Armamento, destrucción del medio ambiente, fraude fiscal, especulación… son algunas de las ‘inversiones’ que realizan los bancos con los excedentes financieros. Les damos nuestro dinero, ellos lo guardan y lo invierten por nosotros. ¿Dónde? No hay manera de saberlo. La banca ética demuestra que las cosas se pueden hacer de otra manera. Lo explica Joan Antoni Melé, subdirector en España de Triodos Bank.
Hasta ahora no existe una legislación que obligue a los bancos a ser transparentes respecto a su actividad. Y por nuestra parte lo máximo que podemos preguntar a nuestro banco es por la rentabilidad y liquidez que nos pueden ofrecer. ¿Es posible combinar la rentabilidad financiera con la social y medioambiental? «Es posible, nosotros lo venimos haciendo desde hace años y funciona», asegura en tono optimista el directivo. La entidad bancaria acaba de abrir su primera oficina en Oviedo.
-¿Cuándo deja la economía de estar al servicio de los ciudadanos para convertirse en especulativa?
-La especulación empieza a convertirse en un problema grave hacia los años ochenta. Antes existía, pero es en esa época donde se quita la regulación sobre la banca, donde deja de estar separada la banca comercial y la de inversiones y donde todo el mundo comienza a especular de manera brutal. En los últimos treinta años ha tenido lugar la destrucción de la economía como una creación de valor y el lucro se ha convertido en un fin en sí mismo. Se especula para que el dinero genere más dinero sin hacer nada. Eso había que cambiarlo.
-¿Una forma de cambiarlo es unir la banca a la ética?
-Si cambiamos nuestra manera de pensar y por tanto de actuar y de invertir nuestro dinero, cambiará el modelo económico. Cuando para un cliente es más importante la ética que el beneficio, hace posible la banca ética. Un banco tiene que tener una visión clara de su labor, tiene que plantearse qué quiere hacer, qué quiere aportar al mundo. Nuestra labor como banca ética es hacer que el dinero circule de tal manera que ayude a mejorar la vida de las personas, el medioambiente, aportar a la sociedad una riqueza real, no monetaria. Y el segundo punto importante es la transparencia. Contamos a nuestros clientes qué estamos haciendo con cada céntimo y eso genera un sentido de conciencia y responsabilidad en ellos. Hace que se sientan orgullosos cuando ven publicado, en la web o en nuestra revista, las empresas y los proyectos donde están invertidos sus ahorros. Así, cuando el dinero está parado en el banco ayuda a crear riqueza para todos: una riqueza real, no una burbuja económica. La gente está descubriendo otra forma de hacer las cosas, por eso tenemos tanto éxito. Algo tan sencillo es posible.
“Defendemos un modelo diferente de banca que en vez de buscar el beneficio personal busca el bien común”
-Eso tan sencillo, como usted dice, está provocando una verdadera revolución social…
-Es cierto. Nuestro ‘rating’ de solvencia es de 14, cuando el de los grandes bancos es de 8. Somos uno de los bancos con más solvencia de Europa, con un bajo índice de morosidad, y no cotizamos en Bolsa para no perder nuestra independencia y evitar que se especule con nuestros valores. Nosotros no tenemos productos extraños. No hacemos una economía de sube y baja, sino que crecemos lentamente como lo hace la naturaleza. Yo a esto lo llamo economía orgánica: crecemos juntos y todos nos beneficiamos. Esta forma de funcionar atrae a miles de clientes nuevos cada mes, y eso que no hacemos prácticamente publicidad. Aquí, por ejemplo, los directivos no tenemos ‘bonus’, hagamos lo que hagamos cobramos lo mismo, un salario digno para vivir y nada más. Eso es nuevo en la banca. Defendemos un modelo diferente que en vez de buscar el beneficio personal busca el bien común, eso que nos enseñaron en el colegio de pequeñitos y que recoge la Constitución.
-¿Qué se entiende por rentabilidad en la banca ética?
-Pagamos más o menos lo mismo que los demás bancos por nuestros depósitos y no engañamos a la gente prometiendo rentabilidades. Prácticamente no cobramos comisiones. La rentabilidad está precisamente en lo que hacemos, en los valores.
-Están presentes en seis países de Europa pero ha sido en España donde más han crecido. ¿A qué cree que es debido?
-Aquí llegamos en 2004 y creo que desde entonces estamos recuperando espacios. Hemos hecho un trabajo de difusión muy de base. Hemos dado cientos de conferencias cada año para difundir esta nueva conciencia y hemos llegado a mucha gente. Por eso, ya cuando surge la crisis y los periodistas empiezan a interesarse por nosotros, a la gente le sonábamos de antes. Crecer no es nuestro objetivo, sino el resultado de ofrecer más oficinas para atender mejor a la gente. Por encima siempre están los valores. Como ve, esto no se resume en quince segundos de publicidad.
“Si cambiamos nuestra manera de pensar, y por tanto de actuar y de invertir nuestro dinero, cambiará el modelo económico”
-¿Este modelo de banca podría ayudar a salir de la crisis?
-Hombre, no vamos a dar la solución a todos los problemas pero sí podemos colaborar positivamente en dos cosas. Una, cuantas más personas traigan aquí su dinero, mejor, porque se habrá sacado del mundo de la especulación y se invierte en la economía real. Y en segundo lugar, creo que con nuestro trabajo ayudamos a devolver la esperanza, el entusiasmo y el coraje a la gente. Muchos nos dicen: si un banco puede cambiar, es que todo puede cambiar.
-¿Hacia qué sectores dirigen sus inversiones?
-Fundamentalmente a tres, que engloban a un gran número de empresas: sector cultural -financiamos escuelas, universidades, centros de crecimiento personal-; ecológico o medioambiental -alimentación ecológica, energías renovables, construcción bioclimática-; y sector social, el que peor lo está pasando en este momento y más lo necesita. Aquí financiamos a empresas de inserción con riesgo de exclusión, atención a la infancia, a la tercera edad, cooperación al desarrollo, etc.
-No encaja usted con la imagen típica de los banqueros.
-Estaba en una caja de ahorros y rechacé la prejubilación. Con cincuenta y cinco años lo dejé todo para formar parte de esto. Ahora estoy entusiasmado con aquella decisión y disfruto con mi trabajo. Me gusta estar con la gente, dialogar, despertar la complicidad. Hay personas que vienen a las oficinas a abrir una cuenta y cuando salen te dan un abrazo. Hemos conseguido contagiar la esperanza en el futuro, despertar el compromiso, y la gente responde. Ya sabemos que la crisis está ahí, entonces hablemos de otras cosas que realmente sean constructivas. Si queremos que el mundo cambie, debemos comprometernos. Es pasar del yo al nosotros. Ésa es la manera.
En Asturias, Triodos Bank ya ha iniciado su actividad financiera con préstamos a empresas relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida. Hasta el momento, son las siguientes:
-Acusmed: Empresa de asesoramiento y consultoría acústica medioambiental. Avilés
-Agrecoastur: Sociedad cooperativa de transformación y comercialización de alimentos ecológicos. Siero.
-Agresta: Consultoría ambiental especializada en el sector forestal. Soto de Llanera.
-Remar: Rehabilitación de marginados. Gijón
-Fundación Iniciativas para la Discapacidad. Gijón.
-Fundación Secretariado Gitano. Gijón
-Grupo Iniciativas. Centro social de empleo para fomentar la integración laboral de personas con discapacidad. Gijón.