El 8 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Calidad bajo el lema «Juntos hemos llegado». Entre una serie de actos preparados con este motivo, se entregan como todos los años los Sellos EFQM (European Foundation for Quality Management) a las empresas asturianas que han conseguido esta certificación de calidad.
Es la primera vez que Alberto Martínez Villa ejerce de presidente del Club Asturiano de Calidad en esta cita anual, ya que hace pocos meses que se renovó la junta directiva. Entre sus objetivos más inmediatos está abrir nuevos frentes de trabajo, relacionados entre otros con la innovación, la sostenibilidad y la internacionalización.
-Uno de los vectores fundamentales para este mandato es la reflexión estratégica de las acciones del Club. ¿Cuál es la importancia de este punto?
-Siempre tiene que haber un momento en el que una organización, una empresa o una persona en su ciclo vital, se pare y haga una reflexión sobre hacia dónde debe ir y cómo, qué caminos debe tomar y con qué compañeros de viaje. Entonces creo que el contexto actual invitaba a esa reflexión, en la cual se invitase a todos los agentes posibles a participar.
El Club no deja de ser una de las células más importantes del tejido productivo asturiano. Y es un buen observatorio, al fin y al cabo reúne a más de trescientas empresas, de todos los sectores y grados: micropymes, pymes, grandes empresas, multinacionales, de capital asturiano… Todo el conocimiento que seamos capaces de captar de aquí ayudará a esa reflexión y al Club, pero además puede ser beneficioso para el resto de la sociedad asturiana.
-El 8 de noviembre se entregan los sellos 200+, 300+ y 400+ a determinadas empresas asturianas, dentro del Proyecto Misión Empresas Excelentes, que va ya por su octava edición. ¿Qué balance hace de ésta con respecto a las ediciones anteriores?
-Este fue un proyecto pionero, impulsado por el Club y apoyado por el Gobierno del Principado y por muchas empresas. Y después de todos estos años el número de empresas que apuestan por esto sigue creciendo a pesar del esfuerzo que requiere. Parece que en periodos de crisis este tipo de situaciones deberían ir a menos o pararse, pero estamos viendo que aguantan y siguen creciendo.
-El número de certificaciones de calidad en Asturias es superior a la media nacional. ¿Cómo valora este dato?
-En Asturias, como en otros sitios de España, se lanzó una estrategia para que las empresas integrasen la calidad como parte de su cultura corporativa. Esa estrategia, que empezó hace más de diez años, ha ido poco a poco dando sus frutos, y el número de empresas certificadas en Asturias es altamente significativo con respecto a la media nacional.
La conclusión a la que siempre se llega es que cuando una región, un país, una nación, hace una apuesta a medio plazo por algo, eso da sus frutos. Lo que es negativo es hacer una apuesta hoy y cortarla mañana para empezar con otra cosa y a los dos años cambiarla por la siguiente… y eso a veces ocurre con demasiada frecuencia en la política empresarial de una región o un país.
Hay que tener altura de miras y mantener una política de estrecha colaboración entre las organizaciones. De esto se sale, y ése es al menos uno de los factores que influyen.
-¿Es lo que está ocurriendo ahora?
-Yo creo que la crisis ha cortado muchas situaciones, pero en términos generales me gustaría valorar esto: que cuando se hace una apuesta a medio/largo plazo, los resultados son evidentes. Se hizo con la calidad, se está haciendo con la excelencia, y hay otros terrenos en los que debería hacerse. Por ejemplo con la innovación, que necesita pasar de un punto de vista general, de seminarios de iniciación en los que se dice «la innovación es buena», a descender a terrenos prácticos y empezar a crear un proyecto donde las empresas la interioricen como parte de su cultura corporativa. Y también creo que debería hacerse en el terreno de la gestión medioambiental y la economía verde, porque el futuro está ahí.
-Este año ha cambiado la junta directiva del Club Asturiano de Calidad, y usted se ha incorporado como Presidente. ¿Qué supone un cargo como éste?
-Pues la verdad es que, más que un reto, es un acto de cierto heroísmo (risas). Hay ciertos momentos en los que las personas debemos dar un paso adelante y dedicar una parte de nuestra vida a «lo común», y más en estos momentos. Ya no hablo por mí, sino por muchas otras personas que lo están haciendo en asociaciones empresariales asturianas, y es un cierto sacrificio personal, por la presión a la que estamos sometidos, porque tenemos nuestras propias empresas que no podemos descuidar un solo minuto, así que todo el tiempo que estamos dedicando a actividades comunes lo estamos sacando de nuestro tiempo libre.
-De hecho, Asturias es una región con un alto nivel de asociacionismo en temas empresariales.
-Por eso también creo que en este momento hay que tener altura de miras y mantener una política de estrecha colaboración entre las organizaciones. De esto se sale, y al menos uno de los factores para ello es la capacidad de cooperar y de no estorbarnos unos a otros.
Más información: www.clubcalidad.com