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domingo 24, noviembre 2024

Ángel Quartet. Música en directo

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Acudir a sus conciertos es hacer un viaje inolvidable a las melodías de blues y jazz que han escrito la historia de la música. Versionan a los más grandes para llevarlos hasta pequeños escenarios. Abanderados por Angel Lanza, su único objetivo es divertirse tocando y disfrutar con el público.

El emblemático Ángel Lanza, que en los 80 alcanzó el éxito con el grupo Doberman, es el músico autodidacta alrededor del cual se han formado cientos de aficionados a la guitarra y el bajo, en Navia y concejos vecinos. Su casa, que muchos conocen como el “bluservatorio” -conservatorio de blues-, ha sido testigo de todos los que se han interesado por aprender a tocar algún instrumento o perfeccionar su técnica. Fruto de esta interacción musical, hace un par de años dos de sus amigos se animaron a recuperar las largas e intensas jam sessions que hace años organizaban, y a ellos se sumó su hijo. De este familiar encuentro nació Ángel Quartet, cuyos miembros tienen una formación dispar: Manuel Menéndez es un bajista curtido en hard rock, el batería Joaquín García es amante de la salsa, Guzmán Lanza toca la guitarra y prefiere el blues más potente, y Ángel Lanza se decanta por el jazz y el blues más tradicional: “Eric Clapton, B.B. King, Houston Baker… todos los bluesman más viejos”. Él hace de maestro de ceremonias:

-¿Con qué aspiraciones se forma este grupo?
-El objeto es divertirnos un poco, y aunque somos muy dispares en cuanto a la música, tenemos todos muy claro una cosa: sabemos lo que es tocar con equipos muy potentes y no queremos eso. Deseamos volver a las raíces del blues y el jazz. ¿Y cómo tocaban antes? Pues con una guitarra, un amplificador… como si estuvieras tocando en el salón de casa, que quede íntimo, recogido y tranquilo.

“El hard rock es una consecuencia lógica de la juventud. Con el tiempo, cambias”

-¿Está previsto la edición de algún CD?
-Nada absolutamente. Sólo nos planteamos hacer disfrutar a la gente y disfrutar tocando este tipo de música, que nosotros personalizamos. De este modo, vamos diseñando el repertorio dependiendo de la hora a la que toquemos y el tipo de público que acudirá, así que cada actuación prácticamente es a la carta. Según el sitio donde tocas, eliges los temas. De modo que muchas veces tenemos que ensayar prácticamente desde cero. Hay unos temas que son la base, como Take Five o Chitlins con Carne, pero no podemos tocar todos los temas en todos los sitios.

-El jazz es atípico en Navia, donde predomina el hard rock.
-Sí, pero es que además la mayoría de los grupos de rock naviegos salen de la factoría de mi casa, porque tengo más de cuarenta alumnos. Aunque también doy clase a gente mayor a la que le gusta tocar habaneras o canciones mexicanas, la mayoría son jóvenes que quieren aprender a tocar la guitarra. Algunos empiezan con la española, al final acaban enganchados a la guitarra eléctrica porque mola mucho más con los amigos. Así que el hard rock es una consecuencia lógica de la juventud; con el tiempo cambias.

-Sobre el escenario, ¿cuánto es ensayo y cuánto improvisación jazzística?
-Hay una frase que dice: “los experimentos en casa y con gaseosa”. Entonces cuando hablamos de improvisación en jazz, no nos referimos a una improvisación libre -eso sólo se da en el free jazz, que también tiene sus normas-. En principio hay un leitmotiv, un tema; se hace una exposición del mismo y eso lleva una progresión de acordes que tienes que respetar en todo momento, una armonía que está establecida. Entonces haces la exposición del tema y cuando termina, tienes que improvisar, hacer unas melodías que buscas en ese momento, pero basándote en esos acordes. Cuando terminas el fraseado tienes que caer siempre en una nota del acorde del momento en que estés funcionando.

-Alguien que vaya a un concierto suyo, ¿cómo lo entiende?
-Fácilmente. Comenzamos por ejemplo con una balada, que es un tema lento que lleva una melodía muy agradable. Luego ponemos algo de jazz en el que puedes tener ya un poquitín de complicación, pero luego ponemos otra balada. Porque, ¿de qué sirve tocar si a la gente que te va a escuchar no le va a gustar? A mí eso me parece absurdo.

“Deseamos volver a las raíces del blues y el jazz, cuando se tocaba con una guitarra y un amplificador. Como si estuvieras tocando en tu casa”

-Así que de paso se educa musicalmente al público.
-Sí, porque aunque hay gente a la que le gusta el jazz, lo que más tira es el heavy metal, el rock, el blues, la música tradicional asturiana y la música clásica. El escuchar jazz o cosas que lleven un tiempo de swing es una forma de romper. Cantando animas mucho más a la gente, es fácil con un micrófomo mover a cien mil personas. Lo difícil es hacerlo sin micrófono. Así que tratamos de introducir el swing en toda esta zona. En Luarca está el conservatorio, y allí tienen tradición de grupos de heavy y música clásica. En La Caridad predomina la música tradicional, con bandas de gaita. Entonces Navia es una zona no definida. Y como yo voy a contracorriente…

Ángel Quartet tocará el 13 agosto a las 22:00 h. en la Plaza del Ayuntamiento de Navia.

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