La tradición industrial es mucha, y las ventajas también. La privilegiada situación geográfica de Mieres, las buenas comunicaciones y la existencias de varios polígonos de promoción municipal, hace que ésta sea una de las zonas que mantiene una actividad estable. Mieres es una villa residencial y de servicios para la comarca, pero también ejerce de corazón económico de una zona directamente afectada por la crisis de la minería, y que busca necesariamente nuevas vías de desarrollo.
Las comunicaciones son uno de los factores que más valoran los empresarios a la hora de decidirse por una ubicación frente a otra, y precisamente en eso Mieres tiene mucho que aportar. Al estar situada junto a la autovía que comunica Asturias con la meseta, desde la propia carretera ya se avistan gran parte de las áreas industriales del concejo; además, la conocida como Autovía Minera (AS-I) conecta directamente con Gijón y el puerto del Musel, mientras que el acceso a la Y es rápido y sencillo, permitiendo el viaje a las principales ciudades asturianas y al aeropuerto sin molestias.
Es éste uno de los puntos fuertes de Mieres, el motivo por el que grandes multinacionales lo han escogido para poner en marcha diferentes sedes y plantas que aportan movimiento, empleo y riqueza. Del mismo modo, el tejido empresarial de pymes es amplio y diverso, y en los últimos tiempos se ha convertido en uno de los puntales económicos fundamentales del concejo, que ha sufrido la crisis de forma evidente.
En Mieres existen siete zonas industriales delimitadas: Loredo, Gonzalín, Fábrica de Mieres, la Cuadriella, Sovilla, Vega de Baíña y Vega de Arriba, más algunos proyectos que de momento no han visto la luz. Aunque cada uno cuenta con sus características particulares, todos son de promoción municipal, y es el Ayuntamiento el que se ocupa de proveer de los servicios necesarios.
Según su cercanía a las superficies más habitadas, en estas áreas industriales se encuentran factorías puramente industriales, empresas tecnológicas o centradas en la exportación, pero también pequeños negocios orientados al servicio local: talleres mecánicos, superficies comerciales y, curiosamente, varias de las gasolineras más baratas de Asturias.
Vega de Arriba. Como en casa
Se encuentra cerca del Pozo Barredo, referencia minera en Mieres, en la zona de expansión de la villa hacia Santullano. Con una superficie de casi ciento cincuenta mil metros cuadrados brutos, alberga una treintena de empresas, la mayoría de ellas dedicadas al sector servicios y comercio, con presencia de otras dedicadas a actividades metal-mecánicas, materiales no metálicos y agroalimentarias.
Se trata de un polígono veterano, cuya urbanización tuvo lugar en los primeros años de la década de los 70. A pesar de su larga trayectoria, el polígono de Vega de Arriba no cuenta con una asociación de empresarios constituida formalmente, como tienen por ejemplo Gonzalín y Baíña.
Las asociaciones de empresarios suelen ser hijas de la necesidad, pero en este caso al tener todos los servicios básicos cubiertos, los propios empresarios de Vega de Arriba no han sentido el impulso de organizarse conjuntamente.
Para María Fernández Sánchez, coordinadora de la Federación de Polígonos Industriales de Asturias, esta carencia se explica por su cercanía a la zona más urbana, motivo por el cual el polígono «recibe directamente todos los servicios municipales: servicio de limpieza, agua, saneamiento, alumbrado, recogida de basuras, autobús, etc. También influye que tienen el centro comercial Caudalia, de modo que en la práctica son tratados como una parte más de Mieres, y no tanto como un polígono». Las asociaciones de empresarios suelen ser hijas de la necesidad, pero en este caso al tener todos los servicios básicos cubiertos, los propios empresarios de Vega de Arriba no han sentido el impulso de organizarse conjuntamente, «y para estar en APIA es necesario figurar como asociación, comunidad de propietarios o entidad de conservación. No obstante esporádicamente tenemos contacto, ya que hay empresarios que nos llaman cuando necesitan información o asesoramiento para resolver algún tema concreto»
En Mieres existe un apoyo sólido para la creación de empresas: es el centro ubicado en el Polígono de Vega de Arriba, cuya actividad se inscribe dentro del programa de fomento de la actividad empresarial que desarrolla SODECO. Supone un importante impulso para la actividad empresarial, puesto que su objetivo es dar oxígeno al tejido empresarial de la cuenca del Caudal mediante actuaciones directas. El centro dispone de zonas distintas pero conectadas entre sí, dedicadas a actividades administrativas, industriales y servicios comunes. En total, 5.000 metros cuadrados divididos en distintos espacios. La zona destinada a oficinas, para albergar empresas de servicios, tiene una veintena de despachos disponibles. Además, hay un área de gerencia y administración, con servicios comunes para los usuarios como recepción, sala de espera, de reuniones, archivo, etc. En una de sus salas se ubica el Centro SAT, que desde su creación ofrece asesoramiento tecnológico a las PYMES para ayudarlas en la implantación y optimización del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), hoy en día imprescindibles para garantizar su competitividad.
Gonzalín. Actividad constante
El polígono de Gonzalín es un caso similar al de Vega de Arriba: muy cerca de la zona urbana y por tanto dotado de todos los servicios, que en este caso incluyen la estación de tren. Además, su situación en la orilla izquierda del río Caudal aporta un paisaje atractivo y la peculiaridad de contar con una senda peatonal muy transitada, de modo que muchos mierenses aprovechan esta zona para dar un paseo, o se acercan caminando a hacer alguna compra. «Aún con esta característica particular, Gonzalín es un área totalmente empresarial, ya no tanto industrial, porque esa faceta se va perdiendo con el tiempo», valora María Fernández, coordinadora de APIA. Tan integrado está en la vida cotidiana de la villa que hay varios restaurantes, lo que supone que el movimiento de gente no decaiga ni siquiera los fines de semana, cuando cierran las empresas. También hay una gasolinera abierta veinticuatro horas, y unas instalaciones deportivas para jugar al pádel, que han aumentado la afición por este deporte y lógicamente también el ajetreo de gente.
Según datos de APIA, las actividades más representativas atendiendo al número de empresas son los servicios generales, comercio y alquiler. También tienen presencia el sector metal-mecánico, los servicios de transporte, distribución y logística, madera y mueble y materiales no metálicos, además de actividades especializadas de la construcción y las relativas a hostelería y ocio. En total 19 empresas, que generan 224 empleos directos. La superficie total del polígono ronda los 65.000 metros cuadrados, de los cuales más de 49.000 se dedican a superficie industrial. El resto son los viales, que se usan también como espacio de aparcamiento.
Gonzalín ha ido adaptándose a los tiempos y a las necesidades del mercado, optando por un perfil de servicios y pymes, siempre en contacto con el exterior y con el comercio local, convirtiéndose en cierto modo en un barrio más de Mieres.
Para que se mantenga todo este movimiento es necesario que los servicios funcionen de forma correcta. «Alumbrado, viales, agua, recogida de basuras, limpieza… todo son servicios que presta el Ayuntamiento, que incluso ha realizado algunas inversiones, mejorando el alumbrado, colocando señalización y badenes para reducir la velocidad, arbolado, etc», explica María Fernández. Por ejemplo, recientemente Gonzalín se ha visto incluido en un plan municipal de señalización de polígonos industriales, que incluye además a Vega de Arriba, Fábrica de Mieres y Sovilla. El objetivo es mejorar y pintar la señalización de los aparcamientos, con un presupuesto de 13.200 euros. Con iniciativas de este tipo, y a pesar de que éste es uno de los polígonos más antiguos del concejo, las infraestructuras y el mantenimiento son correctos y la actividad empresarial se desarrolla sin grandes complicaciones.
Para velar por el buen funcionamiento diario, y para plantear nuevas acciones que beneficien al conjunto, Gonzalín tiene una asociación de empresarios activa desde hace años, que actualmente está pasando por una fase de renovación, ya que están cambiando los cargos de la junta directiva.
Con cuatro décadas de historia, -las primeras empresas comenzaron a establecerse aquí en los años setenta-, Gonzalín ha ido adaptándose a los tiempos y a las necesidades del mercado, optando por un perfil de servicios y pymes, siempre en contacto con el exterior, gracias a su enlace directo con la A-66, y también con el comercio local, convirtiéndose en cierto modo en un barrio más de Mieres. Ambas facetas se complementan para dibujar una superficie estable y con proyección de futuro.
Baíña prepara una entidad de conservación
A diferencia de Vega de Arriba y Gonzalín, que se encuentran cerca de las zonas residenciales, Baíña está algo más alejado del núcleo urbano, situado en la Vega del mismo nombre y delimitado por la vía de Renfe y la depuradora del Caudal. Se accede desde la A-66, por lo que las conexiones son excelentes. A cambio, los servicios públicos son más irregulares y el mantenimiento se convierte en algo más complicado, ya que no ha habido inversiones recientes y el Ayuntamiento se ocupa de cuestiones básicas como el abastecimiento de agua, saneamiento, alumbrado y recogida de basuras.
Para solucionar esta situación y mejorar el mantenimiento se está trabajando en la constitución de una entidad de conservación, de manera que las propias empresas afectadas sean las responsables de gestionar directamente otras necesidades, como mantenimiento de viales, organización de los servicios, cuidado de las zonas verdes, posiblemente seguridad, etc. Dejando la gestión en manos de esta entidad, el Ayuntamiento simplemente correría con una parte de los gastos generados.
La puesta en marcha de una entidad de conservación en el polígono de Baíña lleva ya años en proyecto, pero parece que ahora se le está dando un impulso definitivo.
La puesta en marcha de esta entidad de conservación lleva ya años en proyecto, pero parece que ahora se le está dando un impulso definitivo. «Cuando se creó Baíña, ya en el proyecto de urbanización estaba prevista la creación de una entidad de conservación -explica María Fernández-. Se trata de un sistema de gestión mixto entre Ayuntamiento y propietarios, que supondría poder llevar buen término esas cuestiones que ahora mismo no se resuelven, tales como una grieta en la acera, una reparación, etc.; básicamente el mantenimiento del día a día de un área urbanizada».
La sintonía con el Ayuntamiento, explican desde APIA, es positiva en una medida. «Recogen las necesidades que les transmitimos y las comprenden, pero no son proactivos, es decir, es necesario que estemos muy pendientes de los asuntos para que salgan adelante. Por eso, además de los encuentros informales que hemos mantenido sobre este tema, hemos planteado ya una solicitud formal para una próxima reunión y que así empiecen a correr los plazos oficiales». Aunque los cambios electorales pueden retrasar las negociaciones, la intención de desbloquear este tema es clara. También es necesario implicar a todos los propietarios, ya que Baíña cuenta actualmente con una asociación de empresarios que es de afiliación voluntaria, mientras que en una entidad de conservación deben participar todas las empresas existentes.
«Una asociación está muy bien para organizar actividades empresariales -explica la coordinadora de APIA-, pero si se van a hacer cargo de servicios comunes para la totalidad del área es necesario que aporte todo el mundo». En principio no debería ser complicado lograr este importante avance, ya que cuando se firmaron las escrituras de propiedad de las parcelas, los nuevos propietarios aceptaron también la obligación de pertenecer a esta entidad.
El polígono fue inaugurado en el año 2000, y contó con 2,2 millones de euros fondos del Plan de Promoción del Suelo Industrial para subvencionar el precio de las parcelas. En la actualidad alberga una veintena de empresas. Tiene un peso específico el sector metal-mecánico, que es el que genera dos tercios del empleo. Además, hay actividades vinculadas al sector del transporte, la construcción, comercio, química y plásticos, entre otras.