Prevención en femenino

Los riesgos laborales a los que suelen estar expuestas las mujeres trabajadoras son, en muchas ocasiones, diferentes a los de los hombres. Desde el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales también contemplan la perspectiva de género en sus acciones y proyectos.

Cuando se habla de la salud laboral de las mujeres se tiende a pensar básicamente en la salud reproductiva y en las medidas a tomar dirigidas a la protección del embarazo y la lactancia. Sin embargo, los análisis más recientes van más allá e introducen la perspectiva de género en una metodología que señala las diferencias y situaciones de desigualdad y discriminación en todos los ámbitos de decisión. Es, en definitiva, un instrumento para construir la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. En este sentido, el pasado agosto se realizó en el IAPRL una jornada sobre Maternidad y Condiciones Ergonómicas de los Puestos de Trabajo.
Tanto desde el IAPRL como desde otros institutos nacionales se han llevado a cabo distintos estudios que contemplan los riesgos laborales específicos en las mujeres. Destaca por ejemplo la Guía de la Vigilancia de la Salud en el Sector Pesquero, que cuenta con apartados referidos a la mujer. Especialmente en la segunda parte se incluyen una serie de actividades en las que esta presencia es predominante, con el objetivo añadido de impulsar y orientar la vigilancia de la salud durante los periodos de embarazo, parto reciente y lactancia en relación con sus condiciones de trabajo.

Desde una perspectiva de género, la Prevención de Riesgos Laborales es, en definitiva,un instrumento para construir la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Aquí se refleja, por ejemplo, la problemática relativa a las mariscadoras a pie, por inmersión o en la captura del percebe, las rederas de altura y bajura y las dedicadas a la manipulación y transporte en puerto. Se trata de colectivos formados mayoritariamente por trabajadoras autónomas, que adolecen de organización y participación, con escasa presencia en los órganos de representación, además de tener generalmente un pobre reconocimiento profesional y un fuerte intrusismo en el sector. Todo ello dificulta la identificación de las enfermedades profesionales en relación a los riesgos de su actividad laboral, en particular los derivados de la carga física asociada al trabajo: posturas forzadas y mantenidas en el tiempo, manipulación de cargas y aplicación de fuerzas, a los que se suman condiciones climáticas adversas. En las estadísticas de siniestralidad laboral no se desglosan los datos de estas actividades, entorpeciendo su conocimiento, lo que complica la prevención y dificulta el acceso a las prestaciones relativas a la enfermedad profesional o las derivadas del riesgo por embarazo, entre otras. En la actualidad, estos temas forman parte de las reivindicaciones expresadas por estos colectivos.