Como historiadores oficiales de una institución, a ellos mismos les gusta llamarse, ‘investigadores del pasado y testigos del presente’. En Asturias hace un tiempo que era necesario crear un ente que defendiera y pusiera en valor la figura del cronista. Desde el pasado mes de noviembre, esta asociación ya es una realidad.
Actualmente la Asociación está integrada por 27 cronistas que representan a 30 ayuntamientos asturianos ya que Los Oscos aglutinan a tres ayuntamientos y Peñamellera a dos. Aunque son muchos los objetivos a largo plazo, hay dos que se sitúan un poco más cerca: que todos los concejos asturianos cuenten con un cronista y que el Principado nombre a un cronista oficial de Asturias.
Juan Luis Álvarez del Busto, que ejerce como tal en Cudillero y preside esta asociación, explica la puesta en marcha de este proyecto.
-El pasado mes de noviembre se constituyó la asociación ¿por qué surge esta iniciativa?
-Llevábamos ya unos años con esta idea. Lo que pretendemos es proyectar una imagen corporativa, estar unidos y dar a conocer la función de un cronista en un ayuntamiento o en una zona. Por fin, la mayor parte de los nombrados en los municipios asturianos logramos ponernos de acuerdo y en Oviedo, el día 26 de noviembre, nos reunimos en el lugar idóneo: el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). En esa reunión acordamos constituirnos en asociación y aprobar unos estatutos que ahora están pendientes de ser ratificados por la administración autonómica, se nombre una junta directiva y se solicite a los distintos concejos asturianos el nombramiento de un cronista oficial siguiendo las directrices de la Federación Española de Municipios y Provincias. También solicitamos una entrevista al Presidente del Principado para presentarnos y pedirle que se nombre un cronista oficial de Asturias.
-¿Qué objetivos se marcan como Asociación?
-Además de estar agrupados queremos defender los valores culturales, históricos y lingüísticos del municipio que corresponda y asesorar a los ayuntamientos, y a quien lo solicite, sobre cuestiones relacionadas con la historia del concejo, abarcando todo tipo de ámbitos. También entendemos que hay que velar por la consideración y el prestigio de los cronistas, hay que dar a conocer a los ciudadanos quiénes somos, qué hacemos y que no lo hacemos con ánimo de lucro, cosa que siempre ha de quedar clara, es un título honorífico.
«Es importante que los ayuntamientos se den cuenta de que la figura del cronista es histórica»
-¿Cómo se debe entender esta labor en un ayuntamiento?
-A veces hay cierto temor, por parte de las autoridades municipales, a que nosotros hagamos la competencia al concejal de Cultura. No tiene nada que ver, nosotros podemos complementar la labor que se realiza desde el ayuntamiento pero sin meternos en ningún tema político. Muchas veces, nuestra tarea es la de informar de cuestiones que, a lo mejor, no son del agrado de la Corporación o del alcalde. Por ello es importante separar cómo piensas a título personal de tu trabajo como cronista, no se puede mezclar una cosa con otra. Esto es fundamental. Un alcalde de un signo político puede nombrar cronista a alguien de un partido completamente distinto al suyo porque este no va a hacer política, va a hacer historia. Es una especie de notario del acontecer del lugar al que representa.
-A la hora de asesorar sobre temas turísticos, ¿cuál debe ser la labor del cronista?
-Es una labor complicada y difícil. Yo tuve que salir al paso de un diario regional con un artículo que titulé: «Cudillero, antología del disparate», por la cantidad de disparates que se le escuchan a alguno de los guías turísticos. No pueden confundir al turista inventando historias y tergiversando la realidad. Para llegar a conocer todo lo que sé de Cudillero, me documenté en condiciones y antes de decir algo que no sé, me callo. Si un guía tiene dudas, nos tiene a su disposición para aclarar lo que sea. Nosotros no cobramos, simplemente asesoramos y, si no sabemos, nos informamos.
-¿Se puede entender al cronista como una figura vital?
-Es importante que los ayuntamientos se den cuenta de que es una figura histórica que existe desde hace siglos. Es una pena que no se nombre a nadie más cuando los que hay van falleciendo. Afortunadamente parece que ahora, después de pasar un periodo complicado, los ayuntamientos se van animando. La Real Asociación Española de Cronistas hizo llegar a la Federación Española de Municipios la petición de potenciar la figura del cronista, que animase a los ayuntamientos a nombrar cronistas y ha tenido efecto.
-Asturias ha dado al mundo numerosos cronistas, ¿cuáles destacaría?
-Tenemos a Constantino Cabal, que fue el Cronista Oficial de Asturias, pero limitándome más a los que conocí, siempre recordaré a Marino Busto en Carreño, que hizo una labor extraordinaria de promoción y defensa de los valores culturales y es autor de varios libros. Otro gran cronista de Oviedo y de Asturias fue Juan Uría. En Pravia, Manuel López de la Torre; en Avilés, Justo Ureña; en Oviedo, Manolo Avello… Hubo grandes cronistas a quienes, en muchos de los casos, no les fue reconocida la labor llevada a cabo de manera altruista. Muchas veces solicitamos a los ayuntamientos que les hiciesen un homenaje o que los nombrasen hijos predilectos, pero no pudo ser por cuestiones políticas.