Rosa Mesa es administrativa y María Eugenia Llaneza microbióloga, ambas además de trabajar en el Hospital de Jarrio forman parte del Comité de Bioética del Área Sanitaria I. Un órgano desconocido para la mayoría, que tiene como objetivo colaborar con los profesionales sanitarios y usuarios del sistema de salud, en la resolución de conflictos éticos que puedan surgir durante la asistencia sanitaria. Sus recomendaciones no vinculantes, sirven de asesoramiento para la toma de decisiones. Este Comité desarrolla más actividades.
Rosa Mesa ha sido hasta la fecha la presidenta de este órgano. Mientras llega su traslado a otro centro, desempeña este cargo en funciones. «Formé parte del grupo promotor en 2004. Siempre me han interesado los temas relacionados con la ética porque forman parte de la vida y es necesaria para tomar cualquier decisión tanto a nivel personal como profesional».
María Eugenia Llaneza es Secretaria de este Comité integrado por quince personas. «Somos un grupo interdisciplinar formado en bioética donde hay médicos, enfermeras de cuidados paliativos, personal administrativo, una trabajadora social, una abogada, profesores de filosofía, así como profesionales ajenos al ámbito sanitario que aportan una visión muy importante dentro del equipo», explica María Eugenia.
-¿Qué tipo de consultas llegan al Comité?
-Rosa Mesa: Hay años donde se nos presentan más casos y otros menos. Los temas que se nos han presentados están relacionados con la historia clínica y la información que se da a empresas externas como una compañía de seguros de coches; la confidencialidad de la información o la autonomía de un paciente a la hora de decidir si quiere o no ingresar, o sobre el final de su vida. Cada uno de estos casos nos exige investigar desde distintos frentes -legal, social y ético- y luego debatir para al final hacer una serie de recomendaciones que nunca son vinculantes. Los casos los pueden presentar tanto facultativos como pacientes, cualquiera que considere que hay un conflicto ético relacionado con la asistencia sanitaria.
-María Eugenia Llaneza: Hemos trabajado en temas de protocolos de actuaciones que requieran ayuda en la etapa del final de la vida. Además de atender estas peticiones, realizamos labores de difusión tanto a la población -conferencias, ciclo de cine ‘Etica y Salud’- como dentro del hospital. Y también a través del programa Bioética en las Aulas, donde ha participado activamente Rosa, del que estamos muy orgullosos: trasladamos a los jóvenes el debate ético sobre temas de actualidad.
«La ética forma parte de la vida y es necesaria para tomar cualquier decisión tanto a nivel personal como profesional» (Rosa Mesa)
-Precisamente ‘Bioética en las Aulas» recibió el pasado año un premio a nivel nacional por su labor de aunar educación y sanidad en un entorno rural. ¿Cómo surgió esta iniciativa?
-RM: Dos miembros del Comité son profesores de filosofía en los institutos de Navia y Vegadeo. Emilio García del centro veigueño lo propuso en una reunión y a todos nos pareció buena idea. Era una buena manera de llevar la ética a la sociedad, instruir en valores, debatir y además hacerlo con gente joven que se está formando. Emilio diseñó el proyecto educativo y nosotros planteamos los casos a debatir. Casos que eran reales y de actualidad. Los chavales los prepararon en profundidad así como las exposiciones, investigaron, hicieron encuestas. Se implicaron en cada cosa que propusimos. La experiencia fue creciendo en calidad y al cuarto año nos concedieron el galardón. Por nuestra parte, hemos de agradecerles todo lo que hemos aprendido con ellos. Ha sido una experiencia única.
-ME: Es un proyecto coral, colaborativo, del que estamos orgullosos. Hemos conocido lo que piensan de la sanidad, de su entorno y hemos comprobado que no ‘pasan’ de los temas sino que les preocupan y tienen ideas propias.
-RM: Las cosas les van calando y te hace pensar que la sociedad del futuro va a ser algo mejor que la actual.
-¿Cuántos jóvenes participaron en el proyecto?
-RM: Más de doscientos cincuenta alumnos de 4º de ESO de los institutos de Navia, Tapia y Vegadeo. Una de las razones por las que concedieron ese premio fue por la transversalidad de la iniciativa. Organizar todos los centros, preparar los temas, desplazar a todos los alumnos a un mismo lugar, no es tarea fácil. Creamos también una página en Facebook para que fueran publicando sus opiniones y se animara el debate. Contamos con la colaboración de los tres ayuntamientos de la zona para el tema del transporte, el tentempié de media mañana o una carpeta que se les dio a cada uno. Lo organizamos como si fuera un congreso para que tengan un buen recuerdo y sobre todo recuerden todo lo hablado, las conclusiones.
«Las cosas no son blancas o negras. No pretendemos dar una respuesta única y correcta porque no existe» (Rosa Mesa)
-¿Qué cuestiones son objeto de estos debates?
-RM: Inicio y final de la vida, la autonomía del paciente, el testamento vital… Este año nos salimos un poco del ámbito sanitario y nos adentramos en la violencia de género -en el caso de los jóvenes es preocupante-, también el tema de la adicción al móvil, la dependencia. Nos sorprendió ver que eran conscientes del tiempo que pasaban delante de la pantalla, de los riesgos y también cuando se utiliza como una herramienta para controlar al otro -enlazándolo con la violencia de género-.
-Etica y religión. ¿Qué hacer cuando entran en conflicto?
-RM: Un Área que no tenía Comité de Ética nos trasladó un caso relacionado con los Testigos de Jehová. Un menor de esta religión rechazaba una transfusión de sangre, una decisión que tiene que ver con sus creencias religiosas. Por un lado estaba lo difícil que era tomar esa decisión para el facultativo y por otro, lo importante que era respetar la autonomía del paciente. Conjugar todo eso, es complicado.
-ME: Todas las perspectivas son interesantes. En nuestro Comité no se ha dado el caso, pero en otros hay religiosos que aportan su opinión.
-¿Cómo consigue concretarse en un documento las aportaciones de un equipo tan multidisciplinar?
-RM: Las cosas no son blancas o negras, y menos en ética. No pretendemos dar una respuesta única y correcta porque no existe, no es un problema matemático. Pensamos que la mejor manera de ayudar desde el Comité es aportando la máxima información posible para que luego la persona tome la decisión que considere más correcta. Es muy complicado resolver cada caso y nos lleva mucho tiempo.
-ME: Nuestras conclusiones hacen reflexionar a la persona sobre aspectos que a lo mejor previamente no había incluido en su primera decisión.
-Escuchando sus reflexiones parece que es un trabajo muy enriquecedor a todos los niveles…
-RM: Sin duda, porque no solo trabajamos en los casos que nos llegan, nuestra línea de actuación es amplia: divulgación, debates, estudio, formación… En ocasiones invitamos a personas externas para que nos hablen sobre un determinado tema que desconocemos. Es muy variado y obliga a la reflexión.
-ME: Trabajamos con las asociaciones de la zona porque queremos que se nos conozca. Deseamos llegar a toda la población para poder ser útiles y ayudar a todos.