía; y en otro ámbito, medio ambiente y cambio climático” -Sobre todo en temas de empresa, la eficiencia energética se plantea desde un punto de vista económico, pero el ecológico también supone un beneficio a tener en cuenta.
-Es lo que se llama acciones a coste cero. Poniendo un ejemplo doméstico, cambiar las ventanas de una casa cuesta dinero, pero luego lo ahorrarás en la factura de la calefacción al ser más eficaces desde el punto de vista térmico. Ese tipo de inversión es algo que cualquier empresa entiende muy bien: si puede cambiar una máquina por otra más eficiente, la cuenta enseguida resulta beneficiosa.
Y también está el punto de vista de los impactos medioambientales, ya que estas acciones reducen la emisión de gases de efecto invernadero, así que tienes eficiencia por dos lados: primero, porque contribuyes a una mejor calidad ambiental, tanto para tus empleados como para la sociedad en general; y segundo, porque las grandes empresas tienen sus cuotas de emisión, y reducirlas también tiene un efecto económico.
Se calcula que en 2050 la temperatura media del planeta podría crecer entre dos y cinco grados, y eso tendría una influencia directa sobre el PBI mundial, que podría oscilar en dos puntos: es una cantidad de dinero enorme. Así que ahora gastamos dinero en cambiar unos sistemas de generación y consumo de energía, pero a la larga va a ser más barato que no hacer nada. Y tendrás un ambiente más limpio, y estás generando actividad económica… Recuerdo una viñeta en la que se decía: “imagínate que todo esto del cambio climático al final no existiese y hubiésemos gastado un montón de dinero en tener un mundo mejor”.
-En Asturias se habla mucho del cambio del modelo productivo, de dejar atrás el carbón y abrir la puerta a otro tipo de energías. ¿De qué plazo estamos hablando?
-Ya se están viendo cosas. Al final las crisis económicas tienen esa parte buena de obligarte a mejorar continuamente los procesos, si quieres mantenerte competitivo. Las empresas en Asturias han ido cambiando de mentalidad y abriéndose a la internacionalización. Y desde el punto de vista de la eficiencia energética en otros países piden estándares de calidad y unos procedimientos que requieren un alto contenido de conocimiento. Nuestros productos tienen que ser especiales, singulares y de alta tecnología, y para eso hay que estar produciendo e innovando constantemente. Eso requiere de una investigación, de un trabajo conjunto entre las empresas y la universidad.
-Una relación tan fuerte entre universidad y empresa es relativamente reciente. ¿De qué manera se está potenciando?
-Quizá sea uno de los caballos de batalla más fuertes del Clúster. Nosotros nos movemos en un modelo de triple hélice: una es la administración, que tiene que hacer políticas decididas de apoyo a la investigación en los ámbitos de las energías renovables y el cuidado del medio ambiente. Otra es la empresa, que tiene que recibir el conocimiento que se genera en la universidad, que es la tercera. Para que esto tenga un movimiento continuo y armonioso, las tres tienen que tener un peso parecido. A la empresa por sí sola le va a costar mucho disponer de recursos y equipamientos científicos para poder desarrollar las ideas que necesitan, porque ellos conocen el mercado; sin embargo la universidad sí tiene esa capacidad, y esa colaboración es importante también para ella en estos tiempos de crisis. Además, la universidad tiene que estar cerca del entorno en el que vive, y en Asturias está muy vinculado a la generación de energía, al sector metal, minero, siderúrgico, así que la empresa tiene que encontrar en la universidad investigadores deseosos de colaborar con ellos en mejorar sus procesos, sus productos y servicios.

Eficiencia energética
Carlos Luengos. Director de Servicios de Eficiencia Energética de HC Energía.
Foto: Fusión Asturias

Carlos Luengos

Director de Servicios de Eficiencia Energética de HC Energía.

El principal suministrador de energía de Asturias tiene un contacto directo con los usuarios, y por tanto gran parte de la responsabilidad de introducir el concepto de eficiencia energética en los hogares asturianos. Se trata de un tema importante, tanto en generación como en distribución de energía, que en HC Energía se aborda desde distintos ángulos.

-El concepto de eficiencia energética suele aplicarse a empresas pero ¿cómo puede una empresa como HC Energía hacer llegar la importancia de este concepto al consumidor individual?
-Hay una parte fundamental que es la concienciación del consumidor, con una labor de divulgación. Somos conscientes de que es más difícil inculcar el concepto de eficiencia energética a los consumidores domésticos que a los industriales porque, aunque parezca una contradicción, en este momento la energía para un consumidor doméstico es barata, no es un gasto tan elevado o que preocupe tanto como para tomar decisiones drásticas dentro del hogar, salvo excepciones. Por otra parte, nosotros ofrecemos acciones concretas, como un servicio que combina un mantenimiento intensivo de los equipos con proyectos de sustitución y renovación.
-¿Se contemplan acciones para los edificios y comunidades de propietarios?
-Muchas veces pensamos solamente en la industria o en las grandes empresas, pero en realidad los grandes consumidores de energía de este país son los edificios, junto con los coches. Así que dentro del servicio a particulares, el apartado de instalaciones comunes de edificios tiene mucho recorrido. Hay veces en las que uno se centra mucho en la electricidad y realmente el mayor gasto de energía está en otra parte: las calderas o los equipos de calor, en función del tipo de edificio que sea, pueden consumir entre un sesenta y un noventa por ciento de la energía total. En este terreno nuestro trabajo consiste en analizar el comportamiento de un cliente y el equipamiento del que dispone, y después proponer mejoras con un proyecto a largo plazo. Esto nos permite establecer relaciones de fidelidad con el cliente, ya no solamente basadas en la venta de energía sino en el servicio.
“Los mayores consumidores de energía de este país no son las grandes empresas ni la industria, sino los edificios y los coches” -Sin embargo, efectivamente, las empresas se perciben como los grandes consumidores de energía.
-Es otro de nuestros grandes campos de trabajo. En estos momentos tenemos una cartera muy importante de clientes a los que estamos ofreciendo soluciones de gestión integral: instalamos el equipamiento, proporcionamos la materia prima y directamente suministramos el calor producido o la iluminación a nuestros clientes. Es algo que también hacemos en edificios y comunidades de propietarios, y está contribuyendo a mejorar la eficiencia de las instalaciones, además de facilitar mucho la vida a los clientes finales, que antes se tenían que preocupar de muchas más cosas, y ahora sólo se ocupan de disfrutar de un servicio y de amoldar su comportamiento a un consumo eficiente.
-Entre los proyectos del grupo EDP, al que pertenece HC Energía, se contempla de la eficiencia energética como una de las principales opciones compatibles con el uso sostenible de los recursos. ¿Cuál es la importancia de este concepto desde el punto de vista de la ecología?
-En este momento, la eficiencia energética es la herramienta que más contribuiría al cumplimiento de los objetivos medioambientales, por encima incluso de la planificación de las energías renovables. Para conseguir los objetivos del 20/20/20, con la eficiencia energética se podría contribuir prácticamente en un 40%. Además, muchas de las medidas de eficiencia que nosotros recomendamos a nuestros clientes están relacionadas con la instalación y el uso de energías renovables, así que está absolutamente relacionado con reducir el impacto ambiental de la utilización de la energía.

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