Más del 60% de universitarios son mujeres. Tienen mejores expedientes académicos, pero en cambio no están presentes en los puestos directivos de las grandes empresas. Siguen ganando menos que ellos, son discriminadas laboralmente y la maternidad sigue siendo el gran obstáculo. A pesar de todo, muchas han llegado a lo más alto. La Asociación Empresa Mujer (ASEM) es la mayor red de mujeres empresarias, directivas y profesionales de Asturias. María Antonia Alvarez es su presidenta.
Posee fuerza en la palabra y un magnetismo sereno que hace que te sientas cómoda desde el primer momento. Sabe acortar distancias y crear espacios comunes. Esta leonesa, empresaria del sector de nuevas tecnologías preside desde 2010 ASEM, asociación que actualmente agrupa a cerca de doscientas empresarias asturianas. Cogió el testigo de su gran amiga, Kike Gómez Haces, conocida empresaria ya fallecida de quien asegura haber aprendido muchas cosas. La más importante, no tirar nunca la toalla. Y es que quedan muchas cosas por hacer. «Si el porcentaje de mujeres empresarias en España gira en torno al 40%, aquí en Asturias esa cifra se supera holgadamente. Pero ¿todas las que deciden iniciar una actividad empresarial lo hacen por que quieren o por necesidad, al no encontrar otro mercado laboral donde desarrollarse? Esa sería la pregunta del millón», reflexiona en voz alta María Antonia.
-¿Cómo es el perfil de la mujer empresaria asturiana?
-¡Uf! Ha cambiado muchísimo. Llevo en la asociación desde el año 97 y en aquel momento la presencia de mujeres en el comercio era mayoritaria. Actualmente este sector se encuentra en tercer lugar, por detrás de los servicios empresariales (empresas que dan servicio a otras empresas) y turismo y hostelería. Como dato te diré que un 60% de estas mujeres son fundadoras de su propia empresa y siete de cada diez han trabajado en otros sitios antes de convertirse en su propia jefa. La empresaria asturiana llega muy preparada, un 62% tiene formación universitaria, nace en un entorno totalmente digital, combina su labor empresarial y familiar y sabe desde el principio a qué se expone, conoce la dureza del camino.
«La empresaria asturiana llega muy preparada, un 62% tiene formación universitaria y nace en un entorno totalmente digital»
-¿Qué aportan las mujeres al tejido empresarial de la región?
-La mayoría de las empresas creadas por mujeres son micropymes, que en un principio parece que no aportan demasiado pero no es así. La realidad es que de las sociedades limitadas que hay en la Asociación, un 25% de ellas, aportan y facturan más de seiscientos mil euros anuales y eso es un dato que hasta hace muy poco desconocíamos. El 70% de estas empresarias cuenta con algún asalariado, trabajadores que en su mayoría también son mujeres y, por lo que conozco, prácticamente en ninguna de ellas se ha prescindido de personal. La mayor parte está optimizando al máximo todos los recursos para salir adelante.
-¿Qué le dirías a una empresaria que en estos momentos quisiera poner en marcha un proyecto?
-Lo primero de todo tenacidad, que no se venga abajo a la primera porque las dificultades aparecen al día siguiente. Que no pierda de vista su objetivo. Eso es muy importante para no dejarnos desvirtuar e influenciar por lo que la gente va diciendo. Todo el mundo es muy amigo de dar consejos y no siempre son acertados. Y luego, que no se amilane ante el fracaso, que es un miedo que surge muchas veces cuando quieres poner en marcha una idea. Nos educan sólo para el triunfo, cuando la vida nos demuestra que para poder triunfar se pasa también por el fracaso, errores que luego no vuelves a cometer, caídas que sirven para levantarse con más fuerza. Esto en el terreno de las ideas empresariales es algo muy importante.
-¿Cuál es el escenario al que se enfrentan las nuevas emprendedoras?
-Hay una cosa muy positiva que tiene este momento para las emprendedoras y es que nacen ya en un entorno de crisis, se preparan para lo peor y eso es una ventaja. Surgen en un mundo totalmente digitalizado, que mejora las formas de trabajo y comunicación y también te da acceso casi automático a otros mercados, cosa que antes era muy difícil. A ello hay que añadir una cualidad innata de la mujer que viene muy bien para estos momentos: su sentido práctico. La mujer ha trabajado dentro y fuera de casa y ha practicado mucho con la economía doméstica: sabe que no puede gastar más de lo que ingresa, con independencia de que el salario que entrase en casa procediese de su trabajo o del de su marido. Después de esta etapa de vacas gordas donde nos tuvieron un poco engañados porque teníamos un acceso fácil al crédito y nos dejamos llevar por la euforia, ahora toca recolocarnos, y eso nos va a obligar a aplicar mucha economía doméstica.
«Nos educan sólo para el triunfo, cuando la vida nos demuestra que para poder triunfar se pasa también por el fracaso. Las caídas sirven para levantarse con más fuerza»
-¿Cómo es la relación entre las diferentes asociaciones empresariales y la Confederación de Empresarios?
-En nuestro caso no tenemos ningún problema. Formamos parte de la Junta Directiva de la Federación de Empresarios y estamos también en el Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Oviedo, pero el camino hasta aquí no ha sido fácil.
-Hablamos de un mundo históricamente masculino.
-Sí, pero no veo dónde está el problema. Cuando hablas con los hombres ves que valoran el talento femenino, pero luego a la hora de trabajar juntos surgen reticencias, y no entiendo por qué. Creo que a ellos les cuesta más ver y trabajar con la diversidad, lo consideran una amenaza, cuando es todo lo contrario.
-¿Cómo es el funcionamiento interno de la asociación?
-ASEM nace con el objetivo de ser un foro de debate sobre los problemas a los que nos tenemos que enfrentar las mujeres como empresarias. Quisimos crear un escaparate que diera visibilidad a los modos de hacer, los logros y también los problemas de las mujeres en el mundo de los negocios. La cooperación y colaboración entre nosotras ha sido fundamental, apoyándonos también en las nuevas tecnologías y en iniciativas como ‘mentoring’, una eficaz herramienta donde una empresaria con experiencia (mentor) apoya a otra que empieza para ayudar a sacar todo su potencial y acelerar su preparación. Al ser tantas y tan distintas, podemos aportar experiencias, conocimientos y también convertirnos en clientas y proveedoras al mismo tiempo. Trabajamos para estimular la creatividad, las nuevas iniciativas y el trabajo en red, generando vínculos entre las asociadas y la sociedad en general. Nos seguimos reuniendo el último lunes de cada mes.
-¿Cuáles son vuestros proyectos más inmediatos?
-Aunque el futuro lo pintan bastante negro nosotras seguimos moviendonos. Como asociación participamos allí donde se nos reclama, de manera desinteresada: debates, conferencias, ferias, charlas, etc. Me encantaría decirte que mi objetivo es doblar el número de asociadas, pero la realidad es que vamos a luchar por mantener el número actual. Además estamos trabajando con la Universidad y la Asociación de Jóvenes Empresarios en el Plan Emprendedores que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Oviedo junto con la Cámara de Comercio, que es quien lo coordina.
Más información: ASEM. Tfno.: 985 25 66 55. E-mail: info@empresamujer.com