Es un arma antigua para cazar a pequeña escala, un entretenimiento asociado a guajes revoltosos y más recientemente el meollo de una competición que tiene su propia liga y nada menos que cinco clubes en Asturias que defienden la dignidad deportiva del tiro con gomero. Quien sabe si, apuntando alto, en un futuro veremos tirachinas en los Juegos Olímpicos.
Una peculiaridad de esta competición es que no hay categorías masculina y femenina, como en el resto de los deportes. Es más cuestión de maña que de fuerza, por lo que hombres y mujeres compiten juntos por demostrar habilidad, técnica y puntería.
Jorge Barril es presidente del Club Deportivo Amigos del Gomero de Asturias, ubicado en Avilés; y su esposa Ana Boj, una de las mejores tiradoras de la región. Tras muchos años enseñando a manejar este artilugio, Barril explica que, como todo deporte, tiene una técnica de tiro que requiere entrenamiento y práctica para que lleguen los buenos resultados. Y eso hacen, enseñar y practicar, desde que nació la agrupación en el año 1996, en el barrio de Carballedo. Prueba de que cuenta con una importante raigambre tradicional, es que antaño se celebraban dos concursos populares, la carrera de burros y el tiro con gomero. Hoy sólo se mantiene ésta última, en parte gracias al tesón de este grupo de aficionados que ha luchado por lograr que se considere el tiro con gomero una modalidad deportiva reconocida por el Principado, para poder recabar apoyos oficiales. Se llegó incluso a establecer una Federación de deportes tradicionales, que mantuvo su actividad unos años y luego se extinguió. Ahora, los distintos clubes siguen bregando para reunir cada día a más aficionados. Hablamos de Peña Castañera, el Club Deportivo Castrillón, Forcao Astur de Castrillón, la Peña Gijonesa del Gomero y el Club Deportivo Amigos del Gomero, que agrupa a unos cuarenta socios.
-Ya son muchos años tirando de este deporte. ¿Tiene Asturias buen nivel?
-Se nota que se va creando afición, después de años organizando campeonatos por toda la región. A partir de que en el año 2006 la Dirección General de Deportes considera al gomero como un deporte tradicional, se crean asociaciones. En un futuro esperamos retomar el tema de la Federación, para garantizar la continuidad, asegurar a los practicantes, etc, como cualquier otra actividad deportiva.
-¿Con cuántos miembros cuenta el colectivo?
-Nosotros en la peña entre tiradores, socios, etc. andaremos alrededor de unos cuarenta. Luego está la Peña Castañera, que tendrá un número similar de socios y tiradores, y el Club Deportivo Castrillón; más uno de reciente creación que es el Forcastur, también de Castrillón. Sin olvidar, claro, la Peña Gijonesa, que lleva también desde el año 96 funcionando como club de tiro con gomero.
-Entre todos, se disputa la liga.
-Sí, entre los cinco tenemos una competición de regularidad, una liga oficial, que dura quince jornadas, que sucesivamente se celebran en casa del club organizador. En ello estamos todo el invierno.
Nuestro club fue pionero del boom que ahora se vive a nivel nacional. Nosotros echamos a andar los campeonatos a nivel de España, aparte del Torneo Internacional de San Agustín, que no tienen parangón en ningún otro lugar.
-Es importante saber que en esta liga oficial, hombres y mujeres compiten en igualdad de condiciones. ¿Correcto?
-Totalmente. Hay dos categorías, primera o segunda, y dependen de la calidad del tirador, y no del sexo. Tiran al mismo nivel porque no se requiere ninguna habilidad especial, más que puntería y pulso. No es cuestión de fuerza física.
-Y por lo visto hay mujeres que destacan en la competición.
-Hay tiradoras muy buenas. Ana Boj, mi esposa, siempre estuvo al nivel de cualquier tirador; de hecho hace poco se celebró un campeonato en las Bárcenas que ganó ella, frente a numerosos campeones de España de distintas modalidades. También se hizo con el Campeonato de Asturias de la Balesquida. Nos ha ganado no una ni dos veces, sino muchas. Es buena tiradora. Somos pareja pero rivales en la competición.
-¿Qué hace falta para empezar a tirar?
-Que guste, porque hacerse con un «forcao» es lo más barato del mundo. Puede ser más tradicional, más ergonómico o estar mejor pintado, pero por mucho que se le dé vueltas sigue siendo un palo con dos gomas. No hay más tecnología.
Además es entrañable, porque todos jugábamos con él de chiquillos. De hecho la mayor parte de los tiradores pasan de largo la treintena.
-¿Y las normas?
-La norma principal es que el gomero no puede tener agarraderas artificiales, empuñaduras para sostener el brazo, trípodes o similares. No vale ningún punto de apoyo, debe estar sujeto simplemente por la mano. A pulso.
Búscanos en Facebook: Asociación Gomero de Asturias