Cada vez más personas tienen en cuenta criterios de salubridad y respeto al medio ambiente a la hora de construir su vivienda. Aunque todavía es una tendencia minoritaria en Asturias, aumenta el número de personas preocupadas por provocar el menor impacto posible en el entorno que habitan.
Levantar una casa de forma respetuosa con el entorno y con la salud de las personas que la van a habitar. Elegir materiales biocompatibles. Gestionar la energía de forma inteligente. Se trata de una cuestión de principios. Ante la perspectiva de abordar la construcción de una vivienda, cada vez más personas en Europa se interesan por las técnicas y los modos de gestión más respetuosos con el medio ambiente y menos agresivos con el entorno.Alejandro Valdeón trabajó durante casi una década como artesano de la madera, fabricando muebles de estilo antiguo totalmente construidos y tallados a mano. Recientemente ha dejado aparte esa actividad para involucrarse de lleno en el mundo de la bioconstrucción, colaborando en la puesta en marcha de una empresa en Bimenes, la única de nuestra comunidad dedicada a este tema.
Las viviendas aprovechan las fuentes energéticas naturales, como el sol o la biomasa.
¿Dónde y con qué?
Antes de comenzar la construcción de una casa, según indica Alejandro, es conveniente hacer un estudio geobiológico del lugar para evitar las corrientes telúricas, los pasos de agua subterráneos o cualquier otro aspecto que pueda influir de alguna manera en la salud de sus futuros moradores. Seguidamente comienza la construcción. “Trabajamos con materiales que tanto en su proceso de elaboración como una vez utilizados sean lo más sanos posibles”. Y es que los materiales empleados ya desde el inicio de la obra marcan la diferencia. Se utiliza por ejemplo cemento blanco y sobre todo mortero de cal, el mismo que se usaba hace siglo; nunca cemento gris, elaborado a base de cenizas y que contiene químicos agresivos con el entorno. Como ladrillo se emplea el termobrick, termoarcilla o ladrillo multiperforado. Para las conducciones de agua nada de PVC, sino polipropileno. Los aislantes son de corcho, arena, o tableros de fibra de madera, sin formaldehídos. Finalmente las casas se recubren con cal hidráulica, usando antiguas técnicas de revestimiento que ayudan a que las paredes “respiren” a la vez que son impermeables.
Energía, cuanta menos mejor.
“Una casa debe hacerse de manera que consuma lo mínimo posible y que se mantenga caliente generando poco gasto -explica Alejandro Valdeón, socio de Unadecal SL-, por eso es fundamental un buen aislamiento que evite los puentes térmicos o pérdidas de calor”. Y aprovechar las fuentes energéticas naturales como el sol, que puede ser utilizado para calentar el agua o por medio de placas fotovoltaicas conseguir electricidad. Para calentar la casa, otra posibilidad es emplear calderas de biomasa, alimentadas por pellets, que proporcionan un buen rendimiento y a la vez utilizan un combustible renovable al estar fabricados con residuos forestales.
“La bioconstrucción es relativamente nueva en Asturias –comenta Alejandro Valdeón-, lleva poco más de una década y apenas hay quien se dedique a ello. Ahora está aumentando la demanda gracias a la gran cantidad de información disponible en internet y también al ‘boca a boca’ que es lo que mejor funciona. Nuestra empresa tiene su sede en Bimenes, pero llevamos años trabajando en Piloña, con excelentes resultados”.