Dixebra lleva treinta años sobre los escenarios, poniendo letra y música a los eventos sociales y reivindicativos sucedidos en ese tiempo. Para rememorar tantos momentos de creación musical y conexión con el público, espaciaron las celebraciones a lo largo de todo el año.
Tantos años sobre los escenarios han dado para conmemorar varios aniversarios, así que hacer este diferente supuso mucha creatividad. En palabras del vocalista de la formación, Xune Elipe, «lo que pensamos fue alargar a lo largo del año las celebraciones, y además hacer cosas distintas. Se nos ocurrió hacer una trilogía que llamamos de ‘algo nuevo, de algo viejo y de algo prestado’, materializada en tres videoclips. El correspondiente a «algo nuevo» ya está publicado y es un cantar titulado «Sigue’l tren», que hace un repaso de estos treinta años de trayectoria de Dixebra. El segundo será «algo viejo», y consistirá en recuperar el tema «Esto ye Asturies» y el último -«algo prestado»- es una versión de un grupo británico, que nos influyó mucho en nuestros comienzos y que publicaremos a final de año. También realizamos una gira llamada Tour 87-17, consistente en unos treinta conciertos por toda Asturias y en Galicia, Cantabria y Bretaña, combinada con conciertos de formato pequeño. También sacamos quinientas botellas en una edición de sidra Fanjunl con una etiqueta especial, y haremos alguna cosa más».
«Si prestas atención a las letras de Dixebra, puedes seguir la historia de Asturias de las tres últimas décadas a nivel social, político, cultural, reivindicativo…»
-¿Qué balance hacéis del Tour 87-17, que cerrasteis en las pasadas fiestas de San Mateo, en Oviedo?
-Combinamos dos maneras de entender un concierto de rock: actuar en escenarios muy pequeños como fue el de Valles o la Asociación Cultural Bocanegra, con grandes conciertos como el de Lorient, el Festival del Arcu Atlánticu en Gijón o el de San Mateo. La sensación es que seguimos estando en forma, porque conectamos con el público tanto en escenarios pequeños, donde tiene que ser todo auténtico, como en escenarios potentes, en los que llenamos el escenario. También supuso volver a los orígenes, cuando comenzamos en escenarios pequeños en los que nos curtimos mucho y donde Dixebra agarró el espíritu que tenemos de conexión con el público.
-Las letras de vuestras canciones reflejan muchos acontecimientos sucedidos en estas tres décadas en Asturias. ¿Cómo definiríais vuestro compromiso con la región?
-Si coges los discos de Dixebra y prestas atención a las letras, puedes seguir la historia de Asturias de las tres últimas décadas a nivel social, político, cultural, reivindicativo… Esta es la pretensión que teníamos cuando montamos la banda, que fuera el reflejo de las muchas luchas que se dieron todos estos años en la región, y que se siguen sucediendo. Creo que esta es una de las grandes aportaciones de Dixebra a la escena musical asturiana.
-Siendo vuestras letras tan críticas, ¿habéis tenido alguna dificultad con la censura? ¿Creéis que estamos volviendo a tiempos pasados, en cuanto a libertad de expresión?
-Tenemos algún caso aislado de censura a lo largo de estos años. Puedo comentarte por ejemplo que en una emisora de radio un trabajador nos enseñó un disco de Dixebra en el que tenía escrito con rotulador en algunas canciones: no radiable. Tuvimos alguna que otra censura a nivel institucional, en Ayuntamientos que estuvimos sin poder tocar muchos años por sacar una pancarta de reivindicación de apoyo a trabajadores, etc… Pero lo que sí nos estamos dando cuenta a lo largo de estos años es que probablemente, según qué temas y según cómo los cuentes, era mucho más fácil el que pudieras expresar en los años 80 cuando empezamos, veníamos de una dictadura y prácticamente no había regulación sobre ello y había más permisividad. Lo que nos está dando bastante miedo ahora es que asumamos como natural y normal que se pueda encarcelar a unos titiriteros por hacer una obra satírica sobre los montajes policiales, que se pueda encarcelar o perseguir a tuiteros por comentarios y encarcelar a unos políticos por querer poner unas urnas para que la gente se exprese sobre un determinado tema. Creo que estamos normalizando un tipo de discurso que es muy peligroso.
«Lo que más rabia me da es que nos parezca natural esta institucionalización de un pensamiento autoritario»
-Una de vuestras letras de hace años dice que «la rabia es lo que queda cuando no queda nada». ¿Qué es lo que más te cabrea?
-La normalización de actitudes autoritarias que estamos viviendo en este momento en el estado español. Y de paso te comento que admiro mucho lo que está haciendo el pueblo catalán, lo que está pasando en Cataluña frente a la inmovilidad, frente al pasotismo. A otras sociedades como puede ser la asturiana, el pueblo catalán nos está dando un ejemplo de civismo, porque son manifestaciones multitudinarias donde de momento, más allá de alguna cuestión anecdótica, no hay violencia y simplemente se están manifestando con la palabra, con la voz. Lo que más rabia me da es que nos parezca natural esta institucionalización de un pensamiento autoritario.
-Pasada esta treintena, ¿hacia dónde apuntan vuestros objetivos futuros?
-Tenemos que acabar los proyectos de «algo nuevo, algo viejo y algo prestado», queremos publicar un DVD especial con el concierto que dimos en San Mateo, incluyendo un documental, y habrá alguna sorpresina más antes de que acabe el año. Luego tenemos intención de encerrarnos en el local de ensayo y preparar temas nuevos, porque creemos que ya toca un disco de Dixebra y porque además hay mucho material de actualidad para poder seguir reflexionando en nuestros textos acerca de lo que está pasando en Asturias y en el mundo. Mientras nos queden fuerzas vamos a seguir denunciando lo que no nos gusta y por lo menos, intentando que los oyentes o el público que tengamos, reflexione un poco acerca de las cosas que contamos.