Esta ovetense de 31 años ha ganado el Premio Ateneo Joven de Sevilla 2011 con La Calle La Luna, su segunda novela. A finales de octubre se publica el libro premiado de la mano de Algaida Ediciones, con un nuevo título: El Gran Juego.
-¿Cómo ha recibido el premio “Ateneo Joven de Sevilla”?
-Con muchísima sorpresa. Yo imaginaba que si me llamaban iba a dar saltos de alegría pero cuando me dijeron que había ganado dije “ah, vale”, y me quedé totalmente helada. Estos son premios que yo, como periodista, he estado siguiendo durante años, leyendo a los premiados, entrevistándolos, yendo a las presentaciones, así que convertirme en uno de ellos fue pasar al otro lado de la barrera. Además de que éste es el mejor premio que puede ganar ahora mismo un escritor joven porque tiene una difusión maravillosa, con una gira por quince ciudades con otros escritores, se publicita muchísimo en prensa y es un gran currículum.
-No es su único galardón: en 2004 ganó el IV Premio Tétrada Literaria de novela corta por la obra El precio del tiempo; y en 2009 se hizo con el IX Premio “Emilio Alarcos Llorach” con Los libros luciérnaga. ¿Siente algún cariño especial por alguno de estos premios?
-Yo los adoro a todos, pero digamos que con el Emilio Alarcos empezó mi carrera literaria, y además me lo dieron en Oviedo, así que en cierto modo fui profeta en mi tierra. Para mí fue como un sueño: la primera vez que publicaba una novela, el contacto con los lectores, las presentaciones, fue empezar a meter la patita en esa puerta que intento abrir, y que con este nuevo libro voy abriendo un poco más.
“Estoy retocando un libro de cuentos, y documentándome para otra novela, porque yo según acabo una empiezo otra, si es que no empiezo cinco a la vez…”
-¿Cree que los premios son una manera de incentivar a las jóvenes promesas?
-Por supuesto. Supongo que no es imposible que una persona desconocida entre en una editorial y consiga que le publiquen; pero desde luego ahora mismo es dificilísimo. Los premios son una forma de ganar visibilidad y una especie de garantía para el lector que, aunque no conoce tu nombre, sí reconoce el premio.
-Venda un poco la novela: ¿de qué trata?
-Soy fatal para vender nada, pero yo lo intento. Al principio la novela se tituló “El Gran Juego”, luego lo cambié por “La Calle La Luna” y ahora mis editores y yo hemos decidido volver al título original, que es como se publica en octubre. La historia es como una novela en blanco y negro, se desarrolla en los años sesenta en un bar de los antiguos, donde se hacían tertulias, se tomaba el café en vaso y venía todo tipo de gente. En un bar cabe de todo menos un niño, pero ahí crece la hija pequeña de los dueños, que tiene amistad con uno de los parroquianos, un anciano llamado Perotti. Cuando él muere le deja una herencia muy especial, que es el gran juego, un misterio que la niña tiene que desvelar.
-Después de esta novela, ¿qué está cocinando ahora en su marmita literaria?
-Yo siempre estoy cocinando algo, siempre. Estoy retocando un libro de cuentos, y documentándome para otra novela, que además será bastante distinta a lo que he hecho hasta ahora. Yo según acabo una empiezo otra, si es que no empiezo cinco a la vez…