El sector de la recuperación y el reciclaje de los bienes fuera de uso tiene en Arastur su principal representante en Asturias. Daniel Langer, presidente de la Asociación de la Recuperación Asturiana analiza los problemas a los que se enfrenta el mercado de la chatarra y otros residuos.
-¿Viendo el nivel de consumo en los países desarrollados ¿la del reciclaje es una industria en crecimiento?
-Sí, pero con un ritmo muy lento. Sobre todo ahora que los niveles de producción industrial son tan bajos y tampoco se genera mucho residuo ni se reciclan tantas materias primas como antiguamente. Sí es verdad que cada vez se está estudiando más el tema de reutilización de materias primas, concretamente en 2015 ha salido un Real Decreto sobre el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos, y está todo mucho más regulado. Ahora esos materiales no pueden acabar en una chatarrería, tienen que ir a un punto de recogida específico donde, a día de hoy, se realiza un desmontaje prácticamente manual.
-¿Cómo está afectando a un territorio como Asturias la bajada del precio del crudo?
-Pues lamentablemente nos afecta directamente. Todo lo que es la industria del acero se ha visto muy afectada por la introducción de material chino en Europa. El país asiático disminuyó su consumo interno y al verse con un stock de producto acabado de millones y millones de toneladas de acero salió al mercado exterior a venderlo con unos precios con los que en España o en Europa no podemos competir. Ha habido un descenso de la demanda por parte de las acerías en toda Europa y consecuentemente se está hablando del cierre de acerías y también, de la bajada de los precios de la chatarra como materia prima secundaria.
En Asturias seguimos con una producción de chatarras industriales en los talleres muy baja y, el sector del reciclaje en España se verá afectado con destrucción de empleo porque si cada planta estaba tratando un número de toneladas, ahora mismo, esa cifra irá descendiendo paulatinamente a lo largo de estos años.
«La industria del acero se ha visto muy afectada por la introducción de material chino en Europa»
-Además de la dificultad derivada de la situación internacional, ¿qué problemas se encuentra el sector en el Principado de Asturias?
-En toda España las empresas del reciclaje nos estamos enfrentando a un cambio de normativas medio ambientales bastante exigentes. El grado que nos exigen ahora para tener plantas de tratamiento de reciclaje de chatarra se está incrementando año tras año. Lo que se está pidiendo desde la administración pública es lógico y consecuente tal y como está hoy en día el tema del medio ambiente. Un problema al que nos enfrentamos podría ser que la vara de medir no es la misma para todos, las exigencias que ponen a unas y otras empresas del sector no son las mismas.
-¿Os sentís apoyados por la Administración?
-A veces sí y a veces no. La Administración es consciente de la labor que llevamos a cabo en estas empresas y cada día que pasa, más. Son conscientes de nuestra labor, del empleo que generamos tanto en Asturias como en el resto de comunidades y las exigencias que nos están poniendo son lógicas con los tiempos que corren. Lo que no se puede hacer es cambiar toda la legislación de la noche a la mañana y que las empresas se actualicen en un año. Son periodos de transición que deberían ser bastante más largos.
-¿Las empresas asturianas cumplen con la normativa de seguridad?
-Por lo general, los niveles que tienen las empresas de reciclaje en cuanto a Prevención de Riesgos Laborales son altos. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones nos enfrentamos a puestos de trabajo que son de alto riesgo. Los trabajadores necesitan formación y la maquinaria que se utiliza tiene que tener su marcado CE, pasar sus inspecciones periódicas, etc. Como empresarios tenemos que ser conscientes de que nuestros empleados están expuestos a muchos riesgos y hay que evitarlos.
-¿En qué medida se está innovando en técnicas de reciclaje de residuos?
-Se sigue modernizando para seguir aumentando el porcentaje de recuperación de cualquier materia prima secundaria, por ejemplo, en el sector de los plásticos. Y aunque con la caída de los precios del crudo es más rentable el producto nuevo que el reciclado, se están haciendo muchas investigaciones acerca del reciclaje de este tipo de material.
En toda Europa se es consciente de que los plásticos pueden tener una segunda vida, igual que hoy en día la tiene la chatarra de acero. Aquí en Asturias, la Universidad de Oviedo, a través de la Escuela de Minas, está llevando a cabo estudios sobre este tema. Nosotros colaboramos con ellos de vez en cuando, aportando materiales que luego procesan en el laboratorio.
«Los plásticos pueden tener una segunda vida igual que hoy en día la tiene la chatarra del acero»
-En el caso de la automoción, la crisis ha impulsado las operaciones de taller en detrimento de la compra de vehículo nuevo. ¿Sigue vigente esta tendencia?
-Por lo que me cuentan los desguaces en Asturias, sí. Antes la gente cambiaba el coche cada cuatro o cinco años, ahora, este periodo de vida en el vehículo se ha alargado bastante. Me atrevería a decir que hasta se ha duplicado.
Nosotros trabajamos directamente con los desguaces autorizados de Asturias, Cantabria, Castilla-León y Galicia y nos dicen lo mismo: que la entrada de vehículos se ha reducido drásticamente en estos últimos años.
-¿Una mayor colaboración entre ciudadanos, fabricantes y distribuidores permitiría una mejor selección de los residuos? ¿Facilitaría el trabajo de recuperación?
-Por supuesto que sí, sobre todo la ayuda de los fabricantes que permitiría identificar mejor los materiales que utilizan en la construcción del vehículo, en lo referente a las partes plásticas son muy difíciles de separar. La identificación que llevan es muy pequeña y una ayuda sería unificar los tipos de plástico que se utilizan dentro de la construcción del vehículo.
Con respecto a la parte metálica son técnicas que se utilizan desde hace muchos años y se recicla muy bien. Ahí, la verdad, es que no tenemos mayor problema.
-A pesar de ser un eslabón fundamental en la cadena de consumo, ¿es todavía un sector poco conocido para el público general?
-En los últimos años se ha publicado mucha información sobre el sector a través de las distintas asociaciones que lo conforman, las de desguace de vehículos de fuera de uso, las asociaciones de talleres y las asociaciones, como la nuestra, fragmentadoras. La gente se interesa por dónde acaba su vehículo o qué se hace con su chatarra y esa información ha sido publicada en numerosas ocasiones a través de distintos medios. Es verdad que vamos avanzando en el sentido del conocimiento, aunque el sector sigue siendo un tanto desconocido.