Para los asturianos, cruzar el Puente de los Santos en dirección a la vecina Galicia es como hacer turismo en casa: la costa es casi la misma, el carácter nos es afín, y la gastronomía y las costumbres son muy similares; pero hay pequeñas diferencias que permiten mantener la sensación de estar haciendo turismo. Muy cerca de Asturias, el municipio gallego de Foz apura el verano con fiestas variadas; allí es habitual encontrar a muchos asturianos que buscan salir de la región sin plantear grandes desplazamientos.
Normalmente, el que acude a Foz viene buscando playa. Como es habitual en las zonas más turísticas, este pequeño municipio gallego duplica población en el verano. Es un turismo familiar y tranquilo, que durante los meses de buen tiempo llena de toallas y sombrillas las muchas playas de la zona: A Rapadoira, Llas, Peizás, Arealonga, Areoura… En la costa cantábrica, tan proclive a crear acantilados, no es habitual una concentración de arenales tan extensos y tan bien cuidados. La alta concentración de yodo de estas aguas posee además propiedades curativas, tanto que a principios del siglo XX los médicos de la zona empezaron a recomendar los baños para lesiones de traumatología y problemas de piel.
Ya desde tiempos antiguos se sabía aprovechar las características geográficas de la zona, que ofrecía un enorme potencial defensivo. Como muestra, vale visitar el castro de Fazouro, del siglo II, en excelente estado de conservación, situado en un promontorio costero. Es el más importante, pero no es la única muestra de cultura castrense de la zona; ni tampoco la edificación de más relevancia. En el concello se encuentra una de las iglesias más antiguas de España, de estilo prerrománico: la Basílica de San Martiño, que lógicamente está catalogada como Monumento Nacional.
Además de ir conociendo las diferentes localidades focenses, combinando en ellas el patrimonio histórico, religioso y etnográfico -es fácil ir encontrando hórreos, cruceros, lavaderos y otras muestras de arquitectura popular-, el entorno guarda también paisajes naturales que van cambiando a medida que uno se aleja de la costa. Los alrededores de los ríos Masma y Ouro y muy especialmente la ría de Foz, crean paisajes protegidos en un entorno típico de ribera. Por todo el concello se encuentran rutas de senderimo, áreas recreativas, y la posibilidad de diferentes actividades deportivas y de ocio como el surf, la pesca o el piragüismo. Sin olvidar las posibilidades que ofrece el puerto deportivo de Foz, donde recalan muchas embarcaciones de recreo.
A pie de calle
La villa de Foz funciona a modo de centro administrativo y de servicios, y aglutina gran parte de la vida comercial y de ocio de todo el concejo. El pequeño comercio está claramente profesionalizado y agrupado en una asociación, ACIA, que dinamiza cada época del año con diferentes acciones. La hostelería ofrece la posibilidad de probar la gastronomía típica, fiel muestra de la excelente cocina gallega, y la costumbre manda aprovechar la tarde para «salir de vinos» y aprovechar que en Foz la tapa que acompaña la bebida es tradicionalmente cortesía de la casa.
A pesar de que, como no podía ser menos, cada pueblo y parroquia tienen su propia fiesta, es aquí donde se celebran las citas más emblemáticas. Destacan por méritos propios las fiestas dedicadas a la Virgen del Carmen, con unas impresionantes alfombras florales que llenan las calles del barrio marinero. Los vecinos las preparan durante horas, para que pise sobre ellas la procesión que lleva a la patrona, y durante esos días las calles se llenan de color y de música, atracciones, actividades infantiles, fuegos artificiales, gastronomía…
El que se haya perdido el Carmen, que no desespere. Foz despide la temporada más turística con dos citas festivas: San Lorenzo, de Interés Turístico, y la Festa Normanda, un fin de semana de recreación histórica que a pesar de que lleva tan solo dos ediciones, reúne a miles de visitantes para cerrar el verano a lo grande.
I Feria de Muestras Multisectorial
Coincidiendo con su 25 aniversario, la Asociación de Comerciantes, Industriais e Autónomos de Foz (ACIA) convoca la I Feria de Muestras Multisectorial de Foz y A Mariña, que se celebrará en la explanada del puerto el fin de semana del 22 al 25 de agosto. En total se habilitarán más de 6.000 m2 para las empresas, comercios y servicios, que podrán mostrar su trabajo a los visitantes. Se trata de una ambiciosa iniciativa para dinamizar el verano focense, invitando a la gente a ver, probar y comprar, además de disfrutar de las muchas actividades paralelas que se están programando. En el exterior del recinto ferial también habrá gastronomía, música, zona infantil… en un intento de llegar a todos los públicos y sectores. Además, la Feria se completa con un Salón del Automóvil, en el que no sólo se podrán ver, sino probar varios de los vehículos expuestos.
Durante todo el año, ACIA organiza un completo calendario de actividades: cada mes hay jornadas gastronómicas de temporada, además de las clásicas campañas comerciales, aproximadamente seis al año. A esto se suman iniciativas puntuales que van surgiendo, como esta feria multisectorial, o la famosa Festa Normanda, cuya idea original nació de la asociación de comerciantes. Gracias al éxito de la primera edición, el Ayuntamiento asumió las labores organizativas.
Una fiesta que deslumbra
Además del Carmen, las Fiestas de San Lorenzo son uno de los platos fuertes del verano focense. En torno al 10 de agosto se prepara un calendario de actividades para todos los públicos, en el que no pueden faltar los tradicionales fuegos artificiales en la playa de A Rapadoira.
La Asociación Sempre Foz es la encargada de coordinar el programa de fiestas, tanto de San Lorenzo como del Carmen. Es el segundo año que desarrollan esta labor y, así como con las fiestas del Carmen consiguieron un éxito fielmente reflejado en la prensa, en esta ocasión esperan contar también con la aprobación de los asistentes. Para ello han programado conciertos como el de Iguana Tango el día 9, verbenas con diferentes orquestas (Samba, Venecia, América SL y el Grupo Fénix), además de actividades infantiles o el ya clásico festival de la Agrupación Folclórica O Feitizo.
El esquema del día grande, San Lorenzo, es el mismo todos los años, e incluye una misa cantada y una procesión con el santo. La noche se corona con un espectáculo piromusical y acuático, que atrae a miles de personas y ya es un clásico de las fiestas focenses. Es una combinación de fuegos artificiales de luces, que se tiran en Foz desde tiempos inmemoriales y forman parte inherente del programa de estas fechas. Los acuáticos se empezaron a tirar sobre 1957, con tanto éxito que enseguida se incorporaron a la tradición. Antes se celebraban en el puerto, pero la afluencia masiva de público hizo que se trasladaran a la playa de A Rapadoira, entre el Paseo de Laredo y el mar.
Fuera del programa de fiestas, la propuesta cultural de agosto se completa con una Semana de Teatro al Aire Libre, del 19 al 24.
20 años de música
Este agosto se celebra el veinte aniversario del primer concierto de la Banda de Música de Foz. Para ello se ha programado una gala especial, donde tocarán muchos de los primeros integrantes de esta formación. También Arcadio Mon, el actual presidente de la Banda, recupera la batuta para dirigir en este día, en lo que promete ser una cita absolutamente entrañable.
-¿Cómo va a ser este concierto?
-Se va a celebrar el 9 de agosto a las ocho y media de la tarde, dentro de las fiestas patronales. Va a ser muy especial, porque hay gente que ya no está en la Banda pero va a hacer el esfuerzo de venir a a tocar ese día, y además vamos a recuperar varias obras del repertorio original. Yo mismo fui el director durante unos catorce años, aunque luego lo dejé por motivos personales, pero en esta ocasión también voy a dirigir.
-Veinte años al frente de una formación como ésta -ya sea como director o como presidente- tiene su mérito.
-No sé si tiene mérito, pero sí sé que es muy sacrificado. Aparte del trabajo musical, hay que ser un poco «psicólogo», comprender las circunstancias de la gente… hay que pensar que nadie cobra nada por venir a tocar. Desde luego compensa, y yo me siento muy querido por la gente en este terreno, pero llevo muchos años, y hay que ir pensando en dar paso a la juventud.
-¿Cómo ha ido evolucionando la Banda?
-Ahora tiene otro estilo y otra forma musical. Nosotros al principio teníamos unas carencias que ahora no hay, empezábamos de cero o como mucho veníamos de orquestas, que es una forma de tocar completamente distinta. Ahora la gente está más preparada, aunque también más ocupada, hay muchas más cosas que antes no teníamos, así que a veces es complicado motivar a los más jóvenes. Pero también hay mucha gente que pone aquí su trabajo y su ilusión, así que yo creo que la Banda está consolidada y puede continuar durante mucho tiempo.
-¿Qué supone para Foz tener una banda de música?
-Aunque siempre hay de todo, la mayoría de la gente lo valora mucho. Foz es un sitio pequeño, sin demasiada tradición musical, así que yo creo que es un lujo tener una banda de música. Además, más o menos a la vez que la banda se empezó también con la Escuela de Música, y se ha ido creando una afición y una cantera, con el tiempo se han creado más grupos, tenemos un pequeño coro… la música ha ido arraigando en el pueblo.
Viaje al pasado
Una vez al año, los vikingos toman las costas de Foz. O eso intentan, ya que los aguerridos focenses resisten la invasión y convierten la batalla en una fiesta que ya se está haciendo famosa. Es la Festa Normanda.
David López es uno de los responsables de Taranis, empresa de recreación histórica que colabora en la organización de la fiesta, junto al Concello de Foz y varias asociaciones locales. Se trata de un evento de altísima implicación por parte de los focenses: ésa es su mayor fuerza y el secreto de su éxito.
-¿Cuál es el transfondo histórico de la Festa Normanda?
-En realidad se trata de algo que se celebra en Foz desde hace más de cuatrocientos años, que consistía en una pequeña ceremonia en la ermita de San Martiño. Se conmemora la leyenda de cómo Foz resistió una invasión vikinga, que cuenta que gracias a los rezos del Obispo Santo se desata una tormenta terrible; y por cada avemaría se hundía un barco enemigo. Lo cierto es que está constatado que en algún momento hubo aquí una gran tormenta que hundió una flota vikinga, el trasfondo histórico es real.
-Es una fiesta bastante reciente, ¿cómo surge?
-Aprovechando esta celebración hace dos años -ésta va a ser la tercera edición-, se quiso impulsar esta fiesta por iniciativa de la ACIA de Foz, Asociación de Comerciantes, Industriales y Autónomos. Fue algo bastante improvisado, pero tuvo tanto éxito que se decidió continuar, y el Concello se hizo cargo de la organización. No es que exista una comisión de la fiesta como tal, pero sí que hay reuniones periódicas entre los diferentes implicados. Concretamente a nosotros nos contrataron el primer año como grupo de animación, y desde entonces asesoramos en todo el tema de la recreación histórica.
-¿Ha sido difícil recrear esa época?
-Lo que se ha intentado es dotar a la fiesta de un contenido real, huir del «todo vale», aunque sin perder la parte lúdica. Y se ha trabajado mucho la ambientación y la recreación: hemos dado charlas a los vecinos, hay un grupo en Facebook y una página web donde la gente puede acceder a patrones, fotografías… Buscamos huir de la imagen del vikingo con cuernos, que no tiene nada de realista. Y hemos visto que la gente se ha currado muchísimo su ropa, tanto la de focense como la de vikingo, y entre todos se ha creado una fiesta única.
-¿Sería esto posible sin la implicación de la gente de Foz?
-No. Por ejemplo, cuando escenificamos el desembarco en la playa, somos cuarenta especialistas contra cientos de personas que no lo son, pero que han venido a ensayar, se han preocupado de la ropa, de la teatralización, etc. Muchos comercios se caracterizan de época, los pescadores preparan las barcas a modo de drakkar, hay gente que incluso deja de participar en la propia fiesta para ocuparse de coordinar las actividades… Sin ese esfuerzo colectivo, la fiesta sería bastante diferente.