El principal atractivo del deporte de la caza en Asturias es el paisaje y el entorno. Esto fascina a muchos aficionados que cada año nos visitan. Valentín Morán, presidente de la Federación de Caza de Asturias, cree que es un foco de atracción turística que no está suficientemente aprovechado.
-¿Cómo valora la situación de este deporte en la región?
-En estos momentos tenemos once mil quinientas licencias en Asturias, de las cuales seis mil son federados. A nivel nacional seremos unos setecientos mil. Hay mucha afición, a pesar de los ataques que estamos recibiendo a través de las redes sociales por parte de colectivos tanto animalistas como ecologistas que, a nuestro juicio, no entienden nuestra actividad. Tenemos que estar explicándonos continuamente, justificándonos cuando se trata de una actividad de lo más natural, ligada al entorno rural desde la antigüedad y respetuosa con la naturaleza. Es verdad que ahora no hay necesidades como ancestralmente pero también es cierto que se trata de una actividad legal, regulada por leyes que están avaladas por informes y estudios técnicos y es en muchos casos necesaria. Por tanto, exigimos un respeto.
-Entre sus reclamaciones, reivindican su papel en la conservación de las especies, del medio ambiente y la diversidad…
-Estamos integrados en el medio rural, pasamos mucho tiempo en el monte y si una especie está amenazada somos los primeros en solicitar su veda hasta que se recupere. Pero también queremos que cuando esa especie se pueda volver a aprovechar o esté generando problemas, sea la caza una medida de regulación.
«Si una especie está amenazada somos los primeros en solicitar su veda hasta que se recupere»
-Como atractivo turístico, ¿es un recurso suficientemente explotado?
-No está potenciado como en otras autonomías, habría que fomentarlo más porque es una actividad que genera mucha riqueza. Atrae a muchos cazadores de fuera de Asturias que vienen acompañados de sus familias y están aquí varios días alojados. He acompañado a algunos cuando vienen a recechos y por lo general, lo que más valoran es poder cazar en un entorno natural, caminar por el monte, experimentar la lucha contra el medio para, si hay suerte, poder abatir una pieza. También marchan encantados aunque no cacen nada por la experiencia en sí misma. A veces también te encuentras con el típico trofeísta, pero los milagros no existen.
-¿Cómo se gestionan los cotos?
-Aquí en Asturias defendemos una caza social. Hay cincuenta y dos cotos sociales gestionados por Sociedades de Cazadores y eso tiene un coste económico. Como cada vez hay menos cazadores, hay más dificultad para mantenerlos porque conllevan muchos gastos. Hay que hacerse cargo de los daños a la agricultura, cuando en otras comunidades corren por cuenta de la Administración. Hay que costear también la guardería, una figura que no existe en otras comunidades autónomas. Hemos de pagar también el canon cinegético en base al número de hectáreas y la riqueza de especies. Por todo esto han quedado cotos desiertos y hemos de estudiar alguna fórmula para hacerlos viables.
-¿Qué ventajas tiene el federarse?
-En principio, hacer un colectivo más fuerte. La mayoría de las sociedades están federadas. Desde la Federación hacemos de puente con la Administración, defendemos al cazador, velamos porque se cumplan las leyes de caza, tratamos de fomentarlas y si fuera necesario, solicitar su modificación en la medida de lo posible. Trabajamos para fomentar este deporte y organizamos competiciones de las distintas modalidades deportivas: caza menor con perro, caza con perros de rastro… Hace tiempo tuvimos una Escuela de Caza a nivel nacional y queríamos recuperar su actividad.
Con la tarjeta federativa va un seguro de accidente por daños propios por si te ocurre algo en el monte y te tienen que rescatar. Luego hay un Documento Único que incluye Responsabilidad Civil a terceros. El seguro que más cuesta ahora es de 50 € y tiene una cobertura de un millón de euros. Cualquier tarjeta federativa es más cara. Y comento esto porque los seguros no son tontos, si tenemos un precio tan asequible es porque el índice de siniestralidad en nuestro deporte es muy bajo. No somos gente temeraria.
-Recientemente se ha celebrado una cacería en el occidente asturiano solo para mujeres. ¿Es tímida la presencia de la mujer en el mundo de la caza?
-Lamentablemente, sí. No existen cuadrillas solo de mujeres sino que varias que participan en distintas cuadrillas organizan cacerías juntas. No es habitual, ojalá hubiera más.