Inspirada por el carácter pujante de la energía de biomasa, la ingeniera asturiana Sandra Sánchez García estudia la potencialidad del uso de biomasa en Asturias con una perspectiva orientada a planificar de forma integral el aprovechamiento de esta energía limpia, lo que la ha llevado a centros de investigación suecos en tres ocasiones. «Me motiva pensar que estoy invirtiendo tiempo en sentar la base para que un recurso disponible a nuestro alrededor se utilice de forma óptima para producir energía limpia», aclara al inicio de esta entrevista.
-Hace unas semanas ha vuelto de un centro de investigación sueco especializado en el aprovechamiento forestal, ¿qué peso tiene allí la energía de biomasa?
-En Suecia la biomasa es la principal fuente de energía, con más del 30% del mix energético del país, y eso se nota en muchos aspectos. Por ejemplo, en una superficie en la que nosotros podemos tener tres puntos de consumo de biomasa ellos tienen 70. Incluso a mis compañeros del centro de investigación Skogforsk les costaba entender la situación que tenemos aquí cuando les mostraba nuestros mapas y les explicaba las carencias que hay en cuanto a falta de información a la hora de planificar el consumo y la producción de biomasa.
-¿A qué tipo de carencia se refiere?
-Por ejemplo, en Suecia hace años que disponen de ecuaciones de rendimientos y costes de aprovechamiento para cada máquina en distintas situaciones, algo que en los últimos años estamos abordando explícitamente para el tipo de explotación maderera que se hace en Asturias. Tampoco disponemos de las pistas forestales digitalizadas, lo cual también nos limita considerablemente. Además, son grandes conocedores de los recorridos que siguen los camiones de transporte de biomasa, y esto les permite minimizar los costes de transporte y con ello el coste de esa cadena de suministro. También hay que tener en cuenta las enormes extensiones de bosque escandinavo y la fortaleza de la industria maderera que tienen, lo que influye en el avance de la investigación en este campo.
«El aprovechamiento de la biomasa aseguraría la demanda actual y favorecería la prevención de incendios forestales»
-Entonces habrá mucho por hacer… ¿Por dónde empezar?
-Ya hemos empezado. Como parte substancial de mi tesis doctoral, junto con mis compañeros del CETEMAS (Centro Tecnológico y Forestal de la Madera), se han recopilado múltiples datos que hemos integrado en una herramienta de planificación de proyectos bioenergéticos. Para ponerla a punto hemos trabajado en base a los Sistemas de Información Geográfica (SIG) siguiendo la metodología WISDOM y recogiendo información de aspectos clave relativos a la oferta y la demanda de la biomasa en Asturias, con lo que tenemos un sistema que nos permite abordar de forma integral la biomasa forestal en la región. Esta herramienta está diseñada para que sea totalmente flexible y poder introducir en ella toda la información nueva que se vaya generando.
-¿Qué información concreta puede aportar este sistema?
-Como información de salida tendríamos una gran diversidad de datos de interés tanto a nivel cuantitativo como cualitativo de la biomasa forestal residual procedente de áreas forestales, no forestales y de la biomasa generada como residuos en aserraderos y la industria del mueble. También se generan datos espaciales como resultado del balance entre oferta y demanda en el sector residencial e industrial. Además, puede servir para tomar decisiones estratégicas en el campo bioenergético, como cuál es la ubicación idónea para instalar una nueva caldera de biomasa, asegurando el suministro anual de biomasa y considerando como fuente del recurso a dónde se puede ir a buscar esa biomasa (radios pequeños de abastecimiento a escala local o municipal) o de mayor envergadura, a escala regional. Por otro lado también se puede determinar cuál es la maquinaria más adecuada para explotar una determinada zona y cómo reducir los costes de producción.
-Parece información de gran relevancia, al menos en lo relativo al uso y rentabilidad de esta energía renovable.
-Así es. Pretendemos que sirva para facilitar la toma de decisiones y planificar proyectos bioenergéticos concretos en Asturias que contribuyan a cumplir el PANER (Plan de Acción Nacional en materia de Energías Renovables).
«Los maderistas recorren grandes distancias, así que optimizar las rutas de transporte supone una gran diferencia en cuanto a los costes de producción, y más en una región accidentada como la nuestra»
-Antes ha mencionado la orografía asturiana como una de las dificultades para el aprovechamiento de la energía de biomasa. ¿En qué medida puede ayudar la herramienta que ha desarrollado?
-A la hora de generar resultados con este sistema, se pueden efectuar diferentes filtros en función de la accesibilidad física y legal. Es decir, además de calcular la biomasa potencial, también se puede conocer la biomasa accesible físicamente teniendo en cuenta la pendiente, la red de carreteras y los núcleos urbanos y la biomasa accesible física y legalmente, añadiendo a las consideraciones anteriores las restricciones relacionadas con algún tipo de protección especial. Además esta gran base de datos permite dar soporte a temas relacionados con la logística forestal y concretamente con la logística de transporte. A priori puede parecer sencillo definir cómo ir de un punto a otro por la vía más corta, pero los maderistas tienen múltiples puntos de explotación y recorren grandes distancias cada semana, así que optimizar las rutas de transporte supone una gran diferencia en cuanto a los costes de producción, y más en una región accidentada como la nuestra. Ahora mismo estoy haciendo simulaciones mediante análisis de redes, y de hecho me centro en la fase de transporte para disminuir los costes de la logística.
-¿Aprovechar la biomasa forestal implicaría establecer cultivos energéticos?
-Sería una alternativa con un gran potencial, pero que actualmente en Asturias se encuentra en fase experimental, por lo que este estudio se centra exclusivamente en el uso de la biomasa forestal residual existente en nuestro territorio y susceptible de ser aprovechada energéticamente.
-¿Hasta qué punto está garantizado el suministro de biomasa producida en Asturias ante la posibilidad del aumento de demanda de biomasa?
-El balance entre la oferta y la demanda de biomasa en Asturias es positivo, teniendo en cuenta la dimensión espacial y la accesibilidad física y legal. Hay que tener en cuenta que la biomasa potencial en el Principado incluye a especies diversas, como el pino, el eucalipto o el castaño. Y su aprovechamiento eficaz, con los correspondientes tratamientos selvícolas en el tiempo que aseguren la sostenibilidad del bosque, podría asegurar la actual demanda de biomasa, al mismo tiempo que favorecería la prevención de incendios forestales al extraer del monte los restos que no se utilizan en aprovechamientos madereros.Sandra Sánchez García (Pola de Laviana, 1984) estudió ingeniería técnica forestal en la Universidad de Oviedo. Tras cursar el grado superior de Ingeniería de Montes en la Universidad de Santiago de Compostela, volvió a Asturias para iniciar su carrera investigadora en el CETEMAS (Centro Tecnológico y Forestal de la Madera), para lo que ha recibido una beca «Severo Ochoa» del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación del Principado (PCTI), que gestiona FICYT. En el marco de esta ayuda ha investigado en dos ocasiones en la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia, en Ümea y una, la más reciente, en el Centro de Investigación forestal Skogforsk, en Uppsala (Suecia).