Los desempleados del Valle del Nalón han retomado la actividad de Adepaván, una asociación histórica ligada a las reivindicaciones sociales de la reconversión industrial, y que la crisis económica ha devuelto a la actualidad. Las movilizaciones vuelven este otoño con idénticos objetivos: dignidad, trabajo, justicia social.
La Asociación de Defensa de los Parados del Valle del Nalón nació a finales de los años ochenta a raíz de la reconversión industrial, que dejó un gravísimo rastro de desempleo en las cuencas mineras. Años después, y ante la situación de crisis económica, un colectivo de parados de la zona decidió recuperar el nombre y el espíritu reivindicativo para salir a la calle de nuevo. En eso ya hay tradición, recuerda Héctor Palacio, uno de los portavoces: «Este año se cumplieron veinte años del encierro de Barredos, con el que se intentó defender la minería y el futuro industrial de las cuencas; y también se cumplen sesenta años de la Huelgona del 62, por eso pensamos que es importante arrancar aquí con un colectivo de este tipo».
Actualmente en Asturias la cifra de parados ronda los cien mil, de los cuales unos quince mil se enmarcan en las cuencas mineras. Estas cifras no son estables, sino que crecen día a día, así como la factura económica, social y personal que ello supone. La indignación se va haciendo notar cada vez más. «Los políticos no trabajan para el pueblo sino para ellos mismos -protesta Luis López, otro de los portavoces de Adepaván-. No les importa dejar a la gente en la calle, trabajadores con muchos años en la empresa y el futuro consolidado. Y no digamos cómo está el empleo joven…». Desde el colectivo se ha mirado con inquietud la nueva reforma laboral, que facilita el despido, y que se ha dejado notar en diferentes Expedientes de Regulación de Empleo de empresas de la zona. «Tampoco es que sea algo nuevo: Duro Felguera lleva reduciendo plantilla desde mucho antes de esta reforma laboral, sin dejar de beneficiarse de subvenciones», puntualiza Héctor.
Adepaván ha mantenido una intensa actividad reivindicativa en los primeros meses del año y estudia más movilizaciones de cara a este otoño.
Llamada a la acción
Adepaván ha mantenido una intensa actividad reivindicativa en los primeros meses del año y estudia más movilizaciones de cara a este otoño, en protesta por su situación y por la cascada de recortes puestos en marcha por el gobierno. Una de las acciones más llamativas fueron los llamados «Lunes al sol», concentraciones frente al Ayuntamiento de Langreo.
Aunque cuentan con un importante respaldo popular, aún es poco a la vista de las graves situaciones que se están viviendo en la Cuenca. «Todavía es difícil conectar con la gente de la calle y hacerla sensible a nuestra situación», explica Héctor. Se achaca a que han pasado muchos años sin movilizaciones y se ha creado un cierto aislamiento que contrasta radicalmente con la solidaridad de antaño. Preocupan especialmente los jóvenes, uno de los colectivos que más acusa el desempleo y uno de los más desmotivados. «Los jóvenes no ven la dimensión de este problema -opina Luis-. Supongo que a determinadas edades no te das cuenta de cómo está la situación general, pero hay muchos que no consiguen su primer empleo, y no hemos sido capaces de movilizarlos, cuando todos juntos podríamos hacer más fuerza». En este proceso los padres serían un puntal importante: «antes de darles cincuenta euros a sus hijos porque no tienen trabajo, que les exijan acudir a las movilizaciones. Que les hagan saber que hay que luchar para conseguir las cosas».
Otra fuente de indignación es la mala gestión de los Fondos Mineros, cuyas consecuencias se viven aquí directamente. «Cuando se cerraron minas se prometieron muchas cosas, como ayudas a la reconversión, pero luego vemos cómo caen empresas como Venturo 21, Alas Aluminium y otras más. Con los Fondos se hicieron edificios que nunca se llegaron a estrenar, ¡y lo grave es que no pasa nada! Los responsables de esta gestión deberían estar como mínimo en Villabona», argumenta Luis.
No sólo hay que luchar contra los problemas sociales derivados del paro, sino contra sus efectos psicológicos.
No sólo hay que luchar contra los problemas sociales derivados del paro, sino contra sus efectos psicológicos. Uno de ellos es la resignación, que además en el Nalón viene derivada del fracaso de las últimas grandes movilizaciones, que terminaron con el cierre de importantes empresas de la zona. «La gente piensa que la lucha no es una opción. Desde la mayoría absoluta de la derecha están haciendo declaraciones subidas de todo: cuestionan el derecho de reunión, hablan de la violencia de las manifestaciones en la calle, de la reforma del código penal… tratan de crear un clima de miedo que hay que superar con información», opina Héctor Palacio.
Adepaván está dándose a conocer participando en movilizaciones y manifestaciones de distintos sectores, y organizando charlas informativas sobre los derechos de los parados. Colectivos locales como la Federación de Asociaciones de Vecinos del Nalón, la Asociación de Festejos de San Pedro de la Felguera, o la Asociación de Amas de Casa, entre otros, les han mostrado su apoyo. En septiembre, renovarán el calendario de movilizaciones, puesto que la situación requiere constancia y apoyo entre las distintas organizaciones. El camino por delante se presenta largo y duro; para el trayecto cuentan con una «hucha de resistencia», costeada a base de donaciones. De momento sirve para costear la labor de propaganda pero en un futuro puede ser heredera de las cajas de resistencia que ayudaban a soportar las huelgas o largos periodos sin trabajar, cubriendo las necesidades básicas de los socios.