Los niños de Asturias saben perfectamente quién es, pues esta cantante avilesina ha conseguido convertir su espectáculo, El Show de Susana, en toda una institución. Sus canciones son la banda sonora de muchos hogares asturianos.
A los cinco años actuó por primera vez, en un festival benéfico: “Era tan pequeña que me dieron una muñeca de regalo”. A los diez compuso su primera canción, y en las fiestas familiares no faltaba el sonido de su voz acompañada de la guitarra. Susana Solís tiene claro que “llevaba la música dentro” y en cuanto tuvo ocasión orientó su vida profesional a este campo. Empezó haciéndole los coros a Rosa Mª Lobo, y poco a poco fue haciéndose un hueco hasta cantar sus propias canciones dentro del espectáculo. Más tarde formó el dúo Acuarela con Walter Suárez, cantautor argentino con el que comparte su vida y trayectoria profesional desde entonces. “Teníamos las mismas inquietudes musicales así que decidimos formar el dúo, actuábamos en muchísimos sitios con música en directo, de cantautor”.
“Tengo la satisfacción de saber que voy a ser un recuerdo feliz en la infancia de cualquier niño”
El giro hacia la música infantil llegó casi por casualidad. Ocurrió en un espectáculo en la localidad cántabra de Laredo: al primer pase de las ocho de la tarde acudieron muchos niños, así que Susana decidió incluir algunas canciones para ellos. Conocía muchas, pues durante un tiempo fue monitora en los “boy scouts”. La conexión fue total, sorprendente: “Estuvimos allí quince días y cada día venían más niños, había un imán”.
Tras tan inesperado éxito, Susana y Walter decidieron dar un giro en su línea músical, y así nació el Show de Susana, un espectáculo con el que han conseguido cotas como llenar dos veces, en el mismo día, las dos mil butacas del auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. La gran aportación del trabajo de Susana no es sólo el de una estrella infantil que ofrece diversión a los más pequeños: sus canciones tienen además una función pedagógica al tratar temas como la amistad, la higiene, el respeto al medio ambiente, la educación vial…
-Empezaste actuando con muy pocos medios en el Parque San Francisco y con el apoyo de tu público has logrado crearte un nombre.
-Sí, tengo el orgullo de que fue un trabajo de campo, que se hizo poco a poco. Al principio actuábamos en el suelo porque no teníamos escenario, pero venía mucha gente a vernos y fue el propio público el que reclamó que nos pusieran más altos, porque no nos veían. No soy un producto de marketing, sino algo que ha creado la gente. El boca a boca, el cariño de la gente, el apoyo de los padres es lo que ha hecho que yo esté ahí.
Muchos me dicen que es una pena, que debería trabajar a nivel nacional, pero yo me siento bien. Tengo la satisfacción de saber que voy a ser un recuerdo feliz en la infancia de cualquier niño, igual que yo recuerdo a los payasos, a Teresa Rabal o la serie “Con ocho basta” que veía todos los viernes cuando era pequeña.
“La mayor causa de mi éxito es que disfruto con lo que hago”
-¿En Asturias hay poca oferta cultural para los niños?
-La verdad es que sí y debería haber más gente en este campo. Yo soy tremendamente afortunada porque puedo trabajar en lo que me gusta y vivir de esto, pero es una pena porque hay muchísima gente vinculada al mundo infantil, que hace cosas maravillosas y que no puede vivir de ello porque no se les está apoyando. Lo infantil es un género que está considerado como de segunda categoría, pero los espectáculos son tan dignos como cualquier otro de adultos.
-Tienes un club infantil de amigos de Susana y gracias a internet estás en contacto con ellos. ¿Qué te aporta este contacto directo con tus fans?
-Lo que más me aporta es poder conocer lo que quieren, lo que les gusta, lo que necesitan, lo que piensan. No me ha quedado más remedio que meterme en Facebook, he tenido que adaptarme a las nuevas tecnologías. Me permite saber también si estoy en la misma sintonía con los padres, que lógicamente son los que más se ponen en contacto conmigo. Ellos me cuentan cosas que les pasan a sus hijos, y yo me involucro en la vida de cada uno de ellos, es una forma de estar cerca de la gente que siempre me apoya y a la que me quiero dirigir. En el club tienen un carné y con motivo de sus cumpleaños les mandamos una postal y les felicitamos, cuando sale un disco nuevo también son los primeros que se enteran.
-¿Se aprecian resultados en el aspecto didáctico de tu música?
-Yo no soy la apropiada para decirlo pero a través de la comunicación que tengo con los padres me dicen que las canciones les ayudan muchísimo a cosas como probar la sopa de verduras, la fruta, a recoger su habitación… Y yo encantada, claro.
“Es una pena porque en Asturias hay muchísima gente vinculada al mundo infantil, que hace cosas maravillosas y que no puede vivir de ello porque no se les está apoyando”
-Cantas para niños de muy diferentes edades ¿Quién es tu público objetivo?
-Realmente te puedes sorprender porque cada edad funciona por una cosa distinta y en cada etapa de la vida se quedan con diferentes aspectos del espectáculo. Los niños muy pequeños responden al estímulo de la música, son canciones con ritmo y enseguida se mueven, y también tienen una edad en la que les llama mucho la atención los personajes que llevo, la Vaca Lola, Pupo… Cuando ya se hacen más mayores las chicas son más fans que los chicos, porque se quieren identificar conmigo, con mis trenzas, con mi minifalda, con mis botas blancas de tacón, les gusta más la parte de vestuario, de princesa, o la parte del baile…
-¿Cuál es el secreto de tu éxito?
-Yo creo que reside en la parte pedagógica, y en ese sentido el esfuerzo para preparar canciones es cada vez mayor. Al principio es muy fácil hablar y enseñarles cuáles son las vocales, los días de la semana, contarles que no hay que desperdiciar el agua, que no hay que tener miedo al lobo o al coco .. pero llega un momento en el que para continuar con la línea pedagógica te queda poco que decir. Uno de los temas que más estoy recalcando en este último disco es la igualdad entre hombres y mujeres, entre niños de distintas razas o países, porque la sociedad ha cambiado y ahora los niños tienen que convivir con personas diferentes. Hay que adaptarse a los tiempos, en las letras y musicalmente.
Aunque probablemente, la mayor causa de mi éxito es que disfruto con lo que hago, me gustar estar con los niños, cuando termino la función salgo a hacerme fotos con ellos, a firmar autógrafos, a darles un beso, sé que para ellos es un momento muy importante y ellos perciben que me lo estoy pasando bien.
“Lo infantil es un género que está considerado como de segunda categoría, pero los espectáculos son tan dignos como cualquier otro de adultos”
-Tu vinculación con la infancia te lleva a colaborar con diferentes asociaciones benéficas, ¿en qué proyectos estás trabajando?
-Me siento lógicamente involucrada porque al final todas estas asociaciones benéficas traen detrás un drama, están tratando a niños con problemas. Colaboro con la Asociación Amigos del Sáhara, he podido conocer in situ la realidad del pueblo saharaui y los refugiados, y desde hace cinco años una niña de allí viene a pasar el verano conmigo. También estoy con la Fundación Ronald McDonald, este colectivo mantiene una casa en Barcelona para niños con enfermedades muy largas que obligan a familias con pocos recursos económicos a estar fuera de casa durante meses, o incluso años. Al estar juntas, las familias tienen un mayor apoyo psicológico y para los niños es buenísimo porque comparten sus problemas con otros niños; es una labor preciosa.
En otro aspecto distinto estoy trabajando con la Fundación Alimerka, he grabado un disco que habla de hábitos de alimentación saludable, haciendo una labor preventiva que intenta que los niños aprendan a comer.
-Aunque tú eres la estrella infantil, detrás de este show está el trabajo de todo un equipo y sobre todo, la labor de Walter Suárez. ¿Qué papel ha jugado en tu carrera?
-Cuando empecé en este mundo no estaba preparada musicalmente. Cuando conocí a Walter yo todavía afinaba la guitarra de oído, y él me enseñó muchas cosas. Es la persona que me acompaña en todo, en la parte musical, en los arreglos de todas las canciones, es un trabajo en conjunto. Yo soy la que suelta la canción, la melodía, la letra, pero es él quien le da forma a lo que yo hago. Es una pieza importantísima en mi carrera y en mi vida.