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domingo 24, noviembre 2024

José Luis Alvarez. Director del Servicio Público de Empleo de Asturias

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En un momento en el que la crisis ha disparado el número de desempleados, José Luis Alvarez conduce el Servicio Público de Empleo de la Comunidad. En su cabeza baraja cifras, objetivos y soluciones que ayuden a que los ciudadanos encuentren de nuevo un puesto de trabajo.

Las veinticinco oficinas de empleo asturianas atienden cada mes a más de cien mil personas. Ello se completa con el servicio que ofrece la página web -que dirigen los empleados de la oficina de empleo-, que contabiliza más de doscientas mil entradas todos los meses. Desde el Servicio Público de Empleo también se financia y organiza cada año la formación para el empleo de más de veinte mil alumnos; se gestionan las subvenciones para los contratos que realizan las empresas; se financian los programas locales para contratar desempleados en los planes de empleo de los ayuntamientos, y también los contratos a personas discapacitadas en los centros especiales de empleo. Un inmenso engranaje cuyos beneficiarios son los ciudadanos que buscan un trabajo.

-La actual crisis está originando una transformación severa del mercado en Asturias, con un alto índice de parados. Ante esto, ¿dónde centra sus prioridades el Servicio Público de Empleo?
-Queremos atender al incremento de personas que acuden a las oficinas de empleo. El paro ha crecido y eso se traduce en que hay mucha más carga de trabajo, que va desde el informe previo a que las personas cobren la prestación por desempleo, que es muy importante. Y que se complementa con darles el servicio de información, orientación y apoyo a la formación para mejorar sus expectativas de encontrar trabajo en un futuro.
-La Administración regional cuenta con unos treinta y seis mil efectivos y es el principal empleador de esta región. No obstante, esta tendencia se ha visto congelada. ¿El Principado no necesita más personal o no está en condiciones de asumir más cargas?
-Los ingresos de las administraciones se han visto muy reducidos porque al haber menos actividad económica hay menos impuestos y con ello menos ingresos. La Administración ha decidido congelar el gasto y la partida más importante del mismo es su personal. Pero el reto es mayor: contando con el personal actual hay que conseguir dar mejor servicio a nuestros ciudadanos, que viven momentos de gran incertidumbre. Tienen derecho a una sociedad que les asegure una calidad en la educación de sus hijos, en la salud, cuando se enfrentan a un problema de justicia, o cuando acuden a los Servicios Públicos de Empleo. Que haya menos dinero y menos personal en la Administración no será disculpa para que no mantengamos la calidad de los servicios que prestamos a los ciudadanos en estos momentos de crisis.

“Que haya menos dinero y menos personal en la Administración no será disculpa para que no mantengamos la calidad de los servicios que prestamos a los ciudadanos en estos momentos de crisis”

-Mientras que la tasa media de paro de nuestro país es del 20%, en nuestra región está en torno al 15% ¿Se mantendrá esta tendencia?
-Durante toda la crisis hemos tenido mejores resultados que la media de España, junto a otras tres o cuatro comunidades autónomas. Esto se debe en gran parte a las condiciones de la estructura económica, ya que en Asturias y otras regiones del norte la construcción de viviendas tiene menos peso. Aparte tenemos una estructura económica más diversificada, con modernas industrias que se nutren de la exportación, y empresas muy competitivas que fabrican bienes para otros sectores no relacionados con la construcción. Esperemos que eso se mantenga durante los próximos meses.
-¿El mercado asturiano aún está vivo, aunque no genere tanto empleo como antes?
-Sí, tenemos movimiento en el mercado de trabajo. Siguen realizándose contratos y en nuestra web Trabajastur siempre hay en torno a ciento cincuenta, o doscientas ofertas de trabajo que cambian con frecuencia. Se buscan trabajadores, pero mucho menos que hace tres años. Entonces teníamos problemas porque muchas empresas manifestaban dificultad para cubrir los puestos que ofrecían, hoy eso ya no ocurre.
-¿Nuestras empresas han de tener un personal flexible para adaptarse más rápidamente a la evolución de los mercados?
-Todos los expertos dicen que para crecer y salir de la crisis hay que apostar por la competitividad y la productividad. Y para ser competitivo hoy hay que ser extremadamente flexible y adaptarse continuamente a los cambios de nuestros mercados. En eso Europa va retrasada respecto a nuestros competidores de otros lugares del planeta. Tenemos que avanzar mucho en productividad, con todo lo que significa de innovación y desarrollo, pero también en esquemas mentales para conseguir más flexibilidad, tanto por parte de los responsables de las empresas como de los propios trabajadores. Hemos de asumir que vivimos en un mundo que cambia muy rápidamente, que nuestros competidores están innovando y bajando precios continuamente, y que si queremos sobrevivir en mercados tan agresivos debemos apostar fuertemente por contar con los mejores en nuestros nichos de negocio.

“Tenemos un buen nivel de calidad de vida, pero mantenerlo exigirá trabajar y hacerlo todos juntos, porque en Europa o salimos en bloque o el escenario individual es muy pesimista”

-Su apuesta es el trabajo en grupo como valor en alza.
-Para conseguir flexibilidad en una empresa, lo primero a tener claro es que debemos movilizar todo el potencial de la plantilla. Para lograrlo debemos conseguir su implicación, para que cooperen unos con otros buscando la mayor productividad. Esto no se consigue bajo sistemas jerárquicos, sino con empresas donde las personas trabajan en red entre ellas, en red con expertos de otras instituciones o con empresas de clientes o proveedores, para conseguir resultados. Se acabó el tiempo del “ordeno y mando” y entra el momento de trabajar en redes, con jóvenes que vienen acostumbrados a funcionar en esos entornos de cooperación y de relación basados en las tecnologías de la comunicación.
-Mientras usted afirma que el coste salarial no es el factor más decisivo para la competitividad, la patronal aboga por una flexibilización del mercado laboral. ¿Dónde centrarse?
-El coste salarial es importante, pero si la estrategia de España o de Asturias fuese reducir los costes de nuestros salarios para ganar menos que los indios o los chinos, nuestra calidad de vida mermaría mucho. Los europeos preferimos apostar por mantener todo lo posible nuestra calidad de vida, basándonos en tener empresas que innovan para conseguir productividad. Creo que es un error identificar flexibilidad con despido barato y libre, porque ello no garantiza tener empresas productivas y competitivas. Lo que necesitamos son empresas cuyos responsables sean capaces de liderar la transformación de su empresa en mercados abiertos y liderar a sus equipos humanos para hacerlos más productivos. Las personas colaboramos y aportamos más cuando tenemos sensación de seguridad. Reducir costes salariales y facilitar el despido no es una economía de éxito futuro.
-Muchas empresas tienen dificultades en encontrar empleados con un perfil adecuado a lo que necesitan. ¿Hay desajustes entre la cualificación de los trabajadores y la demanda de las empresas?
-En este momento los desajustes se han reducido porque ha aumentado el número de desempleados dispuestos a trabajar, pero volverán en cuanto empecemos a salir de la crisis, por eso es muy importante la formación. Las empresas no sólo buscan un oficial que tenga un dominio de su técnica, sino a una persona que sea capaz de trabajar con otros, de analizar un problema, de buscar soluciones autónomamente y también que tenga visión comercial. Son los dos pilares básicos que piden las empresas: personas competentes profesionalmente, pero también con un alto nivel de responsabilidad para trabajar con autonomía y tomar decisiones.

“Todos los expertos dicen que para crecer y salir de la crisis hay que apostar por la competitividad y la productividad. Y para ser competitivo hoy hay que ser extremadamente flexible y adaptarse continuamente a los cambios de nuestros mercados”

-¿Cuánto nos cuesta formar profesionales?
-Es muy caro. En números redondos, cada alumno nos cuesta en torno a los dos mil euros, un dinero que sale de los impuestos de los ciudadanos y de las aportaciones de empresas y trabajadores. Entre todos tenemos que convertir este dinero en una inversión de futuro, y a la vez ser muy conscientes de que tenemos que estar formándonos a lo largo de toda la vida porque eso es lo que nos da empleabilidad. Entre otras cosas, porque la demografía nos dice que cada vez habrá menos jóvenes y los que estamos en edad de trabajar tendremos que hacerlo todo el tiempo posible con alta productividad.
-Zapatero ya anuncia nuevos ajustes…
-Son ajustes necesarios en momentos muy críticos para Europa. El informe del “comité de sabios” -presidido por Felipe González- dice que nos encontramos “en un punto crítico de nuestra historia como europeos”. Tenemos que ajustar nuestras cuentas como país y gastar en función de lo que ingresamos, de lo que producimos. Eso nos obligará a un ajuste del gasto y también a producir más; si queremos ser más ricos será por nuestra productividad y no porque pidamos dinero a terceros. Y eso no será tan fácil porque nuestros competidores en Brasil, India, China y Rusia están haciendo exactamente lo mismo y no han parado de crecer. Tenemos un buen nivel de calidad de vida, pero mantenerlo exigirá trabajar y hacerlo todos juntos, porque en Europa o salimos en bloque o el escenario individual es muy pesimista.

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