Los últimos datos del INE, que son del pasado septiembre, indican que las pernoctaciones nacionales en turismo rural han aumentado un 3,98% con respecto al mismo periodo del año anterior. Asturias -junto a Cataluña y Castilla León- es el destino preferido por los viajeros españoles. Datos positivos para impulsar el turismo natural, que es posible aprovechar mejor siguiendo unas sencillas sugerencias.
- Pensar el objetivo que se persigue cuando se desean unas vacaciones en un ambiente rural. Si se quiere incluir un día de compras, el sitio elegido no debe estar muy lejos de un gran grupo de población. Para desconectar, no es necesario decidirse por un alojamiento con acceso a internet y televisión por satélite. Si se va en busca de actividades tradicionales, las vacaciones se pueden hacer coincidir con la matanza, el magosto, las fiestas de un pueblo, un filandón o similar. Para los amantes de la pesca o la caza, evidentemente hay que ir en temporada.
- Aunque la mayoría de los alojamientos disponen de wifi, es recomendable desconectar lo máximo posible de la vida y las dificultades cotidianas. Cuantas más costumbres se dejen atrás, más se disfrutará de la naturaleza y la compañía. Los entendidos aseguran que incluso llegan a aflorar aspectos personales que el sujeto desconoce, como descubrir que le encanta plantar en un huerto o pescar.
- En Asturias llueve. Hay que asumirlo, así que los planes deben incluir actividades para realizar en esos días, desde llevar lectura -si la casa no dispone de una pequeña biblioteca, que cada vez es más común- a visitar algún museo. Reservar, por tanto esos planes y en los días despejados elegir actividades o visitas al exterior.
- Las fechas navideñas comienzan a consolidarse como unas de las preferidas para el turismo rural, rompiendo la tradición de las celebraciones en casa. La novedad de reunir a la familia en un entorno diferente rompe la rutina, permite realizar otras actividades y lleva las fiestas a territorio neutral. También en Fin de Año empieza a ser habitual que los grupos de amigos se reúnan en una casa rural para disfrutar esa noche de una forma diferente.
- La gastronomía es un complemento inseparable del turismo rural. Además de los restaurantes con sus correspondientes estrellas o tenedores, en muchos alojamientos preparan la comida de la zona. Es una buena manera de probar lo característico de cada lugar, e incluso llegar a compartir recetas. Alrededor de una buena mesa, acompañados del calor de la chimenea y buena compañía, además se puede tomar una copa sin preocuparse por el regreso a casa.
- Para pasar unos días en el campo hay que llevar ropa acorde, entre la que no debe faltar en invierno un buen chubasquero, botas de agua y un forro polar o un plumífero. En verano, hay que acordarse de la crema solar, el sombrero y las gafas de sol. Son además muy útiles las guías de carreteras y turísticas, la cámara de fotos y unos prismáticos.