Quien elige el Camino de la Costa en su peregrinaje a Santiago se encuentra en Caravia con una disyuntiva: ir por el litoral, conociendo las playas del concejo o seguir la carretera general y luego continuar por la costa. Ambos recorridos tienen sus propios atractivos.
El concejo de Caravia limita con el Cantábrico para convertir luego la tierra en una llanura, que va adquiriendo la forma de suaves pendientes hasta alcanzar su máxima altitud en la cima de El Fitu, con sus 692 metros. La riqueza de su tierra produjo asentamientos desde el paleolítico, y ha sido lugar de paso por la costa hacia Santiago de Compostela, ruta que todavía se emplea y es la más recomendada en estas fechas estivales.
Por las playas
La Ruta de la Costa atraviesa el concejo de este a oeste y cuenta con el atractivo de visitar las playas que lo componen, que en esta fecha del año tientan a refrescarse en sus aguas, tras la dura caminata. Abandonando el concejo de Ribadesella por la aldea de Berbes, se camina un kilómetro por la carretera N-632 para entrar en el concejo de Caravia. Tomamos un desvío a mano derecha que lleva al boscoso monte de La Campona, que termina en el Canto de la Figal. Desde allí, la ruta desciende primero por una pradera y luego entre eucaliptos. En un punto el camino se bifurca, dándonos la opción de continuar adelante tomando el camino hacia la izquierda o bajar hacia la parte más oriental de la playa Arenal de Morís, si giramos a la derecha. En esta fecha del año, y dada la cercanía, se recomienda parar para un baño, descansar, o tomar algo en el bar. También cuenta con un camping si se desea alargar aquí la estancia.
Para continuar avanzando, debemos volver sobre nuestros pasos hacia la desviación y esta vez coger el camino hacia la izquierda. Cruzamos una pequeña pasarela sobre el arroyo de Caravia y un poco más adelante encontramos una carretera comarcal que en un punto señalado por las conchas de peregrino, dejamos para tomar un sendero a la derecha que discurrirá entre prados. Pronto veremos al fondo los acantilados de La Beciella. Seguimos hasta un cruce con una fuente de agua potable en la que rellenar las cantimploras, beber y refrescarse. Seguimos de frentehasta encontrar un indicador que nos da la posibilidad de desviarnos hasta Prado, la capital del concejo, que está a dos kilómetros. Si continuamos, encontramos una señalización hacia el antiguo monasterio de Santiago, hoy desaparecido, a unos doscientos cincuenta metros. El monasterio se fundó en la primera mitad del siglo XI por el conde Munio Roderici, llegó a tener su propio albergue y quizás hospital, junto a él existió un enclave templario y bajo su cobijo se crearía en el año 1215 el concejo de Caravia.
Volviendo al camino, cruzamos el pequeño río Los Romeros – en clara alusión a los peregrinos del Camino de Santiago-, por una pasarela de madera que conduce hasta La Beciella, pequeña playa con poca arena y muchos pedreros, ideal para la pesca. Tras la obligada parada, retomamos una senda empedrada en cuesta, que discurre junto a necrópolis tumulares. La senda se torna luego en un ancho camino que nos lleva directamente hasta la playa de La Espasa. En esta playa hay restauración y área recreativa, si deseamos detenernos. Si continuamos, al término de La Espasa, nos acercamos hasta el río del mismo nombre que hace de límite con el concejo de Colunga, lo cruzamos y llegamos a la antigua Venta de La Espasa, sólida construcción del siglo XVI, que fue antiguo hospedaje de peregrinos y aún conserva su hórreo y las ruinas de las antiguas caballerizas. La ruta nos lleva a cruzar el puente y entrar en el concejo de Colunga, dejando atrás las maravillas caravienses.
Por la Ruta Interior
Una vez en Arenal de Morís, para seguir esta ruta se avanza hacia Prado, la capital de Caravia, por la carretera local. En Caravia Alta existe un albergue de peregrinos, que también atiende a todo tipo de turistas, si se desea hacer un alto. En esta localidad enlazamos con la carretera N-632, y nos encaminamos en dirección a Duesos. Recientemente han construido una acera para dar mayor seguridad al creciente número de peregrinos del Camino de Santiago y de personas que apuestan por el ejercicio físico. Incluye un mirador con bancos para que estos caminantes puedan apreciar las vistas sobre la costa de Caravia.
De camino, la localidad de Carrales nos saluda con su iglesia dedicada a Santiago. Del siglo XVII, el edificio consta de una nave única con cabecera cuadrada y dos capillas añadidas en el siglo XIX. Carece de elementos decorativos, exceptuado algunos tesoros del antiguo monasterio de Santiago -que antes se citaba-, como la lápida situada sobre la puerta principal, que exhibe la Cruz de la Victoria grabada en el centro de un clípeo decorado con perlas e inscrito en un octógono. Tras el alto, continuamos hacia Duesos y de ahí la carretera nos conduce hasta la playa de La Espasa, unificando ambas rutas.