Los peregrinos que recorren la ruta jacobea por el Camino Primitivo rumbo a las tierras del Apóstol, saben que tienen motivos de sobra para detenerse en Salas y conocer lo que esconde este bello rincón de Asturias. Porque el Camino no se hace, ¡se vive!
Miles de personas recorren cada año el Camino Primitivo, la ruta tradicional que se utilizaba desde la Edad Media para ir a venerar la tumba del Apóstol en Santiago de Compostela. Un itinerario que parte de Oviedo, pasa por Grado, Salas, La Espina, Tineo, Pola de Allande y Grandas de Salime hasta entrar en tierras gallegas. De los distintos itinerarios, este es considerado como uno de los más hermosos del norte porque brinda al peregrino un espectáculo parecido a lo que fue en tiempos del medievo. Quizás por esta razón sea el más concurrido y famoso de todos.
Por el concejo de Salas transcurre parte de la segunda y tercera etapa, un total de veinticinco kilómetros a través de collados, llanuras, vegas, bosques autóctonos, casonas, palacios, monasterios, iglesias, ermitas, antiguos puentes de piedra o sendas empedradas gastadas por el paso de los caminantes.
La segunda etapa parte de San Juan de Villapañada en Grado y después de un importante ascenso nos conduce al Collado del Fresno, punto geográfico que separa este concejo del de Salas. Desde allí descendemos al valle de Las Dorigas, las Casas del Puente y llegamos a Cornellana. A la entrada de la localidad se puede elegir entre tomar la Senda del Salmón y llegar al Monasterio de San Salvador o entrar directamente en el pueblo. El monumento se encuentra en período de restauración, fue uno de los señoríos más importantes de Asturias, luego cedido a la orden de Cluny siendo durante la Edad Media uno de los más importantes del centro-occidente asturiano. Fue declarado Monumento Nacional en 1931 y una parte del mismo presta servicios relacionados con el Camino de Santiago: el Albergue de Peregrinos del Monasterio de Cornellana, albergue de cinco conchas. Un precioso bosque autóctono nos conduce hasta Sobrerriba y Llamas, nos detendremos en Quintana de Villazón para visitar la Iglesia de Santiago y el Cobijo de Fuentecaliente, obra del artista vecino de este municipio, Pepe Legazpi. Llegados a Mallecín hay que abandonar el Camino para adentrarse en la villa de Salas y disfrutar de numerosas muestras de arquitectura civil y religiosa y su centro histórico declarado Conjunto de Interés Turístico. Aquí el peregrino reposará su cuerpo y también su espíritu.
Parada obligada
Hay que parar motores y reponer energías. La villa dispone de todo tipo de servicios y una amplia oferta gastronómica. Directamente desde la huerta se pueden degustar unos exquisitos arbeyos con jamón, pote asturiano o fabada. De su zona ribereña llegan hasta la mesa reos, truchas y el exquisito salmón, ya que por estas tierras se encuentra uno de los tramos con mayor tradición salmonera de España. Y de la zona alta de sus montes, la preciada carne roxa con DO, caza y sabrosos embutidos. Y de postre… los famosos Carajitos del Profesor, unas pastas de avellana que son una delicia para el paladar. Pero si lo que se quiere es tapear o ir de pinchos, hay establecimientos de la villa que ofrecen ricas especialidades que se pueden saborear acompañadas de unas sidras.
Por el concejo transcurre parte de la segunda y tercera etapa del Camino Primitivo, un total de veinticinco kilómetros
Es momento de iniciar un recorrido por la que llaman la Puerta de Occidente. A la entrada nos recibe la capilla de San Roque, frente a ella la casa blasonada de los Malleza, que al estar al borde del Camino sirvió de fonda y parada de diligencias en el medievo. En el centro se levanta un majestuoso torreón del siglo XIV que ahora es sede del Museo Prerrománico de San Martín de Salas. A la torre se accede desde el palacio de los Valdés Salas, en la Plaza de la Campa, donde se encuentra la oficina de Información y Turismo y también un punto informativo permanente. Frente a la torre, la colegiata de Santa María la Mayor del siglo XVI. En su interior se pueden ver dos retablos barrocos y el monumento funerario de su fundador, realizado en alabastro blanco por el escultor italiano Pompeyo Leoni.
Mientras muchos pueblos en el Camino solo sirven de paso, Salas es camino, parada y fonda. Un lugar donde el visitante es acogido con hospitalidad y afecto. Y eso se nota con solo pasear por sus calles.
Seguimos ruta
Salimos de la monumentalidad de Salas y continuamos el camino que nos conduce a Tineo, fin de la tercera etapa. Nada más salir de la villa nos enfrentamos a un primer tramo de subida prolongada, difícil pero también muy bonito. El esfuerzo físico va acompañado del susuro del río Nonaya que nos regala bellas estampas y nos conduce hasta la Sierra de Bodenaya, donde nace. Llegamos al Puente Carcabón y tenemos la opción de desviarnos solo unos metros (250 metros) hacia la derecha para tomar un pequeño sendero que desciende al río. Entre los árboles se puede ver la cascada del río Nonaya, un lugar donde deleitarse. Regresamos por el mismo lugar y retomamos el camino que continuará empinado hasta Porciles. Allí podemos descansar en el «Cobijo de Porciles», premio Arqcam año 2000 de diseño. Siguiendo el Camín de Misa nos acercamos a Bodenaya, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre señalada por un crucero y muy cerca, el albergue. Seguimos hasta La Espina, antigua braña vaqueira que ha evolucionado hasta convertirse en una población moderna que dispone de todo tipo de servicios para atender al caminante. En este importante cruce de caminos antiguamente existieron dos hospitales, uno bajo la advocación de San Pedro y el otro dependiente de la mitra compostelana, así como un albergue para peregrinos. Hoy se puede ver todavía uno de los edificios más antiguos del pueblo, la venta de La Espina del siglo XVIII, con su portalón. Continuamos caminando y después de pasar por Casa Cándano -última vivienda del pueblo- torcemos a la derecha hacia La Pereda, primer pueblo del concejo de Tineo que a partir de aquí nos da la bienvenida.
Peregrinos también en otoño
Una de las cuestiones que más preocupa al peregrino antes de iniciar su viaje es buscar la mejor época del año para hacerlo. La respuesta depende del tipo de camino que se quiera vivir, de la vivencia que quiera tener.
Aunque los meses donde más afluencia de visitantes se observa son los del verano, cada vez hay más personas que eligen hacer el Camino en otoño e incluso en invierno. Se dispone de menos horas de luz para caminar pero también los tramos se hacen menos intensos y generan menor cansancio. La clave es madrugar y prepararse físicamente con antelación. La temperatura ha cambiado y la mochila ha de llevar más peso: ropa térmica, pantalones largos, chubasquero, forro polar… Hay que contar también con diferencia de temperaturas entre la mañana y la tarde, y las lluvias caprichosas del otoño.
A cambio se puede disfrutar de estampas otoñales impresionantes, una temperatura fresca que ayuda a caminar sin agobios y de albergues no masificados, aunque hay que llamar con antelación para asegurarse de cuáles permanecen abiertos. Aún así, se puede realizar el Camino sin peligro de quedarse sin plaza en el pueblo donde uno decida terminar la etapa porque hay muchas opciones.
Dónde dormir
El Camino de Santiago a su paso por el concejo ofrece una amplia oferta de albergues donde pernoctar y recuperarse del cansancio. Ante la afluencia masiva de peregrinos y la escasez de plazas de los albergues públicos, han surgido de un tiempo a esta parte los privados. Alojamientos con literas, calefacción, agua caliente y diversos servicios a un precio fijo. La mayoría de ellos ofrecen el mismo espíritu de acogida que los públicos, han contribuido a ampliar la oferta y tienen además una buena relación calidad/precio. No son solo lugares para el descanso sino espacios donde conversar entre etapa y etapa con otros compañeros de viaje en un entorno en el que prima la ropa cómoda, el pelo alborotado y sobre todo la empatía de compartir el Camino.
Además de los albergues hay que sumar hoteles, hostales, pensiones y apartamentos rurales que ofrecen precios especiales para los peregrinos, especialmente en esta época del año donde seguro nos saldrá más económico y además evitaremos aglomeraciones.
Aunque algunos albergues suelen cerrar después de la época estival, son muchos los que permanecen abiertos durante todo el año ofreciendo sus servicios de forma ininterrumpida a los caminantes.
920 personas (desde el 1 de enero al 3 de octubre). La mayoría habían iniciado el Camino de Santiago en Oviedo, seguido por Gijón o Irún. Son en su mayoría visitantes extranjeros procedentes de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. Los peregrinos nacionales han venido desde Andalucía, Cataluña, Madrid y Galicia. La mayoría viaja con amigos o familiares frente a una minoría que lo hace solo.
Normalmente, los peregrinos utilizan como soporte de información las guías, folletos y mapas que desde esta Oficina de Turismo se les ha proporcionado.