La literatura erótica gana público en todo el mundo. En Asturias, desde que Pedro de Silva ganara el premio de La Sonrisa Vertical con la obra Kurt K, presentada bajo pseudónimo, se han producido algunas obras más, no muy numerosas, que se adentran en este territorio. Hoy se habla de un auge del género en todo el mundo, a rebufo de la trilogía Cincuenta sombras de Grey, que copó las listas de ventas el pasado año y que ha revolucionado los indicadores de tendencias globales hasta convertirse en un fenómeno sociológico.
No hay una gran tradición en Asturias en el terreno de la novela erótica. No obstante, hay buenos ejemplos. Uno de los autores que se adentró en su día en este territorio, Manuel Herrero Montoto, autor de Omara la trapecista (Septem Ediciones), piensa que internet es la clave del auge de este fenómeno.
-Con la que está cayendo ¿es un buen momento para hablar de literatura erótica?
-La literatura de evasión erótica, una literatura que nos entretenga, siempre debe de estar presente porque es una forma de mirar en los márgenes la realidad. De alguna manera nos hace distraer la atención de los problemas cotidianos, alegra el espíritu, nos desvía de la rutina y del tedio. Así que está presente siempre y cumple una función, pero dentro de un marco más amplio, donde debe dejar prioridad a los análisis, a la narrativa, al ensayo, a la poesía, a aquello que ponga el dedo en la llaga de lo que estamos padeciendo.
-La literatura erótica vive un momento álgido después de Cincuenta sombras de Grey. ¿Qué le sugiere este fenómeno literario?
-Yo no tuve tiempo, y no sé si decir ganas, de leerlo. Me asustan tantos volúmenes. Así que de la obra no puedo decir más que lo que se sabe: que la ha leído muchísima gente, sobre todo público femenino. Más que fenómeno literario yo lo veo como un fenómeno de internet, y creo que es así porque en este caso la discreción es el éxito de la obra. Que se pueda comprar sin tener que ir a una librería y que te vean con el libro debajo del brazo es un factor importante. El acierto de esta novela es haber aprovechado la capacidad que tiene hoy en día la red para ocultar.
-¿Las mujeres se están haciendo un sitio en este mercado?
-Posiblemente nos sorprenderíamos si pudiéramos hacer una encuesta retrospectiva desde mediados del siglo XX (cuando yo nací) hasta ahora. No me creo que ahora haya un boom. Creo que muchos libros que los varones guardábamos en un sitio escondido, los leía el hijo travieso pero también la madre que no pasaba de puntillas. Lo que ahora sí existe es internet, que permite el acceso discreto a la literatura erótica y pornográfica.
-Omara la trapecista toca el tema de la sexualidad de la generación que nació en los años 50. ¿Cómo influyeron las circunstancias: el franquismo, iglesia, transición…?
-El libro fue una revancha en contra de una norma extraordinariamente rígida diseñada por la Iglesia de la época, que nos tenía encorsetados en muchos aspectos, uno de ellos el sexual. Y ese encorsetamiento nos marca. Y como cuando te prohíben algo, más interés tienes por el objeto prohibido.